El hombre ciego hará el intento bajo la guía amorosa de su hija.
A los 18 años, Sergio Vázquez quedó totalmente ciego. Hoy, casi 40 años después, abrazado y guiado por el amor incondicional de su hija Natacha, participará de la mítica carrera de mountain bike «La Unión Siete Lagos».
Sergio y Natacha, son mucho más que un padre y una hija unidos en la pasión por el deporte y la vida al aire libre. Ella, con 33 años, embriagada del amor de hija, guiará a su papá a lo largo de la maravillosa ruta que une las ciudades de Villa La Angostura con San Martín de los Andes. Ambos desandarán los casi 107 km de distancia en una sola bicicleta especialmente preparada para la carrera.
Hace más de 10 años, Sergio, venciendo las dificultades de su discapacidad, comenzó a competir en carreras de mountain bike, running y natación, entre otros; y en su gran mayoría acompañado por su hija, quién no puede ocultar en cada palabra, en cada gesto, el enorme orgullo que siente por su papá, y gran satisfacción personal de poder compartir deportes, aromas, sensaciones, diversiones, y muchos sentimientos que entre ellos se genera.
“Entre los dos hacemos un equipo increíble: él me pide que le cuente lo que veo, además de que lo guío, pero a la vez me acompaña con el movimiento amoldando su cuerpo al mío para coincidir con el ritmo. Lo más lindo es que completamos la historia con nuestros sentidos, compartimos aromas, y los bellos sonidos de la naturaleza”, remarcó Natacha.
La Unión Siete Lagos es la carrera mtb, que el próximo 10 de noviembre unirá las increíbles ciudades de San Martín de los Andes y Villa La Angostura, a través del camino de los Siete Lagos.
“Tenemos muchas ganas de correr esta carrera. El camino de los Siete Lagos, es algo muy especial para mi papá. El llegó a vivir a Bariloche a los 22 años, cuando ya era no vidente. Nunca ha podido apreciar la belleza de este mágico lugar, por lo que esta vez, iremos muy tranquilos, disfrutando, paseando. Yo iré relatándole con lujo de detalles, todo lo que vea, y él como siempre, viajara a mi lado contándome todo eso que aun yo no pude aprender a escuchar”, confió entre lagrimas, la joven que mucho más que una ciclista, es una hija que ama profundamente a su padre.
Mientras ajusta los últimos detalles de la bicicleta que los llevara a esta nueva aventura, este gladiador de la vida, que se ha decidido a no dejar que nada lo detenga, sentenció: “Gracias a mi mujer y mis dos hijos, tengo las fuerzas y las ganas para seguir adelante. Ellos me apoyan en todo lo que hago. Mi deseo es que poder inspirar a todos aquellos que tengan algún tipo de discapacidad a que se puede, siempre se puede a pesar de todo”.
Tanto la familia Vázquez, como el resto de los participantes de la carrera, podrán apreciar lo maravilloso del paisaje realizando su deporte preferido y disfrutando de una sana competencia donde lo fundamental es pasar un buen momento en las dos ciudades más lindas de la Patagonia Argentina, estrenando casi sin saberlo el nuevo tramo que ha incorporado recientemente la inigualable Ruta 40. Por : Giselle Bausset.
Fuente: Lemot
