Bancos se preparan para un 2013 mucho más duro

Límite a comisiones y tasas, más impuestos y créditos forzosos. Prevén menor rentabilidad.

Escribe Pablo Wende. El sector financiero fue uno de los pocos, o prácticamente el único, que salió airoso del parate del año pasado. De hecho, mantuvo la expansión de años anteriores y también tuvo un crecimiento de la rentabilidad. Pero en el horizonte aparecen nubarrones por todos lados, que por estas horas provocan un sentimiento casi generalizado: para el sector pasó lo mejor y el 2013 estará plagado de complicaciones, lo que afectará los niveles de utilidades.

Los bancos ganaron $ 15.752 millones en los primeros diez meses del 2012, contra $ 11.584 millones en el mismo período de 2011, lo que representa un salto del 36%. Pero aunque el número impresiona, desde las principales entidades también lo relativizan. “Cuando mirás el retorno sobre patrimonio, se ubica en torno al 24%, cuando el aumento de los gastos se ubica en torno al 29% por efecto de la inflación, por lo que en la práctica nos estamos descapitalizando”.

Sin embargo, es difícil que este argumento sea muy tenido en cuenta por las autoridades a la hora de evaluar la verdadera situación del sector. Otros sectores, finalmente, también sufrieron un fuerte aumento de costos, pero al mismo tiempo también le cayó la rentabilidad.

Hay varias medidas que afectarán la rentabilidad del sistema financiero en el 2013. Algunas ya están en marcha, otras se aplicarán en breve y otras son por ahora una amenaza, que podría volverse concreta. Estas son las principales.

. Ampliación del crédito compulsivo para la producción: En el primer semestre del año, las entidades deberán otorgar $ 17.000 millones adicionales para financiar proyectos de inversión de empresas. En la segunda parte del 2012 ya otorgaron $ 15.000 millones. La tasa es fija al 15,25% anual a tres años. Cuando se haya desembolsado la totalidad, el Central estima que un 9% del crédito al sector privado estará representado por esta línea al financiamiento productivo. Si bien es prácticamente idéntica al esquema anterior, el costo del fondeo aumentó cuatro puntos, ya que la BADLAR subió del 11% al 15%. Por lo tanto, el margen de intermediación es prácticamente nulo o negativo, lo que claramente restará niveles de rentabilidad este año.

. Límite al aumento de las comisiones: Lo advirtió la titular del BCRA, Mercedes Marcó del Pont, la semana pasada y en breve se producirá una reunión con banqueros. La idea es acotar todo lo posible la suba en los costos bancarios. El argumento oficial es que “en los últimos tres años las comisiones aumentaron un 100%, por lo que no hace falta seguir ajustando”. La idea es segmentar los aumentos por tipo de producto, pero el efecto que producirá es un menor ingreso por este concepto, que el año pasado aportó a la banca más de $ 28.000 millones, con un salto de 25% en relación al año anterior.

. Nuevos topes a las tasas activas: El ojo del BCRA está puesto especialmente en el sector extrabancario, relacionado con los préstamos al consumo. Pero los principales bancos del sistema también tienen participación en estas entidades y las tienen consolidadas en sus balances. En un año electoral, la intención oficial será mantener bajo control las tasas, especialmente las relacionadas con préstamos al consumo. El año pasado, el Central se puso firme para impedir abusos en los niveles que cobran las entidades que operan fuera del sistema. La ley de tarjetas de crédito impide a las distintas emisoras de tarjetas cobrar más de un 25% adicional de la tasa que cobran los bancos por préstamos personales.

. Impuesto para financiar Ganancias: Antonió Caló, titular de la CGT oficialista, ya le acercó al gobierno una propuesta para financiar con un impuesto sobre los activos bancarios el aumento del mínimo no imponible de Ganancias para los trabajadores en relación de dependencia. De esta manera, el gobierno buscaría reemplazar la pérdida de recaudación que tendría por esta medida, con un nuevo gravamen. El inconveniente es que sí o sí debería pasar por el Congreso. Si bien resultaría antipático salir a defender un nuevo gravamen (en un momento de presión tributaria récord), como el mismo impacta en el sector financiero podría contar incluso con el apoyo de otras bancadas. La decisión final, sin embargo, la debe tomar la Presidenta en las próximas semanas. La excusa en este caso sería bajarle la presión tributaria a los empleados, para trasladarla al sistema financiero.

 

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