Joaquín Benítez, la revelación de Cosquín fue ovacionado al regresar a Oberá

Foto crédito, Info Oberá

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El joven talento de 17 años fue galardonado con el premio Revelación del Festival de Cosquín, en Córdoba. Con su bandoneón, hizo historia en la capital del folclore nacional. En Misiones integra con Lisandro el dúo Los Hermanos Benítez, que resultaron consagrados en la Fiesta del Chamamé en Corrientes el año pasado.

La melodía de su bandoneón se escuchó más allá del histórico escenario y estremeció al público del festival de Cosquín, lo que le mereció llevarse el premio Revelación a Joaquín Benítez, este joven talento de 17 años que regresó a su Oberá querida y donde fue recibido con honores por su familia, sus amigos, y gente de la ciudad que acompañó la caravana de bienvenida.

 

Con aplausos, emoción y orgullo, Oberá recibió a su nueva promesa, hijo de músicos, amante y testigo de los acordes de nuestro folklore, Joaquín contó que los festejos se extendieron hasta la madrugada, y que aun retiene en sus oídos la ovación de la gente, y la alegría por el momento inolvidable.

 

 

Repercusiones

“Las Consagraciones de este año marcan un cambio de tendencia con respecto a años anteriores y por lo que se pudo ver sobre el escenario Atahualpa Yupanqui, son plenamente merecidas. Tanto Arias como los MJC son artistas jóvenes, en pleno desarrollo de carreras artísticas de las que se puede esperar mucho. Además, con Joaquín Benítez, Cosquín podría sumar a su catálogo otra promesa de gran artista surgido del Pre, como alguna vez lo fueron Franco Luciani, Joel Tortul y los mismos MJC”,

 

“Menos mal que nadie le dijo a ese chico misionero de sólo 17 años que sobre un escenario de tanta historia no se puede ser tan “atrevido”, tan audaz y ejecutar el bandoneón del modo en que lo hizo. Si alguien se lo hubiera dicho, probablemente, no hubiera actuado con tan bello atrevimiento. Su desparpajo sólo es comparable a su enorme talento. Tanto virtuosismo hizo que la Plaza del Folclore explotara en una de las mayores ovaciones de la segunda noche, inclusive más estruendosa que las que tuvieron artistas ya consagrados. Fusionando el chamamé con aires de tango, Joaquín Benítez, de Oberá, siendo un adolescente aún – y esto dicho sólo en términos de cronología– puso a Cosquin a sus pies. Isaco Abitbol ya no está… Sin embargo por momentos parecía que él pulsaba los botones del instrumento y transmigrado en las manos de un virtuoso jovencito, su alma musiquera hecho duende en Cosquín. Los pájaros que liberó de su jaula “volvieron por la magia de los ciclos a los hijos de los sueños del patriarca”.  Joaquín Benítez, ganador del Pre Cosquín en el rubro solista instrumental, no es otra cosa que eso: hijo de los sueños de Isaco. Por entre sus manos, la del costado que rezonga en un balido, volaron chogüises y monteras, y por la otra horneros y calandrias. La Plaza se pobló de trinos que el gurí de Oberá trajo en su fuelle para decir con su música que el chamamé está vital, altivo y exultante sostenido en el corazón de nuestra “gente de ley”, la que en la segunda luna se puso de pie para aplaudir el renuevo de una estirpe chamamecera”.  Estas fueron algunas de las crónicas que le regaló la prensa del país a Joaquín Benítez, músico de cuna.

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