Arandú, el macho.
La fundación Vida Silvestre dio a conocer los nombres de los dos yaguaretés, elegidos por una votación abierta en internet. Gracias a la masiva participación, Aramí y Arandú ahora pueden ser llamados con sus propios nombres, que serán utilizados por los investigadores en sus reportes de monitoreo.
Arami, la hembra…
La fundación Vida Silvestre dio a conocer los nombres de los dos yaguaretés, elegidos por una votación abierta en internet. Gracias a la masiva participación, Aramí y Arandú ahora pueden ser llamados con sus propios nombres, que serán utilizados por los investigadores en sus reportes de monitoreo.
Tras dos semanas de campaña, la votación indicó que entre los nombres de macho, Arandú (sabio-conocedor de la naturaleza), ganó con el 47 por ciento de los votos, dejando atrás a Tatarendí (19 por ciento – Llama de fuego), Maitei (18 por ciento – expresión de alegría y satisfacción), Chavuku (11 por ciento – hombre reencarnado en el tigre) y Tuvicha (5 por ciento- grande).
Entre los nombres para la hembra, Aramí (pedazo de cielo) se adjudicó la votación con el 46 por ciento. En segundo lugar quedó Keraná (19 por ciento – Diosa del Sueño), tercero Porasy (15 por ciento- Diosa de la Belleza), cuarto Arapí (11 por ciento- Universo), y último Ysapy (10 por ciento – Agua de Rocío).
Estos dos ejemplares de yaguareté fueron monitoreados recientemente por las cámaras-trampa de Vida Silvestre, ubicadas en las inmediaciones de la Reserva Urugua-í.
El macho fotografiado es un adulto de más de cinco años y su peso aproximado es de entre 70 y 80 kilogramos.
Éste fue avistado por un guardaparque cuando pasó por el frente de una de las casas de la Reserva. Por otro lado, la hembra también es una adulta de cincos años, y su peso de 60 kilos aproximadamente.
A medida que se identifican nuevos yaguaretés en la selva, los investigadores los bautizan para facilitar su posterior identificación. A raíz de un patrón de manchas único del pelaje, similar a las huellas dactilares de las personas, se podrá identificar a Aramí y Arandú cdaa vez que sean fotografiados en su hábitat natural.
Esta actividad forma parte del proyecto “Tras los pasos del yaguareté” que cuenta con el apoyo de la Organización Mundial de Conservación (WWF), liderada por Vida Silvestre y con el apoyo del Centro de Investigadores del Bosque Atlántico.
