Escribe Juan Carlos Argüello, jefe de Redacción de Misiones On Line
Arrancó el 2013. El año en que nuevamente se pondrá en debate el modelo de país que se quiere para la Argentina. Será un año cargado de política, en el que cada decisión que tome el Gobierno será mirado con esa lupa y cada acción de la oposición, tendrá una carga electoralista.
El Gobierno volverá a someter a consideración el rumbo político y económico, aunque con grandes diferencias con las últimas elecciones de medio tiempo, en 2009. Aquella vez llegaba golpeado por el conflicto con el campo y la furia de los medios de comunicación porteños. Ganó en porcentaje de votos, pero perdió en Buenos Aires y fue una derrota nacionalizada que caló hondo en el kirchnerismo. Incluso, perdió mayoría en el Congreso, a manos del grupo A que sumó diputados, pero no iniciativa para la construcción de poder. Pese a la mayoría, la oposición no hizo demasiado en el parlamento como para inquietar al oficialismo, que aprendió sobre la marcha de sus errores y redobló la apuesta con nuevas medidas de profundo raigambre social. Aparecieron la Asignación Universal por Hijo, las netbooks, la recuperación de la Anses, el matrimonio igualitario, la reestatización de YPF. Y falleció Néstor Kirchner. Cuando daban al kirchnerismo en liquidación, el resurgimiento fue imponente: la presienta Cristina Fernández fue reelecta con el 54 por ciento de los votos, y diferencias abismales con los segundos y terceros, que apenas si arañaron el diez por ciento.
Y entrado el año electoral, la imagen presidencial es inalcanzable para la oposición, demasiado lejos de cualquiera. Los principales encuestadores coinciden en que Cristina marca la cancha. «Más allá de las tradicionales operaciones de medios y microclimas construidos por diversos medios y analistas de la oposición, los casi 12 millones de votantes que acompañaron al oficialismo en octubre de 2011 no han migrado y siguen hoy respaldando la gestión de Cristina Kirchner», dice Artemio López, de la consultora Equis.
Otros admiten que la imagen de CFK cayó, pero lejos está de ser «mala» o «muy mala». Es que la caída, en cualquier caso, viene desde muy arriba, desde valores superiores al 75 por ciento de positividad.
Hoy, incluso con una economía que creció muy poco y tras las protestas de fin de año que unieron a sindicalistas y sectores opositores, no se aprecia la posibilidad de un derrame de votos a otros dirigentes.
«CFK tiene un estilo muy ofertista en su política, es decir ofrece elementos para alimentar la gestión de la agenda cotidiana y correr gradualmente la línea del status quo, pero nunca se apresuro en las definiciones electorales», agrega el consultor Mario Riorda.
El problema, para la oposición, es que no hay un elemento aglutinador como en aquel 2009 y ahora marchará separada especulando con 2015. Es decir, Macri, De la Sota, la UCR o el Socialismo, se dividirán los votos no kirchneristas, en un tiempo complicado, ya que son quienes más bancas ponen en juego.
Artemio López explica que la posición favorable al oficialismo es tan contundente que aun con el 40% de los votos a nivel nacional en 2013, el bloque FpV-PJ pasaría a tener 139 bancas (54,1%), 25 más que hoy. La Cámara de Senadores, en cambio, renovará su composición de 2007, cuando el FpV obtuvo el 45% de los votos, por lo cual no es dable esperar grandes cambios.
“Hoy cualquier candidato del FPV logra como piso el 45% de los votos, 13 puntos adicionales a aquellos 32 del año 2009, con lo cual el aporte bonaerense suma 5,2 puntos nacionales más al 30% del año 2009”, resume.
En Misiones hay un escenario similar. La oposición renueva ocho bancas, pero si no mejoran su porcentaje de votos respecto a 2011, apenas dos partidos estarían en condiciones de revalidar al menos un cargo: la UCR Trabajo y Progreso, que alcanzaron 30 mil y 27 mil, respectivamente. Al PJ oficial no le alcanzaría para volver a recuperar espacio en la Legislatura. El Frente Renovador, aunque pone en juego doce bancas, tiene votos suficientes para incluso sumar más diputados y ampliar el dominio parlamentario.
La imagen del gobernador Maurice Closs también se mantiene elevada. Los números que miden gestión e imagen en las distintas áreas de Gobierno en encuestas realizadas periódicamente desde la consultora Decisiones Empresariales, de Alfonso Baigorria reflejan un alto nivel de aprobación de la gestión por parte de la sociedad, con números similares a los que dieron los relevamientos durante el último proceso electoral.
En este sentido, las encuestan destacan también en toda la provincia, que se mantiene un «buen humor» y «buen estado de ánimo», ya que se advierte que un amplio sector diferenciado por ingreso económico y por franja etárea considera que las acciones de gobierno marchan «bien» o «muy bien». Idéntica percepción se da cuando se mide el nivel de crecimiento de la economía provincial.
Según DE, «existe una marcada sensación de que la «provincia crece», con 80 por ciento de encuestados que manifestaron esta convicción y un notable contraste con el ámbito nacional y el resto de los distritos donde no existe la percepción de crecimiento sostenido.
