Reflexion dominical del pastor Guillermo Decena

Dios quiere tener comunión con el hombre. No es un Dios anónimo, indiferente o superficial, no es un Dios caprichoso, y mucho menos un Dios mudo, sino un Dios personal, amoroso y santo. Este Dios nos habla desde tiempos inmemoriales. Por eso, la reflexion de hoy se titula:Dios pide la Palabra.

 

Génesis 3:8-10. En este pasaje y en muchos mas, se ve a un Creador que le gusta el dialogo, que habla y que gusta de la comunicación con el hombre.

 

  1. Dios quiere hablar a tu vida.

Dios quiere tener comunión con el hombre. No es un Dios anónimo, indiferente o superficial, no es un Dios caprichoso, y mucho menos un Dios mudo, sino un Dios personal, amoroso y santo. Este Dios nos habla desde tiempos inmemoriales. Sí, Dios habla.

Hebreos 1:1 dice: “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, …”

Dios ha hablado a su pueblo por medio de los distintos profetas – hasta llegar a Juan el Bautista, el último profeta antes de la aparición del Hijo de Dios, Jesucristo.

En Esdras 9: 10 y 11 leemos: “Pero ahora, ¿qué diremos, oh Dios nuestro, después de esto? Porque nosotros hemos dejado tus mandamientos, que prescribiste por medio de tus siervos los profetas, diciendo:…” Es claro que Dios hablaba por los profetas. También Moisés y David son vistos como profetas. Así lo dice Deuteronomio 34:10: “Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés…” Y en Hechos 2:30, se dice del Rey David: “Pero siendo profeta…”.

A los no judíos Dios les habla con mucho amor.

Pensemos en el capitán del ejército sirio Naamán, pues es un ejemplo. Dios le habló por medio del testimonio de una joven judía, por el actuar del profeta Eliseo y la consecuente sanidad de su lepra (lo que fue un milagro, como leemos en 2 Reyes 5). Ya sea a su pueblo o a las naciones, Dios ha hablado de muchas formas y maneras a través de los siglos, desde la creación hasta el día de hoy. Así dice Romanos 1:19 al 25, que su ser invisible se revela en lo que está hecho, la creación, y que por eso el hombre no tiene excusa. Porque cuando éste camina sobre la tierra con los ojos abiertos, y sobre todo con un corazón abierto y predisouesto, Dios le es revelado. Pero el hombre, en su ignorancia, prefiere adorar el producto (o sea la naturaleza), en vez de darle la gloria a Dios, el Creador.

 

  1. Impedimentos.

Romamnos 8:14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.

 

Éxodo 6:9 De esta manera habló Moisés a los hijos de Israel; pero ellos no escuchaban a Moisés a causa de la congoja de espíritu, y de la dura servidumbre.

 

Imagínese que usted es una persona casada, pero algo le impide oír la voz de su cónyuge. Imagínese que usted es padre de familia, pero no puede escuchar la voz de sus hijos. Y lo peor de todo es que el impedimento viene por algo de lo que usted tiene la llave para abrir o cerrar, pero usted decidió cerrar la comunicación. Así sucede con nosotros y Dios también. Dios se quería manifestar a los israelitas, pero la condición de sus corazones boqueaba la comunicación.

 

Razones humanas que pueden endurecer el corazón.

1.     Habían sido esclavos por cerca de 400 años.

2.     Era fácil pensar que el Dios de sus padres se había olvidado de ellos.

3.     El aparente abandono creó en ellos resentimiento

 

 

  1. Busca escuchar a Dios en la Soledad.

Escuchar la voz de Dios es posible, pero se requiere de circunstancias especiales: Para poder sanarte y liberarte, Dios propicia tiempos de soledad en tu vida. Te aparta del mundo, no para que te sientas triste sino como una invitación a poder escuchar su voz Apartarte en soledad y en silencio es necesario para tu renovación emocional y espiritual.

Muchos de los grandes siervos de Dios ( Elías, Moisés), tuvieron que caminar un gran trecho de vida en soledad, como parte del Plan de Dios para poder liberarlos de las viejas ataduras forjadas en su vida y de las cadenas de opresión interior que estorbaban en la obra de Dios. De esta forma Él pudo prepararlos para su plan perfecto…

La soledad a la que Dios te induce o que vos debes buscar no es para que te escondas del mundo sino para que puedas abrir tu mente y corazón a Dios. El Señor propicia estas circunstancias. El es quién llama a estar en su presencia en soledad y silencio para darte instrucciones, para escuchar su voz y responderte, para prepararte para el plan que tiene para tu vida.

«Ahora pues, hijo, escuchadme porque bienaventurados son los que guardan mis caminos. Escuchad la instrucción y sed sabios; y no la menosprecies.

Bienaventurado el hombre que me escucha, velando a mis puertas día a día, aguardando a los postes de mi entrada. Porque el que me halla, halla la vida, y alcanza el favor del Señor»(Proverbios 8:32-35).

 

Pastor Guillermo Decena, Centro Familiar Cristiano Eldorado.

Predicas en vivo los miércoles y domingos 20 horas, a través de www.centrofamiliarcristanoweb.org

 

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