Lo admitió el intendente de Garupá, Luis Ripoll. Dijo que buscarán que el aumento afecte en la menor medida posible a los usuarios del servicio. Volverán a exigir líneas internas en garupá y Candelaria y la segunda estación de transferencia
El jefe comunal de Garupá, Luis Ripoll, quien se manifestara en varias oportunidades en contra de incrementar la tarifa del transporte urbano, reconoció ayer que “de acuerdo a las ecuaciones económicas, es imposible evitar que aumente el boleto”.
Indicó que todavía no hay fecha definida para tratar el tema en el marco de la comisión del Sistema Integrado de Transporte (dato que fue confirmado por Hermes Almirón, subsecretario provincial de Transporte) pero admitió que una vez que se reúnan, no se discutirá si habrá aumento, sino cómo y cuánto se aumenta.
“La suba está fuera de discusión, el tema es ver de qué modo hacemos menos daño al bolsillo del usuario. Tenemos que controlar que no se autorice una aumento ‘muy alevoso’. Yo soy partidario de hacerlo en dos veces, voy a exponer esa idea para que no se sienta tanto en el bolsillo del usuario”, indicó. Se mostró partidario de definir el tema esta semana “para evitar que la discusión se prolongue innecesariamente”.
En cuanto al monto del incremento, estimó que no superaría los 35 o 40 centavos, lo que llevaría al boleto urbano de Posadas a los 2,90 pesos, por debajo de los 3,50 que pretenden los empresarios.
Anticipó que volverán a reclamar que las empresas cumplan con compromisos pendientes como la puesta en funcionamiento de líneas internas en Garupá y Candelaria y la extensión de recorridos y horarios. “Garupá necesita más servicios, esta vez no nos vamos a ir sin un compromiso escrito firmado por la empresa”, aseguró Ripoll..
