Dolores de cabeza, fiebre, decaimiento, malestar general y hasta vómitos son los síntomas más comunes del golpe de calor. Para prevenirlo recomiendan vestir ropa ligera, bañarse repetidamente, tomar mucho líquido y comer poca sal.
El médico pediatra Hugo Benmaor indicó que hay dos riegos recuentes relacionados a la época estival. Por un lado, el riesgo reinsolación y quemaduras por exposción al sol; y por otro los goles de calor.
Al respecto explicó que el organismo tiene mecanismos como la traspiración que ayudan a que se pueda eliminar el calor excesivo y que muchas veces ocurre cuando hace poco calor pero se utiliza demasiado abrigo. “Suele pasar con los bebés”.
El pediatra señaló que los síntomas más recuentes de los golpes de calor son dolor de cabeza, fiebre, decaimiento, malestar general y vómitos. “En los chicos un síntoma frecuente es la fiebre y la taquicardia. El bebé está afiebrado porque no puede eliminar el exceso de calor, puede sentirse mareado y somnoliento pero uno no tiene que ir al estado exagerado en que el organismo está con piel seca, rubicunda, con fiebre alta y confusión”, dijo.
Para esos casos, Beanmaor recomendó vestir ropa ligera, bañarse las veces necesarias para ayudar a que la temperatura corporal se mantenga en los límites correctos, tomar mucho líquido y comer poca sal. Respecto a esto último y derribando el mito popular que recomienda ingerir agua con sal en días de mucho calor explicó “si una persona traspira en exceso y no toma la cantidad de líquido adecuada, la cantidad de sal ingerida por la dieta produce un exceso de sal en el organismo. Y si uno no come la cantidad necesaria produce otros problemas como la falta de sed, entonces hay que ser equilibrado y tomar mucho agua”.
Por último remarcó la importancia de que al tomar un baño la temperatura del agua descienda de manera paulatina. “Un baño fresco hace bien para todos pero no hay que bajar la temperatura de golpe sino empezar con agua muy tibia e ir bajando de a poco”.
(FM Nación)