Y ese crecimiento se refleja en los datos económicos. La recaudación fiscal creció el año pasado 42 por ciento, contra un 27 por ciento que reportó la Afip. Con una suba de precios similar -tal vez mayor aquí que la reconocida por el Indec-, los indicadores revelan que la economía misionera, en un año complicado por la crisis internacional, tuvo mucho más movilidad que la registrada en el país.
Los datos oficiales coinciden con los privados. El último monitor fiscal de la fundación Mediterránea, indica que la región NEA creció en el conjunto de indicadores económicos cerca del 4 por ciento en los primeros tres trimestres con respecto a los nueve meses de 2011. Las ventas en supermercados en el NEA creció por encima del 14%, el indicador más alto del país, seguida del NOA con poco más del 8%. El consumo del electricidad también lo lideró el NEA con 12% más de consumo con respecto a 2011. Detrás se ubicó el NOA con cerca del 8%. En tanto los créditos privados tuvieron su mayor crecimiento nacional en la región NEA con casi 18% más créditos otorgados que en igual periodo del año pasado.
“Arrancamos el año afrontando fenómenos enormes de crecimiento y con una enorme inversión” desde el Estado para satisfacerlas, dijo el viernes el gobernador Maurice Closs en la inauguración de 40 viviendas en Garupá, en lo que fue el primer acto oficial del año. El último del año pasado también dejó mucho para el análisis. El 31 de diciembre el Gobernador, junto al ministro de Derechos Humanos, Edmundo Soria Vieta, presentó el balance del programa Hambre Cero, que recuperó a más de ocho mil misioneros con algún grado de desnutrición.
Closs destacó que el programa nutricional es un éxito no sólo por los recuperados, sino por haber reconocido el problema de la pobreza y asumido el camino para resolverla, al menos en su estructura más dolorosa. En el acto, el mandatario reveló que “mejoramos la expectativa y la calidad de vida de los misioneros”, y se está “muy cerca de cumplir los objetivos del Milenio” en cuanto a reducción de pobreza e indicadores sanitarios que eran pésimos hace algunos años. “La mortalidad infantil era de 32 por mil y ahora es de 11 por mil y lo puede medir cualquiera. En este caso, estamos llegando antes a los objetivos del Milenio, que apuntaban a 10,7 por mil en el 2015”, explicó. En cuanto a la mortandad materna, “estamos en 3,7 cada diez mil partos y era cerca de 9 en los 90”.
“Eso quiere decir que hay quince madres menos que se mueren por año y 600 chicos que no vivirían en los 90”, resaltó. De acuerdo a los datos que dio el ministro de Salud, Oscar Herrera Ahuad, la expectativa de vida en Misiones se extendió de 67 y 72 entre hombres y mujeres, respectivamente, a 72 y 78 años, con un promedio de 74.
Pero lo más saliente del último acto de 2012, fue el reclamo del Gobernador para que la Justicia actúe de una buena vez ante los reiterados piquetes que bloquean las rutas nacionales en Misiones o los intentos de saqueos por parte de grupos que se presentan como “organizaciones sociales”.
También advirtió que no acepta presiones de ningún sector, en referencia a las veladas amenazas de los empresarios que comandan el Sistema Integrado de Transporte en Posadas, Candelaria y Garupá. Los liderados por el grupo Zbikoski habían dicho que si no autorizaban aumentos en el boleto urbano, habría pagos escalonados a los trabajadores, posibles despidos y no se podría “frenar” un paro de los choferes.
El Gobernador reconoció que los costos crecieron, pero reiteró que los reajustes no se dan por presiones, sino por el análisis de costos. Refutó la postura empresaria y a la vez, cuestionó a quienes desde la oposición apuntan al Gobierno por el precio en Posadas, pero se olvidan de otros municipios y «de lo que hacen sus aliados», en referencia al aumento del 40 por ciento que aplicó el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, referente del partido Trabajo y Progreso en Misiones, cuyos diputados elevaron una nota reclamando que no se aumente el boleto en el SIT.
Closs dijo que se reunirá la comisión de intendentes, prevista en la reglamentación del SIT y que serán ellos quienes definirán el valor final, decisión que se acompañará desde el Gobierno. Hasta ahora, los intendentes solo dejaron trascender su fastidio con las promesas incumplidas de los empresarios. El intendente de Posadas, Orlando Franco, advirtió que más que el aumento, le preocupa que se pongan los expendedores electrónicos. El de Garupá reiteró su rechazo al aumento ante las inversiones no realizadas en su municipio y el pésimo servicio.
Haciendo oídos sordos y con escaso compromiso social, los empresarios volvieron a reclamar que se actualicen sus ingresos por supuestas pérdidas operativas y al mismo tiempo, cuestionaron las tarifas diferencias que pagan algunos pasajeros, como jubilados, pensionados y ancianos. “En Posadas y su área metropolitana un 60 % de sus pasajeros pagan una tarifa diferenciada (con un pasaje pude hacer distintos recorridos sin volver a pagar el boleto); si es estudiantes, jubilado y/o pensionado, abona un menor valor y si está comprendido en una categoría, como ser personas con capacidades diferentes o mayores de 70 años, no abona nada, con todo el impacto que esto significa en el ingreso de las empresas”, se lamentaron.
