Evolución favorable

Escribe Juan Carlos Argüello, jefe de Redacción de Misiones On Line 

“A Evita hay que honrarla desde la acción». La frase es del gobernador Maurice Closs, de cuna radical, a 60 años de la muerte de Eva Perón, pieza fundamental de uno de los movimientos políticos más relevantes del siglo pasado.  ¿Qué es la acción? Involucrarse, moverse, participar, decidir. Es lo contrario a dejar que todo fluya, de permitir que el “mercado” decida y derrame. 

 

 

Es obvio que esa intervención, en manos del Estado, genera reacciones. Cualquier intervención discrimina, elige de qué lado estar o por lo menos busca un equilibrio en la balanza. Evita decidió estar con los que menos tenían, hacerlos visibles, darles contención. Y así como generó pasiones, despertó odios viscerales.

 

 

Hoy el Estado vuelve a intervenir, a involucrarse y esa decisión genera el mismo rechazo en los sectores concentrados, con mayor riqueza, desacostumbrados a tener que rendir cuentas de sus ganancias y de cómo tenían a sus trabajadores. Por eso, las críticas al modelo deben ponerse en contexto y saber de dónde provienen o quiénes las promueven.

 

 

Closs dio una clave para entender el momento económico, que “lejos está de ser una crisis”. “La Argentina tiene cosas raras en su economía que por ahí no entendemos, como el cepo al dólar o la traba a las importaciones. Pero son consecuencias de una decisión tomada por la Presidenta, de honrar los fuertes vencimientos de la deuda pública, básicamente el Boden 2012 -bono lanzado para pagar a los afectados por el Corralito 2001-, con el excedente de la balanza comercial, es decir, con la diferencia de dólares que se generan con lo que se exporta e importa. Para que esto se dé y se junte ese dinero una de las cosas que se tuvo que hacer, fue trabar las importaciones. Otra de las cosas que se tuvo que hacer, fue convertir al Estado en el mayor comprador de dólares para honrar esa deuda. Y el año que viene los niveles de vencimiento son bastantes inferiores a lo que fueron este año”.

 

 

“Además de eso tenemos una cosecha de soja que va a ser mejor, producto de la climatología y esa cosecha, va a enganchar con un precio que está bastante elevado, de manera que allí uno ve números que son llamativos”, explicó.

 

 

Es decir, en 2013, el Estado estará mucho más holgado en cuanto al uso de recursos.

 

 

Los vencimientos de deuda son cercanos a los 13.000 millones de dólares, pero en manos del sector privado hay papeles por 4.550 millones. El resto, está en bonos del mismo Estado, entre el Banco Central y la Anses, por lo que podrán ser refinanciados.

 

 

En paralelo, la soja podría aportarle 5.000 millones de dólares adicionales a la economía argentina en 2013, según un estudio del Instituto Argentino de Análisis Fiscal, por una elevadísima cotización en los mercados internacionales.

 

 

Se estima que todavía quedan unas 16 millones de toneladas sin ser exportadas o sin precio determinado, lo que podría aumentar el valor de las exportaciones del complejo, en unos 1.300 millones de dólares durante el corriente año (N de la R: De ahí la especulación de los grandes productores de soja por devaluar el peso, ya que ganarían mucho más con un dólar alto). Esto le generaría al gobierno unos 460 millones de dólares adicionales en concepto de retenciones a las exportaciones. Las provincias y municipios recibirían este incremento con los brazos abiertos, ya que un 30 por ciento (138 millones de dólares) les corresponde por el Fondo Federal Solidario.

 

 

El año que viene el gobierno podría recaudar  8.600 millones de dólares en derechos de exportación, de los cuales debería destinar a las provincias y municipios unos 2.600 millones.

 

 

Como la recaudación es en pesos, incide en su valor el tipo de cambio. Suponiendo un nivel promedio de 5,5 pesos por dólar, los derechos de exportación serían de 48.000 millones de pesos y el Fondo Federal solidario destinado a las provincias de 14.300 millones. Respecto a la recaudación en pesos de este año, el incremento puede llegar a ser del 57 por ciento en 2013. Este comportamiento haría que los derechos de exportación vuelvan a recuperar importancia relativa en los ingresos del gobierno nacional, explica el Iaraf.

 

 

Se analiza incluso darle un golpe más duro a la especulación granera. La presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, confirmó que se evalúa “desdolarizar” las operaciones en los mercados de futuros sobre commodities y divisas, ya que en ninguna parte del mundo se opera con moneda extranjera.

