El tema de hoy es “Venciendo al gigante” y tiene que ver con aquellos problemas “gigantes” que se presentan en nuestras vidas y que a veces no sabemos cómo enfrentarlos. Con la ayuda de Dios, todo lo podemos, y veremos en esta oportunidad cómo hizo el rey David para vencer no solo al gigante Goliat, sino a varios gigantes más a lo largo de su vida.
Venciendo al gigante. 1° Samuel 17:21-37.
La raza de los gigantes sin duda que ha desaparecido, pero nos quedan relatos muy antiguos y rastros arqueológicos que denotan la existencia de gente de elevada estatura, que debió vivir y marcar su generación en forma significativa. Según un informe de Discovery Channel estas tribus estaban diseminadas en diversas partes del mundo, no solo en la tierra de Palestina. Goliat debió medir 3 metros y un poco más de acuerdo a la medida que se asigna a los parámetros bíblicos, a juzgar por lo que pesaba la armadura que protegía su pectoral, cerca de 50 kilos! algunos comentaristas deducen que su estatura era de más de 3 metros.
Por esa razón, vencer a este gigante, no era poca cosa, pero David lo hizo. Al vencer al gigante, David es usado por Dios para que aprendamos varias lecciones de cómo vamos a vencer a la fuente de toda maldad y de toda maldición, sin duda que podremos atender a estas claves y ser vencedores.
Cuenta la historia que David fue al frente de batalla para llevar un encargo de su padre para tres de sus hermanos que estaban en el lugar y lo primero que recibió cuando llegó fue rechazo, menosprecio y palabras descalificadoras.
Manejando el rechazo (1° Samuel 17:28-30)
Aquí en este pasaje bíblico vemos un rechazo real y concreto, a) juzgando como malas sus intenciones, b) menospreciando su habitual ocupación que era cuidar ovejas c) y echándolo en forma concreta, según el hermano mayor no tenía nada que hacer en ese lugar.
La manera en la que reaccionas ante los rechazos influye profundamente en todas las áreas de la vida y es directamente proporcional a tus posibilidades reales de ser feliz. Cada uno de nosotros nos enfrentamos con rechazos a diario en los distintos ámbitos en los que nos desenvolvemos.
A la mayoría de la gente le cuesta manejar el rechazo, sienten que es algo con lo que les cuesta lidiar y al final creen que todos de algún modo se confabulan en su contra para que no sean felices. Entonces pierden meses y hasta años de su vida forzando situaciones que, a las claras, no los favorecerán de la manera que buscan (por ejemplo, quieren que tal persona sí o sí sea su pareja y hacen lo indescriptible para que así sea, malgastando tiempo y energía, resistiéndose a lo evidente, sin tener en cuenta que lo que es, fluye por sí solo).
Por otro lado, hay gente que ante una situación de rechazo da vuelta la página y toma otro rumbo. Como hizo David, no le importó lo que le dijeron y se dedicó a lo que tenía en mente. Y esa es la actitud, así es que no dejes que el rechazo ancle tu vida para la derrota!
La gente tiene el derecho de aceptarte y quererte o de no hacerlo. Un rechazo puede facilitar que te des cuenta si estás frente a una obsesión que está consumiendo gran parte de tu energía, en caso de que no sea la primera negativa que recibes y de que hagas oídos sordos a las razones por las que la obtienes. Empecinarse en algo sin sentido o tratar de forzar a alguien a hacer algo contra su voluntad no da buenos resultados. Pero lo positivo de un rechazo es que puede estimular tu imaginación, para que halles nuevas formas, planes novedosos y estrategias originales que te permitan superarte y alcanzar tus sueños.
David tenía un arma secreta que no tenia cualquiera
El recurso sobrenatural: A pesar que debemos tener algunos recursos naturales, necesitamos si o si contar con lo sobrenatural, 1° Samuel 17:48-49. Dice que la piedra quedó clavada en la frente del gigante, o sea fue como una bala, y me llama la atención, porque le puede pegar y aun lastimar pero que quede clavada, significa que algo sobrenatural ocurrió y es que ahí obró la intervención poderosa del Espíritu de Dios. Y así sucede cuando estamos en comunión con Dios, cuando buscamos su ayuda, jamás nos dejará solos. Él es la clave de toda victoria y es el que da valentía y autoridad a la iglesia.
También nos provee discernimiento espiritual para batallar contra tantos “gigantes” que se presentan en nuestras vidas. Porque El es la luz que necesitamos. La Biblia habla en varias oportunidades de la existencia de gigantes y vemos incluso que el mismo David se tuvo que enfrentar en su vida a varios gigantes más (2º Samuel 21:15-17). Por eso necesitamos la permanente guía del Espíritu Santo, para que cuando aparezcan gigantes, tengamos la guía y la estrategia del Espíritu Santo para tener victoria y vencerlos.
Dice la biblia que la tarea mas importante era cuidar las ovejas de su padre
1° Samuel 17:25. Decía en las escrituras que al que venciere al gigante entre otras cosas, a la casa de su padre se le libraría de impuestos. Y cuando David puso en peligro anteriormente su vida luchando contra osos y leones, fue cuando tuvo que defender las ovejas de su padre.
Y acá deberíamos preguntarnos por qué muchos cristianos son permanentemente derrotados? Entre otras cosas deberían revisar qué tipo de relación han tenido y tienen con sus padres, con sus mayores, aun todos los que son autoridad sobre su vida. Porque dice la Biblia que el que resiste a la autoridad, a Dios se opone (Romanos 13:2). Y empezando por los padres, Dios va a poner personas en nuestras vidas con autoridad sobre nosotros y la manera de cómo aceptamos la autoridad será lo que vendrá sobre nuestras vidas… “honra a tu padre y a tu madre y todo te irá bien…” Y David había cumplido siempre este principio de victoria. Vamos ahora a Efesios 6:1-3: «Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.»
En el evangelio de Juan, el Señor Jesús todo se lo atribuye al Padre. «Mis palabras me las dio mi Padre. Lo que hago, no lo hago yo, sino que lo hace mi Padre a través de mí». «El Padre que me envió…» «Salí de mi Padre… vuelvo al Padre» ¡Hay una preciosa relación entre el Padre y el Hijo!
La palabra griega para honor, significa venerar, apreciar, y valorar. Honor es darles respeto, no solo por mérito sino también por rango. Por ejemplo, algunos pueden no estar de acuerdo con las decisiones de los gobernantes, pero aun así se debe respetar su posición como líder de su provincia o país, hay que orar por los gobernantes y bendecirlos para que nuestra tierra sea bendecida. Similarmente, los hijos de todas las edades deben honrar a sus padres, sin importar si sus padres “merecen” o no el honor.
El evangelista y editor norteamericano, Dwight Moody dijo “he envejecido pero lo que he aprendido, si he aprendido algo, es que el que deshonra a su padre o a su madre nunca prospera”. Y las narices muertas no olfatean las flores… mientras estén vivos honrémosles.
El quinto mandamiento empieza a hacernos reflexionar en cuanto a la relación con los que nos rodean, empezando por nuestros padres. No perdamos las batallas contra los gigantes, con la ayuda y guía de Jesús y teniendo la actitud correcta lograremos la victoria!
Pastor Guillermo Decena. Centro Familiar Cristiano Eldorado.
Prédicas en vivo, todos los miércoles 20 hrs. en www.centrofamiliarcristianoweb.org
