Los policías relataron las condiciones en la que vivían los otros hijos de la mujer acusada de dejar morir a Carolina. También señalaron que quiso engañar y ocultar la desaparición de la menor después de que la había enterrado.
La segunda jornada del juicio a María Ovando, acusada de dejar morir a su hija Carolina, dejó varios testimonios que graficaron cómo era la vida de la mujer y sus hijos.
El policía Claudio Dujaut, relató que recibió los testimonios con respecto a la desaparición de Carolina de 3 años y recordó que Epifania Brítez, la madre de María Ovando, contó que fue a visitar a su hija y escuchó “los gemidos como de un animal”, entonces le preguntó a María qué era eso, y María le contestó: “es la perra de Carolina, que no me dejó dormir en toda la noche, por eso la dejé tirada allá atrás”, haciendo referencia a un lugar ubicado detrás de la letrina de su casa.
Según Dujaut, la abuela materna contó que buscó a Carolina y le pidió a María que la lleve al hospital, pidió plata a un pariente, que le dio diez pesos para que la lleve al hospital y María dijo que la llevaría.
Posteriormente, Dujaut habló del testimonio de Demetrio Ayala, pareja de María Ovando, a quien tomó testimonio porque aún se encontraba con vida. Al respecto manifestó que “Demetrio dijo que María le contó que dejó a Carolina en el hospital de Esperanza con su abuela paterna Euvarta Godoy, que justo se encontró con ella en el nosocomio y dejó a la pequeña a su cuidado”.
Además, el oficial indicó que le tocó hacer el reconocimiento de los restos óseos de Carolina y estaba Demetrio y otro pariente presentes, y que cuando los hombres vieron que se trataba del cuerpito de Carolina se abrazaron y lloraron y decían “¿por qué hizo esto?, ¿cómo pudo hacer esto siendo la mamá?”.
El último testimonio de la jornada fue el del oficial Marcelo Fioravanti, quien contó que ante la denuncia de vecinos por la desaparición de Carolina, lo enviaron al paraje donde reside Ovando para averiguar qué paso. “Antes de llegar a la casa, encontré a dos niñas, una de 2 y otra de 4 años aproximadamente que estaban descalzas, mal vestidas y descuidadas y les pregunté qué estaban haciendo ahí, ellas me contestaron que esperaban al quinielero, porque su mamá les dio plata y un papel y les dijo que esperen ahí”.
“Encontré la casa con cadena y candado y me puse a buscar en la zona, hasta que encontré a María sentada en una hamaca con una bebé y su marido al lado trabajando, picando piedras. Le dije que tenía que llevarla a la dependencia policial y ella accedió, al igual que su concubino, a quien acompañó un bebé y que no estaban en una celda sino en la sala de espera, con mejores condiciones”.
El oficial dijo: “Le pregunté por Carolina. Ella insistía en que estaba en Paraguay con su abuela, entonces le pregunté en qué lugar de Paraguay para que yo la pueda buscar, pero me contestó sonriente que en tres días la traería ella”.
El oficial contó que se hicieron trabajos de inteligencia con personal encubierto para saber qué sabían los vecinos del paradero de Carolina. El resultado fue similar a lo relatado por Dujaut, además de que los vecinos la vieron “salir con Carolina en brazos y no la vieron volver con la nena”.
Contó además que cuando la enfrentaron con su suegra Euvarta, a quien supuestamente Ovando le había dejado su hija, María dijo que “no la dejó con ella sino con otra persona, otra vecina”.
“A las pocas horas, mediante rastrillajes realizados en la zona, hallaron el cuerpo de Carolina semienterrado en una zona de matorrales altos, en cercanías al arroyo Aguaray y en la zona posterior de la casa donde residen, luego de ser reconocido el cuerpito, lo trasladamos a Posadas para la autopsia, indicó el oficial.
El uniformado detalló que “María Ovando tiene otras causas en la policía por denuncia de los vecinos con quienes no se llevaba bien. Y aclaró que ella nunca denunció a su concubino por malos tratos y que Demetrio Ayala se veía como una persona sumisa y callada.
