El 30 de octubre de 1983 fue un día histórico para nuestro país. Ese día volvieron a ser las urnas, como medio canalizador de la voluntad popular, las encargadas de elegir a nuestros gobernantes. Hoy es un día para respetar y reivindicar al voto como único camino y consolidar día a día esta democracia que supimos conseguir.
Habían pasado siete años desde el último golpe de Estado, el que derrocó al gobierno constitucional de María Estela Martinez de Perón y en los que se escribieron las páginas más oscuras de la historia del país que aun hoy duelen. .
En 1983, el General Reynaldo Bignone, último Presidente de facto, fue el encargado de colocarle la banda presidencial al candidato de la Unión Cívica Radical: el Dr. Raúl Ricardo Alfonsín. Al finalizar el acto de traspaso, Alfonsín se asomó al balcón para saludar a la multitud que desbordaba la Plaza de Mayo: «El pueblo, unido, jamás será vencido», dijo en su discurso, y la gente coreó ese estribillo.
Aquel 30 de octubre, Alfonsín se convirtió en el primer candidato radical que pudo vencer al peronismo, y lo hizo por un amplio margen: obtuvo el 51,74 % de los votos (un total de 7.725.173 votos) contra el 40,15 % del Partido Justicialista.
Si bien su presidencia estuvo plagada de problemas, como la inflación, la alta deuda nacional, Alfonsín permitió que la democracia se consolide en la Argentina.