A horas de que el ex FUD (Frente Unidos por la Dignidad) festejara en Misiones un aniversario de su triunfo del año 2006, logró en el programa de Jorge Lanata un escenario para repetir sus viejas denuncias y frustraciones, ya saldadas por la sociedad misionera en su conjunto.
Es que el tan promocionado Informe Lanata sobre la realidad misionera fue simplemente un compilado de viejas acusaciones de este frente político heterogéneo, faltando a la más básica y elemental ética y rigor periodísticos: nunca consultaron a las fuentes y ni siquiera se escuchó “la otra campana”.
Apenas, dirigentes del desmantelado FUD, con Joaquín Piña a la cabeza, seguido por Claudio Wipplinger, el radical Luis Pastori y otros dirigentes y militantes opositores y medios vinculados a ellos. Todos actuaron como fuente absolutamente parcializada y politizada, quitando hasta el más mínimo porcentaje de credibilidad.
Así, lo que fue anunciado como un informe periodístico devino en propaganda opositora, un año antes de las elecciones legislativa del 2013.
Entre otros yerros, fue vergonzoso confundir, nada menos que al jefe de la campaña nacional del PRO, Humberto Schiavoni, -ligado a Ramón Puerta y funcionario de Mauricio Macri en Buenos Aires-, con el ministro del Superior Tribunal de Justicia (STJ) de la provincia.
El Informe Lanata de Misiones dejó muchos más elementos que demuestran ligereza profesional y objetivo político en el ataque.
Por ejemplo, dijo que la ministra del STJ, Cristina Leiva, es joven y fue abogada de Canal 12, Multimedios.
Ambas cosas son ciertas, pero ocultó decir que es nada menos que la representante de toda América Latina y el Caribe en la Asociación Mundial de Mujeres Juezas, que congrega a las magistradas de todo el planeta. Y que esa designación fue propuesta, durante el último encuentro en Corea, por la integrante de la Suprema Corte de Justicia argentina, Elena Highton de Nolasco.
Pero sin dudas que lo realmente incalificable del Informe Lanata ha sido utilizar la situación procesal de una humilde mujer detenida por haber dejado morir a su hija, enterrar su cadáver, y ocultarlo hasta de sus familiares.
Presentó a María Ovando como una víctima, sin -nuevamente- haber recurrido a lo más básico y elemental del periodismo: chequear las fuentes.
El juez Roberto Saldaña, a cargo de la causa, nunca fue consultado por los periodistas de Canal 13.
El magistrado tiene mucho para decir y con solo relatar lo que esa mujer le hacía a los otros hijos, justificaba el alejarla de todos sus descendientes, con el agravante que se murió una, la enterró y se lo ocultó a todo el mundo.
El caso se descubrió cuando los vecinos percibieron su desaparición y la encontraron tras varios días de búsqueda, mientras la madre sostenía que la había dejado en Paraguay con sus abuelos.
También mostró imágenes de la pobreza en Misiones. Realidad que el gobernador misionero Maurice Closs nunca ocultó. El mandatario misionero siempre denunció esa situación, a tal punto que inauguró el programa Hambre Cero para atacar los focos más vulnerables de la pobreza. En paralelo, reclama una reparación a nivel nacional por la escasísima coparticipación que recibe Misiones comparada con el resto del NEA; coparticipación que además fue menguada en los años noventa, al regalarse una porción de ese recurso tan vital para la sociedad misionera, a la provincia de Buenos Aires.
Los distintos medios, analistas y dirigentes misioneros de todos los sectores no dejaban de asombrarse ayer por la fragilidad y superficialidad opositora del Informe Lanata. Un periodista, disgustado por la decepción que le generó tanta expectativa y advirtiendo la intencionalidad de pegarle a Misiones para atacar a la presidente Cristina Fernández, sintetizó su opinión de una manera contundente:
“El Informe Lanata fue una berretada”.
Hubo un fuerte y amplio repudio al programa de Lanata sobre Misiones
