Quedó demostrado que la tierra colorada fue más que un dolor de cabeza para los experimentados pilotos del Dakar. Ya en la primera etapa del Desafío del Litoral que unió Iguazú con Posadas, muchos se manifestaron sorprendidos por las condiciones resbalosas y poco agradables de los caminos. “Por momentos, el suelo del bosque estaba brilloso y muy resbaloso y por otros no, era difícil ver la diferencia”, había manifestado el motociclista francés cuatro veces campeón del Dakar, Cyril Despres.
Hasta el experimentado chileno “Chaleco” López mostró su asombro: “Esto es completamente diferente a lo que he hecho en el desierto. Aquí había mucha vegetación y piso húmedo que hacía resbalar a la moto. Tenía que ir muy atento, no se podía correr mucho”, dijo.
En el segundo día (martes), las lluvias fueron constantes, lo que motivó la suspensión de la segunda etapa, tal como lo había previsto el piloto español Nani Roma: “La humedad es peligrosa en esta tierra, ojalá no llueva”. Ayer nuevamente las condiciones climáticas obligaron la suspensión y el Desafío se fue de Misiones, con deudas competitivas.
