Investigan las actividades paralelas que tenía el empresario Manfredi

La Justicia sospecha que el empresario avícola Jorge Manfredi, hallado muerto y con golpes la noche del pasado miércoles en las aguas del río Paraná, tenía actividades comerciales paralelas que pudieron haber motivado el crimen.

     

    Fuentes judiciales informaron a Télam que tras obtener los resultados de la autopsia, el juez de Instrucción Fernando Verón caratuló la causa como homicidio simple y está abocado a analizar diversos elementos para establecer las circunstancias del episodio e identificar a los homicidas que, se cree, fueron al menos dos, ya que el empresario tenía una gran contextura física como para que uno sólo pudiera dominarlo.

    Una de las hipótesis surgidas durante la investigación apunta a un crimen cometido por cuestiones vinculadas a actividades comerciales paralelas que Manfredi pudo tener, por lo cual se investiga a su entorno laboral y vínculos personales.

    En ese marco, el magistrado tomó declaración a allegados a la víctima, entre ellos a su madre y a la mujer con la que convivía, de apellido Azula, quienes le dijeron que no estaban al tanto de que Manfredi hubiera recibido amenazas o que tuviera enemigos.

    Además, el juez Verón ordenó realizar un pormenorizado análisis de los llamados que realizó y recibió el empresario en las horas previas a su desaparición, con el fin de establecer si planeaba encontrarse con alguien o llevar adelante algún tipo de actividad comercial en los días siguientes.

    Por el momento, el juez sabe que cuando se aprestaba a navegar, el empresario recibió dos llamados de una mujer que lo invitó a ir a un club náutico de Posadas, aunque él le dijo que no podía, ya que tenía un compromiso asumido con anterioridad, dijeron los voceros.

    Manfredi (51) desapareció la tarde del martes último cuando salió a navegar a bordo de su Jet Sky por el río Paraná, alrededor de las 16.

    Una hora después, la víctima llamó desde su teléfono celular a un amigo, un empresario náutico que le había vendido el Jet Sky, para pedirle ayuda porque acababa de tener un inconveniente con el vehículo.

    Cuando el amigo fue al lugar y no lo encontró, realizó la denuncia de su desaparición y la policía comenzó a investigar el caso.
    A las 20 de ese mismo día, en la costa paraguaya, la Prefectura de ese país halló el Jet Sky en el agua, sin rastros de su dueño.

    Al día siguiente, el pasado miércoles, a las 19.45, el cuerpo de Manfredi fue encontrado en el agua, a unos cuatro kilómetros del lugar donde navegaba, aunque la autopsia indicó que el cadáver estaba sumergido desde hacía 12 horas y no 27, es decir no desde el momento de su desaparición.

    Según el estudio forense realizado por el perito Carlos Wolheim, Manfredi murió a raíz de tres fuertes golpes en la cabeza que le aplicaron con un objeto similar a un bate, que le provocó hundimiento de cráneo, aunque no lesiones cortantes ni sangrantes, dijeron las fuentes.

    Luego, los agresores arrojaron su cadáver al agua, vestido con el short que llevaba al salir a navegar, aunque sin el chaleco salvavidas que usaba.

    Los pesquisas creen que del asesinato debieron participar al menos dos personas, ya que Manfredi medía 1,83 metros y pesaba más de 100 kilos, con lo que no hubiera sido posible que uno sólo lo dominara y luego arrojara el cuerpo al río.
    Los voceros dijeron que en la embarcación del empresario se halló su celular, un guante y una remera de la víctima.

    Al ser consultado por Télam, el juez Verón confirmó que caratuló la causa como homicidio simple e inició una investigación relacionada con las actividades del empresario y su entorno.

    «Por ahora solicité el registro de las últimas llamadas realizadas y recibidas por la víctima para conocer sus últimos movimientos», dijo el magistrado, quien aclaró que por el momento no descarta ninguna hipótesis del asesinato.

    La policía nacional paraguaya había advertido a las autoridades argentinas que desde el año pasado se vienen registrando robos y asaltos a embarcaciones en aguas del Paraná, cometidos por una banda a la que denominan «Piratas del Paraná», aunque en este caso al empresario no lo despojaron de su Jets Sky, lo que hace dudar al juez de esa pista como móvil del homicidio.

    Manfredi era un conocido empresario que se dedicaba a la venta y distribución de pollos en toda la región, era un aficionado a la navegación y tenía varias embarcaciones.

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