Posadeños y encarnacenos advierten que los manifestantes cobran “peaje” para dejarlos pasar. El juez Balor imputó a otros cuatro cabecillas de la protesta.
El juez de instrucción Ricardo Balor imputó ayer a otros cuatro cabecillas del piquete que mantiene cortado el tránsito sobre el puente internacional Posadas-Encarnación desde el jueves. A los cargos por interrumpir el tránsito, se sumaron otros por amenazas y por pedir “peaje” para dejar cruzar a la gente. La protesta cumplió ayer su séptimo día y sus impulsores anticiparon que no la abandonarán hasta que se cumplan sus exigencias. El intendente de Encarnación pidió reestablecer el tránsito.
El juez Balor dictó una medida restrictiva que impide que Alfredo Almirón y Carlos Correa, se acerquen a menos de 500 metros de la protesta, sanción que ya pesaba sobre Daniel Vargas, sindicado como el principal cabecilla.
Posadeños y encarnacenos que debieron pasar ayer por la zona de la cabecera del puente, coincidieron en que el clima de la protesta se está haciendo cada vez más violento. La coordinadora de los paseros de Encarnación, Zully Jaquet reinteró que los piqueteros piden un “peaje” de 20 pesos para dejar pasar a la gente y las villenas les exigen que dejen mercaderías.
Miguel Schmalko, intendente de Encarnación se aseguró que el corte produce “angustias y una situación desagradable a ambas márgenes del río”.
Consideró que los principales perjudicados son los comerciantes posadeños, ya que la asimetría cambiaria es favorable para el comercio de este lado del Paraná.
La voz de los perjudicados por el corte
Los piqueteros que mantienen cortado el puente desde el jueves último aseguran que su reclamo va orientado al Gobierno provincial, sin embargo los principales afectados por la protesta no son los funcionarios, sino la gente común que debe sufrir esperas interminables para llegar a su destino.
“Esto es una joda, es una ‘coimería’. Acá están pidiendo 20 pesos para dejar pasar a la gente, si le dan menos también agarran la plata pero no dejan pasar a la gente. A los trabajadores del paso (paseras) les piden que dejen alguna mercadería, especialmente cerveza o vino, si no dejan algo, le amenazan”, comentó una de las villenas que ayer cruzó hacia Posadas.
“Soy de Encarnación, tengo 70 años y hace 50 años vivo en Buenos Aires y vine a ver a un familiar, me molesta mucho no sé qué pensar, es un desastre”, dijo a este medio Lucía, una más de las personas que por cientos esperaban ayer a ambos lados del puente
“Los gendarmes dijeron que crucemos todos caminando hasta llegar el puesto de Gendarmería, pero allí otro gendarme nos dijo que volvamos y esperemos todos hasta que decidan abrir. Seguramente vamos a tener que estar otras dos o tres horas antes de poder pasar. Venimos de Buenos Aires y vamos a Ciudad del Este, donde vivimos. Somos trabajadores y venimos a perder tres horas acá, no somos delincuentes”, dijo Olga de Almirón, otra de las afectadas directas del piquete.
“Somos de Asunción y venimos a Posadas para pasar unos días, es bastante molestoso porque tenemos que bajarnos allá y caminar. Con el calor y la criatura no sé por qué están duros y no dejan libre el paso”, dijo Sabina.
“Hay que caminar mucho para llegar hasta allá, soy de acá, cruzo para ver un familiar enfermo, siempre cruzo y suelen haber protestas, pero ahora ya van siete días, me parece mucho”, dijo Elida viuda de López.
“Quería cruzar a Paraguay a comprar unas cosas para vender, y la verdad como paso muy poco me afectad por la cantidad de cola va a ser difícil cruzar de vuelta, voy a buscar recursos, cosas baratas para poder vender”, dijo José, de Jardín América.
“No comprendo por qué tanta burocracia para poder solucionar este problema que está pasando la gente acá, especialmente nosotros que somos de Encarnación, vecinos, yo vine a Posadas a visitar un familiar pero también es un sufrimiento cruzar. Uno mira alrededor y vemos criaturas que están sufriendo el calor”, manifestó Mario, de Encarnación.
