Un deportista de 63 años que atesora más de mil trofeos se prepara para participar en la Maratón Internacional Roma 2013, junto a más de 60 mil corredores de todo el mundo. Raúl Aranda realizó el cruce a los Andes en dos oportunidades. Ahora, junto a su hijo cheff y toda la familia venden comida durante los fines de semana para poder realizar el viaje.
Un deportista de 63 años que asegura tener más de mil trofeos, se prepara para participar en la Maratón Internacional Roma 2013, junto a más de 60 mil corredores de todo el mundo. Se trata de Raúl Aranda de Iguazú, quien también realizó el cruce a Los Andes en dos oportunidades. Ahora, junto a su hijo cheff y toda la familia venden comida durante los fines de semana para poder realizar el viaje.
El hombre, -además exfutbolista-, comenzó a correr profesionalmente después de los cuarenta años, participando de muchas competencias a lo largo del país, inclusive de una en Chicago, Estados Unidos. Asegura haber ganado más de mil trofeos, infinidad de medallas y está catalogado como uno de los primeros en su categoría a nivel provincial.
Ahora Aranda pretende representar el 17 de marzo a Iguazú y Misiones en la próxima maratón de 42 kilómetros, que se correrá en Roma, Italia.
Si bien espera tener apoyo empresarial para financiar su viaje y estadía en la ciudad italiana, Aranda junto a su hijo cheff y toda la familia venden comida durante los fines de semana, para poder solventar los gastos del viaje y la estadía.
“Tengo que llegar dos días antes de la carrera para prepararme y descansar del viaje, sobre todo por el clima cambiante con el que seguramente me voy a encontrar. Ya me ha tocado empezar una competencia con sol y en el trascurso empezar a llover y refrescar, y hay que estar preparado”, dijo. Aranda acostumbra a entrenar bajo el calor misionero pero también elige los días de lluvia o frío.
Contó que “en otras oportunidades, el Duty Free Shop y el fallecido Eduardo Arrabal me han apoyado, por eso tengo fe en que voy a lograr acompañamiento”. Como ejemplo de gastos dijo que “unas buenas zapatillas valen dos mil pesos”.
