El hecho se habría producido en la madrugada del domingo, según contó a Radio Libertad Juan Pablo Pernigotti, hijo del intendente de Concepción de la Sierra, y dirigente de la comisión de carnavales, quien contó que la policía ingresó con un patrullero al sambódromo para “empujar” a los asistentes al baile tradicional a que se retiren del lugar.
Pernigotti contó que “el sábado en la noche, madrugada del domingo se llevaron a cabo los carnavales de Concepción, la primera noche, fue una noche extraordinaria, lástima que al momento de culminar, como siempre hay un baile tradicional que se hace en el mismo sambodromo, y que dura hasta las seis o seis y media de la mañana. En ese baile las comparsas a través de la cantina pueden recaudar los fondos para solventar los gastos. Y tuvimos un inconveniente por un mal manejo de la policía, de la persona que estaba a cargo de la comisaría, de apellido Ibañez, quien tomó la decisión de cortar el baile y que no se vendan más bebidas. Esto pasó cerca de las tres de la mañana, y el motivo fue porque cinco muchachos se pelearon y tuvieron que llevarlos presos. El tema es que las comparsas viven año a año de la recaudación de las entradas y la recaudación de la cantina, y al cortarle la fiesta a la mitad, los afectaba mucho económicamente. Entonces pedimos hablar con el responsable de la comisaría y nos informaron que no estaba. Intentamos llamarlo al teléfono celular y no nos contestó. Hablamos con los efectivos que allí estaban, y llegamos al acuerdo de que continuemos la fiesta hasta las cinco de la mañana. A esa hora (las cinco) habían aproximadamente 1500 personas bailando, y un oficial de la policía no tuvo mejor idea de pasar por el medio de toda de esa gente con el objetivo de que la gente se retire del baile. Como respuesta un grupo de muchachos inadaptadosreaccionaron tirando los lanzanieves contra el patrullero, y por eso los policías se bajaron del vehículo, arrestaron a un joven y a otro lo golpearon. Estaba tirado en el piso con siete policías arriba, y lo habían golpeado. Yo intercedí para que lo liberen, y pedí a los policías que esperen a que la gente se retire sola del lugar, no empujarlos como lo venían haciendo. El muchacho por suerte está bien, y enseguida lo dejaron en libertad cuando se dieron cuenta que no tenia que ver con quienes arrojaron los lanzanieves al vehículo policial. Para colmo cuando hoy le preguntamos a quien había dado la orden de hacer esas cosas el motivo, no supo darnos explicaciones”, concluyó Pernigotti.
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