Malvina Yunke denunció a la empresa Alto Paraná por «abandono de persona», a raíz de que su esposo Celso Esteban Rorihg fue afectado por la explosión ocurrida a principios de año en dicha planta industrial, en la zona norte de la provincia. El hombre de 52 años sobrevivió de milagro pero quedó incapacitado y tiene problemas de respiración. Un hijo de 26 años que trabajaba en la empresa y era el único que les compraba los remedios fue despedido. La mujer dijo que evalúa con los abogados denunciar a AP. Dijo que la explosión que ocasionó un muerto fue «una negligencia porque la empresa sabía que eso iba a ocurrir y mandaron a la gente allá para no tener pérdidas de millones de dólares».
Malvina Yunke, esposa de Celso Esteban Rorihg. Radio Libertad
Malvina Yunke dijo en radio Libertad de Posadas que su esposo “está mal, anda con muchos problemas de respiración porque las quemaduras fueron muy graves, los médicos no le daban posibilidades de vida, el hecho que hoy esté con vida es un milagro, además sus órganos se quemaron”, dijo, y la empresa cuando estábamos en el hospital nos atendió proque no querían prensa, y cuando venimos a casa fuimos abandonados tanto por parte de la ART como de la empresa”.
El hombre ahora se encuentra en el Chaco por estudios. «Recién ahora accedieron a darle los estudios por la falta de oxígeno, la ART ya le había dado el alta hace dos meses, él ahora está con parte de enfermo, pérdida casi de la totalidad del oído, una vez al mes le tengo que llevar a limpiar porque le sangre el tímpano, tiene problemas neurológicos, vivimos a unas tres cuadras de la planta y cada vez que hace el escape en caldera larga el vapor y produce ruido, él salta de la cama y no duerme más».
Está en manos de abogados denunciar en la Justicia, dijo la mujer y agregó acusó a la empresa Alto Paraná de «inhumana», «la vida humana para ellos no vale nada, murió un compañero de trabajo y para ellos es como si hubiera muerto un perrito».
Recordó que fueron como diez heridos en ese accidente en el cual explotó la válvula de seguridad de la caldera. «Encima tenemos que aguantar toda la contaminación que hay, todo el peligro eso parece una bomba de tiempo, la cantidad de gente desocupada que hay en el pueblo, ellos toman gente de otras localidades».
«Nunca recibimos asistencia psicológica»
Malvina Yunke también denunció que la empresa AP «nunca pusieron asistencia psicológica después de haber pasado por todo lo que pasamos, imaginese después de todo el trauma que pasamos como estamos toda la familia, el único que me venía ayudando mi hijo de 26 años, estaba trajando en planta y como la Art nunca tiene la plata para los remedios venía comprando mi hijo».
La explosión «fue negligencia de la empresa»
«No sé si estoy enojada o triste por ver tanta injusticia», eso fue negligencia de la empresa, aseguró Yunke y reveló que «ellos sabían que eso estaba a punto de explotar y mandaron a la gente allá, ellos sabían porque eso se había pedido desde la mañana que la caldera pare, pero no querían tener pérdidas que eso significaba millones de dólres y no les importó y hay un compañero muerto”.
Respecto a su hijo que que «el único sostén que teníamos en la casa era de mi hijo que estaba traajndo ahí y la semana pasada lo largaron sin previo aviso, le dijeron que se terminó el contrato».
«Mi esposo siempre laburó de 12 a 15 horas de lunes a lunes, hoy no puede hacer una cuadra que se cae desmayado, les dije cómo me harán eso que saben tengo una hija en la facultad y ahora quien me estaba ayudando es mi hijo?, el de recursos humanos tampoco me dio solución, no sé si la orden viene de arriba. Me devolvieron una persona incapacitada de trabajar en nada».
El ex operario había entrado hace cuatro meses, anteriormente había trabajado en la celulosa que cerró hace casi un año.
