Ciudades inclusivas: la poca sensibilidad social es la barrera más importante

Veredas ocupadas. El principal escollo a superar por las personas discapacitadas.

Veredas ocupadas. El principal escollo a superar por las personas discapacitadas.

Personas con discapacidad, funcionarios y empresarios aseguran que por más accesibilidad edilicia que se construya, una ciudadanía indiferente es el obstáculo más grande a superar.

Las paradas de colectivos son murallones inexpugnables para los discapacitados.

Las paradas de colectivos son murallones inexpugnables para los discapacitados.

Las motos ocupan espacios en las veredas obstaculizando el paso.

Las motos ocupan espacios en las veredas obstaculizando el paso.

Vehículos que tapan las rampas para discapacitados en las calles.

Vehículos que tapan las rampas para discapacitados en las calles.

Cambios. El edificio de la Legislatura tiene una rampa especial para sillas de rueda.

Cambios. El edificio de la Legislatura tiene una rampa especial para sillas de rueda.

Pensar en ciudades accesibles no sólo atañe a cuestiones de infraestructura edilicia sino también a la conciencia ciudadana, el compromiso y solidaridad con las personas discapacitadas. Afectados, funcionarios y empresarios advierten que el cambio de actitud ha comenzado pero que la indiferencia social respecto al tema,  es la barrera más grande a derribar. A las veredas repletas de obstáculos como bolsas o los estantes de mercaderías, además de las motos, se suman los toldos colgantes de los negocios y las ochavas donde los automovilistas desaprensivos bloquean las rampas.

Como si esto fuera poco, son contados los sitios donde hay personal que maneja la lengua de señas y no sólo las personas con capacidades diferentes sino también las mamás con changuitos y adultos mayores quedan a merced de un buen samaritano que se apiade.

Marisa Matienso es una persona con baja visión y además integra el área de Discapacidad del ministerio de Derechos Humanos. Con su experiencia reconoce que hace falta mucha conciencia cívica al analizar el tema. “Falta que la gente esté informada y tome las medidas al respecto para mejorar. Falta involucrarse porque contar con un negocio accesible o no, es una decisión del dueño. Como dueño del comercio o miembros de la sociedad, debemos tener ese interés, no sólo reparar en lo que respecta a la accesibilidad para personas que se manejan  en sillas de ruedas sino las personas obesas, de baja visión o las mismas personas hipoacúsicas. Falta información e interés de quien provee los servicios”, explicó.

A su entender la proliferación de obstáculos en la vía pública es permanente y lamentablemente muchas veces pesa más el criterio comercial que el social.

“Los comerciantes llenan las veredas y pretenden que yo me corra, mientras son ellos los que están incumpliendo la normativa vigente. Pero la clave está en que muchas personas no están informadas porque no tienen un discapacitado en su familia. Es nuestro deber y el de todos informar y hacer conocer estas cuestiones para enseñar a todos cómo puede permitir que yo transite libremente”, añadió.

Si bien reconoció que la arquitectura actual brinda especial interés a construcciones inclusivas con accesos y pasillos adecuados, baños acordes y medidas que permiten que cualquier persona sea cual fuere su discapacidad, pueda disponer de todos los espacios. A  ello debe sumarse el personal capacitado para por ejemplo comunicarse con personas sordas y métodos para hacer lo propio con los ciegos. Contó que desde hace tiempo en el Infogep y como política del Estado provincial, se dicta un curso a todo el personal que trabaja en mesas de entrada para que aprendan lengua de señas. “Es una largo trabajo pero son muchas las voluntades” resumió.

Los números

La arquitecta Mabel Famularo, integrante del área de Discapacidad de la Municipalidad de Posadas, indicó que estadísticamente el 10 por ciento de la población tiene alguna discapacidad y esta cifra puede triplicarse y hasta cuatriplicarse si se suman los discapacitados temporarios (personas obligadas a usar muletas o en sillas de ruedas durante un plazo determinado), además de los adultos mayores, embarazadas y madres con sus changuitos. 

En cuando al trabajo que se realiza desde la Comuna, relató que desde 2007, distinguió dos aspectos, por un lado lo edilicio, y por el otro, el cambio actitudinal que puso en marcha programas para que todas las actividades que se realizan desde el municipio sean inclusivas. “Estamos hablando de un cambio actitudinal que busca que las personas con discapacidad tengan una inclusión en el mundo laboral, con cursos de lenguas de señas, con una ordenanza que obliga que en cada espacio de atención al público haya una persona capacitada en lenguas de señas, como también capacitamos a las personas con problemas de visibilidad en el uso de la tecnología”, explicó.

La profesional expresó que por más que se cuente con edificación acorde, la inclusión pasa por un cambio de actitud de las personas, ya que el hecho de tener la cuestión física no garantiza la inclusión. “La clave sería estar capacitados y comprometidos y por eso trabajamos con talleres vivenciales con los chicos de las escuelas secundarias fomentando los buenos hábitos”, aseguró.

Entre las faltas recurrentes enumeró el problema de las motos mal estacionadas, aires acondicionados salientes,  y advirtió que sería casi imposible que el municipio tenga una dotación de inspectores que garantice que eso no ocurra. “Es nada más que ponerse en lugar del otro, nos cuesta mucho asociarnos a la discapacidad pero podemos hacerlo con los adultos mayores, debemos conocer los requerimientos, responsabilidad como frentistas que ellos tengan una autonomía”.

 

Trabajan en señalética

Famularo afirmó que se está trabajando muy bien con el Centro de Rehabilitación del Ciego con su señalética, pero que a nivel país aún no se halló la forma adecuada de colocar esa información. “Puede ser en los postes de las paradas de colectivos, pero ¿cómo una persona ciega ubica ese poste? Lo ideal sería colocarlos a nivel pared en una ochava y hay cosas que se están intentando, pero en Misiones no podemos poner chapa caliente, algunos materiales no dan, pero estamos en la búsqueda”, puntualizó.

 

Nicho comercial

Norma Blanco, presidenta de la Cámara de Comercio e Industria de Posadas consideró que en la capital provincial aún “estamos lejos de lograr un grado óptimo de inclusión de personas con discapacidades”.

“Nadie que va a abrir un comercio dice ‘bueno, voy a reparar en estas cuestiones’, aunque deberían hacerlo. Acá el tema de la vía pública con la venta de artículos en las veredas o cerca de las paredes que deben estar libres para que circulen las personas no videntes, es un problema”, añadió. A su entender hay que tomar conciencia de que no se trata de “un problema del otro, sino algo que nos compete a todos. Hay que tener al personal preparado, porque son personas que tienen la necesidad de comprar y pasa muchas veces que uno está perdido a la hora de atenderlos”.

Para Blanco, hasta por cuestiones morales es un público que tiene que ser atendido con más deferencia todavía y eso es algo que debe resolverlo cada comerciante.

Analizando sobre las acciones a realizar para lograr construir una ciudad inclusiva, fue clara al plantear el trabajo mancomunado entre el sector público y privado para que de manera conjunta tratar de solucionar esto, nada y ningún otro aspecto se puede manejar la parte privada y pública en forma separada es un tema para toda la ciudadanía no hay diferenciación de ninguna clase de personas es un problema de todos.

“Si la Municipalidad toma la postura de exigir esto como obligatorio hay que cumplir con la normativa. Es razonable y nadie se podrá negar tener previstas estas cuestiones antes de armar su negocio”, destacó.

 

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