El Tributo a V8 arriba a Posadas con un huracán de heavy metal

Este sábado 1 de diciembre el Tributo a V8 hará un homenaje a la banda más grande del metal nacional de todos los tiempos. La banda tributo esta compuesta por un selecto grupo de los mejores exponentes del heavy metal: Walter Meza en voz (Horcas); El Topo Yañez en bajo (Horcas); Sergio Berdichevsky en guitarra (Rata Blanca – Ian) y Gustavo Rowek en bateria (V8-Rata Blanca-Ian) darán vida a los inolvidables temas de los creadores del metal en argentina. Un tributo respetuoso, con músicos de primera línea.

Y no vienen solos, Mastifal uno de los mejores exponentes del metal argentino de la actualidad los acompaña. Además actuaran las bandas misioneras Desangre y Hanuman. La fecha es este sábado 1 de diciembre en el Club Huracán de Posadas.

V8 fue sin ningún lugar a dudas la banda pionera de la escena metalera nacional, tres discos oficiales y gran cantidad de himnos que al igual que “Cambalache” de Discépolo pese al paso del tiempo no perdieron su vigencia. De la partida iba a ser el ex guitarrista de Hermetica, el Tano Romano, pero debe presentarse con su banda Malón en New York este fin de semana.

 

La banda Tributo a V8 se presento por primera vez el 30 de marzo de este año en el Teatro de Flores donde se realizó la grabación de un disco en vivo y fue el inició de la gira nacional.

 

En la Argentina, el heavy metal nació con V8, ellos impulsaron una nueva ideología para toda una generación de jóvenes. En los tempranos ’80, V8 fue la banda insignia de un género que nacía al despuntar una nueva década en el país y que hoy, a más de 20 años de su separación, será motivo de homenaje con un show impulsado por músicos que rememorarán los viejos y metálicos tiempos de la banda.

 

Surgidos en 1980, el grupo formado originalmente por Ricardo Iorio en bajo, Alberto Zamarbide en voz, Osvaldo Civile en guitarra y el Gustavo Rowek supo sacudir la escena rocker de Buenos Aires a pura velocidad y distorsión pesada, en tiempos en que el rock nacional sólo contaba con Pappo como único referente del hard rock.

 

Su primer disco en 1983 – Lu chando por el Metal – marcó un camino, en un momento en que el país salía de los años de la dictadura militar y se avistaba el renacer de la democracia. La vida de V8 fue tan resistida como intensa. Luego de ese primer álbum el grupo editó Un Paso Más en la Batalla (1985) y El Fin de los Inicuos (1986), dos discos que reafirmarían el lugar que ocupaba la banda en la escena metálica de los ’80 pero que no alcanzarían para evitar la disolución del grupo en 1987.

 

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