Video de sexo juvenil generó fuerte debate educativo

El sexólogo Osvaldo Bosco de Marchi y el psicólogo Juan Lafatta,  coincidieron en la necesidad de adaptar la educación a los cambios de la sociedad. El segundo advirtió además por una desmedida búsqueda de notoriedad por parte de los jóvenes. La polémica se generó a partir de que una filmación casera de una pareja de quinceañeros posadeños teniendo sexo y otra de un menor masturbándose se filtraran a la web.

La aparición en internet de dos videos caseros con imágenes de adolescentes posadeños exhibiéndose en prácticas sexuales, dispararon un debate entre especialistas en psicología y sexualidad. El presidente del colegio de Psicólogos, Juan Lafatta y el sexólogo Osvaldo Bosco De Marchi coincidieron en que la verificación de casos  en que los propios menores se filman en actos íntimos y luego deciden difundir las imágenes, obliga a replantear los ejes de la educación sexual.

Se trata de dos audiovisuales que comenzaron a circular hace por lo menos un mes, uno de un adolescente masturbándose y otro de una pareja de quinceañeros teniendo sexo. Ambos fueron capturados por sus propios protagonistas, luego compartidos con un círculo íntimo de amigos y más tarde subidos a internet, aparentemente por miembros de ese círculo íntimo.

Para Bosco De Marchi, es necesario replantear la educación sexual para trabajar no solo sobre cómo prevenir el embarazo sino también sobre cómo quererse, cómo cuidar el propio cuerpo y cómo defenderlo. “Tiene que ver con el respeto hacia uno mismo”, dijo.

 

En coincidencia con el sexólogo, el presidente del colegio de Psicólogos de Misiones, Juan Lafatta, consideró necesarios cambios en la educación. “Debe darse desde el nivel primario, materias que hablen de la sexualidad, la inteligencia emocional, pautas conductuales de convivencia, calidad de vida, tenemos que cambiar todos los contenidos de las materias, de las primarias y las secundarias, en especial de las secundarias, porque me parece que se están dando contenidos que no son demasiado pertinentes a los momentos en que vivimos”, opinó.

 

Búsqueda de la notoriedad

Lafatta consideró que “esta difusión libre, que no es controlada, que tomen estas cuestiones de la sexualidad con total libertad y suban videos íntimos, que se burlen entre ellos y después lo toman una especie de juego de investigación, de curiosidad,  choca con las pautas conductuales más clásicas que puede tener la sociedad”.

Indicó que debe estudiarse más este tema para saber “qué se busca a través de esto. Si yo difundo lo íntimo, puedo acceder a una especie de notoriedad inmediata sin medir las consecuencias de desprestigio o menosprecio que pudiese tener ese tipo de actos”.

Para poner en consideración de los alumnos, debería incorporarse una materia de hable de “la moral”, recordó que la moral “habla de las conductas que deben hacerse y que no deben hacerse, siempre adaptándose a los tiempos modernos, es decir hay cuestiones que son de la vida privada que debemos enseñar que no es conveniente difundirlos en espacios públicos como es la red”.

 

Trasgresión y límites

Para De Marchi, se trata de casos que constituyen la típica trasgresión del adolescente, pero además son un pedido de límites. Indicó que se trata de situaciones cada vez más comunes y se relaciona con la escasez de valores por parte del mundo de los adultos.

“Si hablamos de adolescentes, tenemos que tener en cuenta que permanentemente está intentando pasar los límites existentes y en una sociedad donde hay pocos límites, este exhibicionismo casi narcisista de subir a las redes imágenes de su cuerpo, constituye una trasgresión y a la vez un pedido de límites”, consideró, para luego agregar que “el adolescente justamente adolece de la capacidad de manejarse dentro de ciertos parámetros. Esto de filmarse es un juego y el hecho de compartirlo, socializarlo, es el pedido de límites”, dijo.

El especialista consideró que esto sucede porque en muchos casos los padres abandonaron el rol de ser quienes establecen pautas y marcan las líneas a seguir debido a que “están en lo mismo que sus hijos adolescentes”. “Si hay madres y padres que tratan de mantenerse cada vez más jóvenes, no aceptan el paso del tiempo y hacen lo mismo que sus hijos, ¿cómo pueden poner límites si hacen lo mismo que ellos?», cuestionó.

 

 

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