El esquema propuesto tiene similitudes con el Fondo Especial del Tabaco. El objetivo central de la propuesta es mejorar las condiciones de los yerbales de los pequeños productores y garantizar el blanqueo de los trabajadores de la cosecha.
Con el objetivo de financiar al pequeño productor y proporcionar mayor cobertura de salud y seguridad social, la senadora, Sandra Giménez presentó el Proyecto de Ley para crear el Fondo Especial de la Yerba Mate, cuyo principal objetivo será beneficiar al productor que tiene menos de 25 hectáreas. La idea es generar una herramienta similar al Fondo Especial del Tabaco (FET) que se financiaría con una décima parte de lo recaudado en concepto de IVA sobre la venta de yerba mate y sus derivados.
El proyecto estipula que el dinero de dicho fondo será destinado prioritariamente a facilitar a los pequeños yerbateros el acceso a nueva tecnología, la incorporación de material genético de alta calidad y la renovación de sus plantaciones con el objetivo de elevar su nivel de productividad.
Otro de los objetivos del fondo será financiar el desarrollo e implementación de un esquema de seguridad social adecuado para la actividad, así como cobertura de salud y planes de regularización de la tenencia de tierras. Además plantea la posibilidad de utilizar dinero del fondo yerbatero para poner en marcha el postergado sistema de corresponsabilidad gremial, que prevé cubrir todas las cargas laborales de los tareferos con un cargo fijo por kilo de hoja entregado por productor.
Según indicó la propia autora del proyecto, la idea es que los recursos del Fondo Especial de la Yerba Mate “financien los programas, proyectos y acciones destinadas a mejorar la sustentabilidad y el potencial de crecimiento y desarrollo los pequeños productores. Estará destinado en forma prioritaria al proceso de renovación de plantaciones, incorporación de tecnología y material genético, capacitación, otorgamiento de asistencia financiera, y toda acción que, a criterio del órgano provincial competente, tienda a mejorar el rendimiento económico de la actividad productividad y de la calidad de vida de los pequeños productores yerbateros y peones rurales tareferos”
Asistir al más débil
La iniciativa se propone defender al pequeño productor frente a la concentración de la etapa de procesamiento industrial, lo que termina disminuyendo su capacidad de negociar precios.
“El pequeño productor es sin dudas en eslabón más débil de la cadena productiva. Existen 20.000 productores con menos de 25 hectáreas, 14.000 con menos de 10 y 8.000 con menos de 5 hectáreas. Este último grupo, el más débil, genera 15 por ciento de la producción, lo que refleja el bajo rendimiento de sus plantaciones”, argumentó la senadora por Misiones.
“Argentina es el principal productor mundial de yerba mate y dentro del país Misiones concentra 90 por ciento de la producción, el resto se genera, principalmente en Corrientes”, se describe en los fundamentos presentados por la Giménez.
Resaltó que las grandes compañías integradas cuentan con plantaciones en las que aplican modernas prácticas de cultivo que le permiten obtener rindes mucho más altos que los pequeños productores, lo que redunda en una posición de debilidad para los últimos.
La senadora Giménez dice que “la clave pasa por comprender que la estructura del mercado de materia prima de la yerba mate constituye un oligopsonio. Frente a ellos, como compradores últimos de su producción, existen en el país no más de 120 industrias molinera. Sin embargo, los tres más importantes comercializan 50 por ciento de la producción. Más aún, actualmente 80 por ciento de la comercialización se concentra en 10 empresas líderes con sus respectivas marcas. Por eso, equilibrar la participación de los miembros de la cadena yerbatera, sin duda, constituye un paso firme hacia la mejora de la distribución del ingreso y, por lo tanto, hacia una sociedad más justa”, consideró.
