Productores de un grupo del programa Cambio Rural en San Vicente, comenzaron a utilizar una nueva técnica que consiste en transformar todos los desechos sólidos orgánicos, mediante la acción de microorganismos eficientes, en un abono también orgánico (compost) de excelente calidad. De esta manera se busca controlar la transformación de los desechos, reduciendo el tiempo de compostaje, la generación de olores desagradables y de insectos, como la mosca entre otros.
El ingeniero agrónomo Rodolfo Sánchez Gavier, asesor del grupo, explicó que “se hace utilizando todos los estiércoles producidos por los animales en corrales, y restos vegetales como el bagazo de caña de azúcar, tallos de tabaco, y chala de maíz, entre otros. Al ser un proceso biológico, los distintos tipos de microorganismos que intervienen, se alimentan de todos esos restos orgánicos y los transforman en un producto, el compost”. Agregó que posee sustancias nutritivas que las plantas las absorben directamente sin necesidad que en la cadena de transformación intervenga otro eslabón. El proceso es similar al que realizan las lombrices californianas, pero el de los microorganismos eficientes es más completo en cuanto a su composición nutricional para las plantas.
Técnica simple
El profesional contó que la técnica es muy simple y consiste en ir incorporando los microorganismos eficientes con abundante cantidad de agua a las capas de material que se quiere compostar. La pila no debe superar el metro de altura, y el metro y medio de ancho. La humedad final debe ser de alrededor del 40%, que se comprueba fácilmente, introduciendo la mano en la pila y al apretar la mezcla, esta debe quedar moldeada y sin que escurra líquido. Por último se lo cubre con un plástico. Durante los primeros días se debe controlar que la temperatura, producto de la fermentación aeróbica, no supere los 60 grados. Cuando eso sucede se revuelve la pila y se estabiliza nuevamente la temperatura. Al cabo de 45 días está listo para usar.
La técnica es de bajo costo y fácil implementación y lo que se busca es la autosuficiencia del productor ya que a partir de este compost puede fabricar sus propios fertilizantes líquidos y aplicarlos en forma foliar o por la cinta de riego.
En la chacra
La experiencia se está realizando en una chacra ubicada sobre la ruta Nacional 14, propiedad de Roberto Homiñuk. “Lo voy a utilizar para recuperar el yerbal y pasturas. Es muy fácil de hacer, incluso en las casas de familia, con todos los restos de la cocina y de jardines”, contó el colono.
“Además me permite dejar de quemar restos de vegetales; no contamino ni vertientes ni arroyos con bost; y criaderos y corrales no tienen olor ni juntan moscas”, dijo Homiñuk.
