Pese a que los balnearios previstos por la EBY en Garupá todavía no fueron habilitados, la gente ya los utiliza. Tapados por agua, permanecen escondidos múltiples obstáculos que evidencian que la entidad no limpió el lugar antes de inundarlo. No hay bañero.
Empujados por el calor del verano misionero, los vecinos de la zona de Garupá utilizan todos los días las playas que fueron construidas en esa localidad por la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) a la vera de la Costanera. El lugar es utilizado por decenas de niños, unos acompañados por sus padres y otros reunidos en “barras” de amigos. No hay bañero a la vista y sobre la superficie de las aguas, a pocos metros de la costa, pueden verse árboles que permanecen aferrados al lecho del río y según los bañistas, hay muchos más obstáculos escondidos.
La presencia de dichos elementos, además de poner el peligro la vida de todos los bañistas, resulta una prueba visible de que la EBY, que conduce Oscar Thomas, no realizó, al menos en esa parte de la ciudad, el tratamiento costero que debía hacer antes de inundar el terreno.
Tal como ocurriera en las playas de El Brete durante sus primeros cuatro meses, en Garupá está la arena, hay un solarium extenso, pero el lugar no está habilitado para el baño y ni siquiera para el acceso. El resultado en Garupá fue el mismo que en El Brete, la gente utiliza el espacio aún con los riesgos que ello implica.