 

 

El titular de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati, el nuevo aliado del opositor Hugo Moyano, salió con los tapones de punta contra la medida. Biolcati aseguró que “la sola versión de que esto suceda, paralizó las operaciones” y que destruiría “otro tipo de refugio para los productores” agropecuarios. El refugio, se lee, es cobrar en dólares y pagar en pesos.

 

 

Mientras, Biolcati se ufana en que el campo es la gran reserva moral del país. Reserva que descansa en los silos esperando que el dólar se dispare.

 

 

La idea de “pesificar” la economía obedece a una estrategia de crecimiento que no sigue los parámetros ortodoxos y por eso desconcierta y enoja a los gurúes tradicionales. Pero hasta ahora, ha dado resultados, con un crecimiento sostenido, creación de empleo y desendeudamiento. En España, que se ahoga en una profunda crisis, comienzan a mirar con esperanzas a la Argentina, especialmente los jóvenes, que se suman a los cientos de argentinos que pegaron la vuelta.

 

 

Lo mismo sucede con otros países, que siguen aplicando recetas financieras que fracasaron aquí y se siguen hundiendo en un fango cada día más complicado.

 

 

En cambio aquí, gracias a dejar de lado esas políticas, se puede pensar en manejar el futuro con cierto optimismo. De hecho, después de superar un año de crisis global con bastante holgura, se augura recuperar un elevado crecimiento en 2013. Closs le puso números y pronosticó un cinco por ciento. 

 

 

Ese crecimiento impactará positivamente en las provincias, que por estas horas sufren una crisis emergente de los tiempos de arcas llenas. Gastaron a cuenta y ahora tienen severos problemas. Misiones se sostiene en el reducido grupo de las provincias que no sufrieron sofocones de relevancia y mantiene el ritmo de inversiones, obra pública y proyectos. Fue una de los pocos distritos que reabrió paritarias con los docentes y el reinicio de las clases será con normalidad, salvo por el minúsculo grupo seudo gremial que insiste en la estrategia del chantaje con amenazas de paros.

 

 

Como parte de esa mirada positiva, Closs ya anticipó que el Presupuesto 2013 mantendrá las prioridades en las áreas sociales y el desarrollo de la economía. El cálculo que ingresará en horas a la Legislatura rondará los 12.600 millones de pesos, anunció el mandatario.

 

 

Finalmente, un tema que deberá resolverse en el corto plazo es cómo superar la creciente preocupación manifestada públicamente por una docena de intendentes, escribanos y agentes inmobiliarios por el revalúo fiscal impulsado por la Dirección General de Rentas. Aunque nadie duda que resulta necesario adecuar la cotización de las propiedades inmobiliarias a sumas más realistas, y avanzar en una mayor transparencia de la situación catastral de los inmuebles, miles de misioneros , especialmente de ingresos medios, se encontraron de la noche a la mañana con un impuesto a un valor tres, cuatro o hasta diez veces más elevado, que impactará de manera muy fuerte en sus bolsillos especialmente el próximo año.

 

 

Además, con el revalúo de Rentas, muchas de esas familias deberán comenzar a pagar Bienes Personales, un impuesto que recauda la Nación cuando se supera un umbral de 302 mil pesos en posesiones, como la vivienda, un auto o un terreno. Con el revalúo, propiedades tasadas hoy en cien mil pesos superan largamente los 300 mil, a lo que resta sumarle un pequeño auto para comenzar a pagar el tributo nacional. Sería drenar recursos provinciales -que bien podrían destinarse al consumo- a la Nación, en un sistema de reparto que lejos está de ser recíproco.

 

 

Los profesionales del rubro expresan muchas dudas sobre el sustento técnico del mapeo para determinar las mejoras inmobiliarias, realizado para Rentas por la firma Dextra. Tanto, que además de la queja de una docena de intendentes, la misma Dirección General de Rentas admitió “errores” que ya habrían sido subsanados. Oficialmente, Rentas reconoció alrededor de 12 mil errores. En Catastro, admiten que las quejas ya llegan a 25 mil, y  añaden que la valuación “se hizo de acuerdo a los valores de los diarios y con intercambios de opiniones, pero no con precisión técnica”.

 

 

El director general de Rentas, Miguel Arturo Thomas, le puso más polémica a la situación al hablar de un “justiprecio”, que bien puede diferir de un criterio técnico. Pero que coincide con los relatos desde Catastro, acerca de la manera en que se decidieron miles de valuaciones. Fuentes oficiales evalúan que una salida posible para superar el trance sería retrotraer la valuación y aplicar una suba paulatina al valor fiscal, que permita un trance menos abrupto a una nueva plataforma o base imponible.

 

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