El Obispo Martínez presidió la Misa del Miércoles de ceniza anoche en la Catedral

Como lo indica la tradición cristiana ayer comenzó la Cuaresma  y la misa central se realizó en la Catedral de Posadas con masiva concurrencia de feligreses. La Eucaristía fue celebrada por el obispo de la Diócesis de Posadas Juan Rubén Martínez. El lema elegido para este año por Benedicto XVI es: «Creer en la caridad suscita caridad. Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en Él». 

Ayer con el miércoles llamado «de Ceniza», se inició la Cuaresma, período de 40 días en el cual los cristianos se dedican a la oración, la penitencia y los actos de caridad y misericordia, como preparación para celebrar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Se realizó el rito de la imposición de la ceniza en la cabeza de los fieles, con las palabras: «Recuerda que eres polvo y al polvo volverás». Durante estos días la liturgia adopta el color morado para las celebraciones, símbolo de la austeridad cuaresmal.

 

Ayuno y abstinencia

 

El miércoles de Ceniza es uno de los dos días del año -el otro es el Viernes Santo- en que los cristianos, de los 18 a los 60 años, hacen ayuno y abstinencia. El ayuno consiste en hacer una sola comida importante en el día, que puede ser el almuerzo o la cena. La abstinencia, desde los 14 años, es la privación de carne y sus derivados en las comidas del día, o de bebidas alcohólicas. Esta abstinencia puede reemplazarse por una obra de caridad, o por una práctica de piedad.

 

La Cuaresma

Es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para preparar la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirse de los pecados y cambiar para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.

La Cuaresma dura 40 días; comienza el miércoles de Ceniza y termina el Domingo de Ramos, cuando se inicia la Semana Santa.

El color litúrgico es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.

 

En la Cuaresma, Cristo invita a cambiar de vida. La Iglesia invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. También para vivir una serie de actitudes cristianas que ayudan a parecerse más a Jesucristo.

Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, se busca desterrar del corazón el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen al amor a Dios y a los hermanos. También se aprende a conocer y apreciar la Cruz de Jesús.

La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta en la Biblia. En ésta, se habla de los cuarenta días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública, de los 400 años que duró la estadía de los israelitas en Egipto.

 

La práctica de la Cuaresma data desde el siglo IV, cuando se da la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de Oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en Occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.

 

Mensaje del Papa

 

Como todos los años, se hace público el mensaje del Santo Padre para este tiempo litúrgico. El lema elegido para este año por Benedicto XVI es: «Creer en la caridad suscita caridad. Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en Él».

 

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