Polémica por proyecto de ley de semillas que perjudicaría a pequeños productores

Dirigentes alertan por avance de una iniciativa a la que califican como un traje a medida de multinacionales como Cargill y Monsanto que impediría que los pequeños productores puedan utilizar semillas propias en sus chacras.

Desde asociaciones representativas del sector primario de todo el país advirtieron que la Nación prepara un proyecto para modificar la Ley de Semillas y aseguran que sus efectos serían nefastos para los pequeños productores y su espíritu conspira contra la búsqueda de la soberanía alimentaria. El anteproyecto elaborado por la Comisión Nacional de Semillas (CONASE) restringe a los productores el «uso propio» de las simientes y reserva para las grandes multinacionales del sector, como Monsanto, Cargill y Bayer, el derecho de cobrar regalías extendidas.

El anteproyecto, al que tuvo acceso Misiones On Line, establece sanciones económicas para quien “difundiere como semilla cultivares no inscriptos en el Registro Nacional de Cultivares” lo que obliga a los agricultores a dejar de lado a la producción artesanal de semillas y depender exclusivamente de las simientes registradas, la mayoría de ellas a nombre de multinacionales. También sanciona el “uso propio”, es decir a quienes plantan las semillas obtenidas de sus propias cosechas.

 

Ley para Monsanto

La diputada provincial Marta Ferreira (FR), exdirectora de Agricultura Familiar, advirtió que “el anteproyecto, no contempla a los pequeños productores como los nuestros. A simple vista pareciera que la ley está pensada para la Pampa Húmeda, pero al ser una ley nacional, va a terminar rigiendo a todos los productores vinculados a la semilla”.

A opinión de Ferreira, se trata de una iniciativa que favorece a “las grandes multinacionales que conocemos, como Monsanto que está radicada en el país. Pero para nuestros pequeños productores sería perjudicial, porque se verían imposibilitados de volver a sembrar con las semillas que ellos mismos guardan de las otras producciones, que es una práctica cultural que desde la Provincia venimos incentivando junto a organizaciones de productores semilleros”.

Planteó que el proyecto representa un retroceso en materia de soberanía alimentaria ya que apunta a impedir “que los productores tengan su propia semilla, que puedan guardarla para la siembra siguiente y eso nos preocupa mucho”.

Otro de los que manifestó en contra del anteproyecto fue Eugenio Kasalaba, histórico dirigente del Movimiento Agrario de Misiones (MAM) y representante de los feriantes de Oberá. “Sería nefasto no ser dueños de las semillas siendo que nuestros padres y abuelos siempre las conservaban. Aparte, la semilla que venden las multinacionales es modificada  y viene con todo el paquete de agrotóxicos, como ocurre con el tabaco. No ser dueños de la semilla sería quitarnos la soberanía alimentaria y quitarnos un montón de derechos que tenemos los pequeños productores”, opinó.

El dirigente rural advirtió depender de una simiente propiedad de las multinacionales equivaldría a no poder producir a escala familiar porque “el productor no va a tener cómo comprar la semillas, entonces  la empresa se la va a entregar para luego descontarle. Eso sería un modelo de producción no solo muy malo para nosotros, sino también para los pueblos originarios”, alertó.

 Adrian Rojo, dirigente de la Corriente Agraria Nacional y Popular (Canpo), consideró “muy peligroso” dar curso al anteproyecto porque “sería entregar el derecho sobre la parte estratégica que es la genética y los procesos biotecnológicos a quienes dominan el mercado mundial de semillas que podrían dominar toda la cadena agroalimentaria”.

Cuestionó además que la falta de apertura en el debate de la ley. “El tema se está manejando en un círculo muy cerrado, conducido por las transnacionales como Monsanto y Cargill, que tienen mucho interés sobre que se sancione esta ley. Se está discutiendo un recurso estratégico para la agricultura, porque quien maneja la genética tiene la posibilidad de manejar los ciclos productivos, los rindes, qué agroquímicos se usan. Tiene que ser un debate de los 40 millones de argentinos como mínimo”, dijo.

Cuestión de soberanía

La Federación Agraria Argentina (FAA) rechazó de plano el proyecto de ley de semillas. La entidad se retiró de la mesa de trabajo impulsada por Agicultura de Nación para avanzar en la iniciativa. “No convalidaremos con nuestra presencia esta verdadera entrega de la soberanía nacional en el área de semillas ni nos pondremos al servicio de los intereses de los sectores más concentrados de la economía que están siendo los reales ganadores del modelo”, señaló la FAA a través de una carta firmada por su presidente Eduardo Buzzi.La iniciativa también fue rechazada por la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria (Universidad Nacional del Comahue). “Necesitamos una ley que proponga otra cosa: una intervención del Estado que sostenga a las comunidades originarias y campesinas en pos de proteger el libre intercambio de semillas e imposibilitar la concentración”, afirmaron.

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