Balance y perspectivas

Opinión. Por Artemio López. Este fue un año signado por el gran activismo estatal del Gobierno, tal vez el de mayor actividad desde el año 2003, cuando el proyecto nacional comenzó a desplegarse.

Recordemos, a modo de ejemplos, la estatización de YPF, el control de cambios, el Plan PROCREAR de viviendas, la reforma a la Carta Orgánica del Banco Central, la Ley de Medios Audiovisuales y  el contralor del Mercado de Valores, entre otras medidas centrales.
 
Como era de esperar, los intentos de desestabilización por parte de las corporaciones, que ven afectados sus intereses, fueron variados y desarrollados por múltiples vías, la más espectacular por su violencia y extemporaneidad fue la generada por grupos opositores que organizaron los bochornosos saqueos de la abundancia en las proximidades de las fiestas navideñas.
 
Descartando estos episodios de oposición salvaje, el  año político cierra  con el peronismo y aliados alineados tras el liderazgo de Cristina Kirchner de manera compacta, mientras la oposición aún tiene pendiente la construcción de un liderazgo alternativo capaz de competir con chances de reemplazo del actual oficialismo.
 
Sucede que la solidez del FPV es notable. En un año de desaceleración durante el cual la economía nacional creció por debajo de años anteriores, producto del impacto de la crisis internacional sobre el conjunto de  los principales socios comerciales del país, y a diferencia de otras épocas de hegemonía neoliberal -recordemos la crisis del Tequila cuando el desempleo saltó del 10 al 18,4% en un año-, en el año 2012 los indicadores socioeconómicos más relevantes se mantuvieron estables.
 
Los niveles de empleo y consumo sin cambios interanuales: la desocupación abierta estabilizada en el 7,5% promedio sin caídas en la tasa de actividad y el crecimiento de la recaudación que  trepó un 27%.
 
Se actualizaron además la Asignación Universal un 25,9%, las jubilaciones y pensiones el 31,05%, y las casi 1.900 convenciones colectivas se pactaron por sobre el 24% promedio de aumento salarial, sin techo. 
 
Todas estas actualizaciones resultaron en línea o sobre el nivel inflacionario,   nunca por debajo, midiera el IPC quien lo midierapor lo que es consistente que el sistema de preferencias que se constituyó en octubre de 2011, de gran hegemonía electoral oficialista y fragmentación opositora, no se haya modificado en lo sustancial.

Más allá de operaciones de medios y microclimas construidos por diversos analistas opositores al Gobierno nacional, los casi 12 millones de votantes que acompañaron al oficialismo en octubre de 2011 no han migrado y siguen respaldando la gestión de Cristina Kirchner en el final de este año. 
 
En sentido contrario, la oposición marcha en este fin de año aún más dividida que en octubre de 2011, puesto que los dos nuevos liderazgos nacionales que aparecen de cara a 2015, Mauricio Macri y José Manuel De la Sota, toman votos del mismo espacio opositor, redistribuyendo las preferencias de ciudadanos que adversan al Gobierno nacional.
 
Mauricio Macri toma votos de los que acompañaron a los binomios Binner-Morandini y Alfonsín-De Narváez, en tanto De la Sota recupera votos de Rodríguez Saá, y ambos nuevos candidatos absorben votantes de Eduardo Duhalde, pero sin embargo, ninguno logra construir una diagonal que conecte los electorados oficialistas y opositores, que aparecen a fin de 2012 como electorados estancos.

En esta lógica, el año electoral de cara a las elecciones de medio mandato se presenta muy favorable al FPV que renueva  las elecciones de 2009, en las cuales obtuviera el 30% de los votos.
 
Un simple cálculo muestra el panorama. En 2009, Córdoba, Santa Fe y la Ciudad Autónoma, que sumados representan el 30% del padrón electoral,  promediaron para el oficialismo el 10% de los votos. Todas las encuestas de opinión serias señalan que cualquier candidato del FPV hoy eleva  ese promedio al 25%, por lo que tan solo estos tres distritos aportan 4,5 puntos nacionales adicionales del piso del 30% obtenido en el año 2009.
 
Provincia de Buenos Aires, que representa el 40% del padrón electoral, donde Néstor Kirchner y Daniel Scioli obtuvieran el 32% de los votos, muestra que hoy cualquier candidato del FPV logra como piso el 45% de los votos,  13 puntos adicionales a aquellos 32 del año 2009, con lo cual el aporte bonaerense suma 5,2 puntos nacionales más al 30% del año 2009.
 
Así las cosas, con este solo aporte adicional en estos grandes distritos, el FPV obtiene ya un piso de  40 puntos de votos sobre el 70% del padrón.

Proyectando una muy conservadora mejora adicional promedio similar en el resto de los distritos que representan sumados el 30% del padrón, se coloca al FPV con un piso del 45% de los votos, 15 puntos de mejora respecto de la elección de medio mandato del oficialismo en el crítico año 2009. Mientras tanto, la oposición mostrará aún más fracturas que en octubre de 2011 y muchas más que en 2009, cuando, por caso, De Narváez obtuvo 34% de votos en Buenos Aires, y hoy proyecta apenas 14%, 20 puntos menos.
 
A fin de dar dimensión a la mejora de 15 puntos de piso que es esperable obtenga el FPV en el año 2013 respecto de su elección de medio mandato del año 2009, recordemos que con este porcentaje de 45% de votos el bloque FPV–PJ pasaría a tener 145 bancas (56,4%), 31 más que actualmente, y sumando aliados  podría fácilmente acceder a la mayoría calificada de 2/3 de la Cámara de Diputados.
 
La Cámara de Senadores renovará su composición del año 2007, cuando el FPV obtuviera el 45% de los votos, por lo cual no es dable esperar grandes cambios en su composición.
 
Sin embargo, si la elección de medio mandato vuelve a mostrar la arquitectura de hegemonía oficialista con híper fragmentación opositora, aun más marcada que en octubre de 2011, y la Cámara baja construye una mayoría de diputados oficialistas y aliados equivalentes a los 2/3 del total de miembros, el clima de época que se creará permitirá plantear con fundamento la continuidad del proyecto kirchnerista con la multiplicidad de alternativas que están disponibles para tal fin: la construcción de un candidato respaldado por la Presidente, la competencia de varios respaldados por Cristina en las PASO y, obviamente, la reelección de Cristina Kirchner para el período 2015-.2019. Final abierto.

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