Barañao destaca que científicos vienen a Misiones «por una vida más tranquila»

El ministro de Ciencia, Lino Barañao, habló con Sala de Prensa sobre los objetivos de su gestión y subrayó, al respecto, que este Ministerio es necesario para este modelo productivo. Por eso no hubo uno antes: no estaba dentro de la ecuación productiva y sí lo hay ahora. Ello no es casual».

“El 80% de los científicos está en cuatro ciudades: Buenos Aires, La Plata, Rosario y Córdoba, por las universidades. Y estamos trabajando fuertemente en corregir esa asimetría, con quejas de los chicos de las grandes ciudades, obviamente”, apunta el ministro de Ciencia.

Barañao explica: “Hay que hacer un esfuerzo porque sino es una retroalimentación: en esas ciudades tienen más posibilidades de tener mejores currículum, entonces compiten mejor. Si nos fijamos en los mejores, siempre son los de estas ciudades. Y vamos a incorporar un valor para ver dónde trabaja el chico y se están dando migraciones: hay chicos que se han ido a Misiones, se van al interior del país porque quieren tener una vida más tranquila y si les das equipamiento para seguir trabajando van a estar bien”.

Una de los incentivos que tienen pensado ofrecer es la posibilidad de adquirir casa propia en ciudades que hoy concentran menor cantidad de profesionales. “Estamos trabajando con el Banco Hipotecario para ver si podemos dar una línea de crédito de vivienda para moverse al interior”, anuncia.

Consultado, entonces, sobre la disposición de ese mapa productivo, reconoció el funcionario que “hay laboratorios y de muy buena calidad, y también está esa pata de ciencia e industria cultural”.

Otra de las iniciativas es fortalecer esa relación entre cultura y ciencia: “queremos financiar proyectos de contenidos para televisión, exhibiciones para museos, contenidos educativos, con las universidades nacionales (que muchas ya tienen departamentos audiovisuales) y lo que pretendemos es que no sólo produzcan material que podamos mostrar en Tecnópolis o los museos (a los cuales también queremos fortalecer) sino que, además, puedan crear una empresa que produzca contenidos porque hay una demanda de contenidos de divulgación científica muy grande en toda Latinoamérica”.

“Creemos que a partir de esta semilla que vamos a ir plantando en muchas universidades, los estudiantes pueden crear empresas en el área de divulgación científicas”, sostuvo.

En esa línea, el funcionario se lamenta porque “hoy por hoy, los que hacen divulgación lo hacen en sus ratos libres. No están validados, entonces, nos estamos perdiendo gente muy capaz que no le puede dedicar tiempo porque nadie se lo reconoce”. “Nosotros creemos que a partir de este cambio vamos a tener más contenidos en la televisión porque pasó algo muy importante en esta tarea de promover vocaciones, que haya chicos que se identifiquen con los actores. Que hagan programas en Jujuy, que muestren que hay una carrera muy buena, empresas, así el chico va a universidades de esos lugares”, plantea.

Asimismo, señala que “acoplar las investigaciones a los problemas locales también es una asignatura pendiente. Muchos investigadores se ven tentados a competir en ‘las grandes ligas’ porque es lo que tiene más ‘glamour’ pero cuando se usan fondos públicos la prioridad es mejorar la calidad de vida de la gente y no la popularidad del investigador”.

Barañao enfatiza que “estamos ya presentando el Plan Nacional de Ciencia y Tecnología que define unos 32 núcleos socioproductivos. Eso también es una novedad porque históricamente se presentaban desarrollos de las disciplinas: qué hay que hacer en biología, química, y cada grupo de profesores decía ‘lo mío es lo más importante’ y así terminábamos con 124 prioridades”.

“El cambio de enfoque implica que lo que es importante es aquello que está inserto en la realidad socioproductiva de un lugar. Entonces, tiene un enfoque sectorial y local. La idea es focalizar en esos núcleos y si hay que hacer algún énfasis en el futuro es esto de tener más profesionales porque lo que va a pasar es un cuello de botella porque no hay suficiente gente; ya hay: las estadísticas muestran que al menos el 60% de las empresas argentinas dicen tener dificultades en conseguir profesionales, en empresas tecnológicas: porque no hay ingenieros, no hay programadores, y se pelean por los pocos que hay”, concluye. 

 

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