Reflexión dominical del pastor Guillermo Decena

Hoy vamos a tratar el tema de “la Victoria y la Oración” y ¿por qué hablamos de esto? Porque en la Biblia encontramos que la energía que necesitamos viene de la oración. Ahí se encuentra la victoria del cristiano para vencer todo aquello que le pesa o le cuesta.

El Espíritu Santo nos capacita para pelear la batalla de la vida, porque hasta que Cristo venga estaremos en medio de una guerra espiritual. Y la Biblia nos revela que la energía que necesitamos viene de la oración. Si queremos vivir en victoria derrotando todos los obstáculos que se nos presentan tenemos que orar.

Pablo reconocía esto, no estaba ni en sus títulos ni en su inteligencia pero él lo sabía y lo hacía. Moisés  oraba, Daniel oraba, Jesús oraba y hacían grandes cosas, vivían vidas de victoria ¿por qué no probar entonces que pasa en nuestras vidas si incluimos la oración?

El poder de la oración radica en tener esa comunión con el Padre, en estar ante la presencia de Dios. Que pasaría si te determinas a estar un tiempo por día con Cristo? Qué pasaría si le dedicas unos minutos de tu día a hablar con El? Inténtalo, y créeme que vale la pena, porque podría pasar lo que nunca ha pasado y siempre has esperado que pase. La Biblia dice que el Señor pelearía nuestras batallas!  Y nuestra oración mueve la mano de Dios.

El libro de Éxodo 17: 8-14 cuenta que las manos de Moisés se cansaban, esto quiere decir que somos frágiles, pero Dios está dispuesto a darte victoria igual porque El te fortalece. El renueva nuestras fuerzas.

 

Qué es la guerra espiritual?

La guerra espiritual tiene que ver con todas esas adversidades que nos tocan vivir, hay personas que no saben cómo salir de sus problemas o se dan por vencidos porque se sienten cansados de luchar, oprimidos, y es que no saben usar la armadura de Cristo, no usan las armas que nos da la Palabra de Dios, y nunca aprenden a pelear la batalla por eso viven en derrota.

 

En 2° Timoteo 4:7  dice “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe”, “Buen soldado… buena batalla”.

Pero cómo se llega a ser  buen soldado? Primero se respeta a las autoridades (tenía la suficiente libertad Pablo para decirle “hijo mío” respeta todo orden establecido por Dios). Segundo: Un buen soldado sabe preparar a los que le siguen (transmite a otros hombres que su vez enseñan a otros como vivir en victoria) Tercero: sabe sufrir por el reino. (Sufre penalidades, aflicciones, pero qué sufrían los discípulos de Cristo? Sufrían por las burlas de los incrédulos y sus malos tratos, persecuciones, etc). Y es mejor sufrir estas cosas por Dios que sufrir las consecuencias del pecado.

 

Y  el cristiano debe saber que el mal ataca por diferentes frentes a las personas, intentando controlar su mente, sentimientos, pensamientos, voluntad, acciones y emociones.  Y cada uno sabe cuáles son sus debilidades. Cada uno pelea sus propias batallas, cada uno tendrá luchas en diferentes áreas de la vida, y hay muchos que no tendrán la valentía para pelear, prefieren quedarse ahí donde están en vez de avanzar, y como buenos hijos de Dios podemos intentar ayudar, impulsarlos a que se levanten pero si no quieren salir de donde se encuentran, no podemos insistir, Dios no obliga a nadie, respeta la voluntad de todos, entonces al que no se quiere levantar, al que no tiene voluntad de hacerlo, ni Dios lo puede ayudar. El nos dio libre albedrio y cada uno es dueño y artífice de su propio destino, cada uno elige el camino que quiere tomar y la vida que quiere vivir.

 

En Génesis 15:18-  21 podemos ver que desde el principio hubo muchas clases de enemigos, no podemos simplificar la batalla. Pero siempre se peleaba para avanzar. No se quedaban encariñados, emocionados con alguna victoria del pasado, miraban siempre para adelante y había mucho por qué pelear…era dinámica, porque así es la batalla de la vida. Constante e intensa.

 

La oración y el tiempo. “Hubo firmeza (en la oración) hasta que se puso el sol…”

En Efesios 6:18  dice “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos”.

 

Con toda oración: la victoria del pueblo dependía del Señor, es decir que de la oración a Dios depende el triunfo…”cuando Moises levantaba las manos a Dios, había victoria” (Éxodo 17: 8-14).

 

Hay diferentes tipos de oración para poder tener victoria:

En todo tiempo no significa repetir siempre lo mismo, sino estar en continua comunión con Dios. Hablar con El y contarle lo que nos pasa, El es nuestro ayudador, nos escucha en todo tiempo y nunca nos fallará.

Con toda Oración: En la Biblia habla de la oración de Zacarías esposo de Elizabeth, él hacia una  oración específica Lucas 1: 5-25… Eran justos delante de Dios pero no tenían hijos y ya eran de edad avanzada y se le apareció un ángel que le dijo: tu oración ha sido contestada… esta expresión es específica, la respuesta de alguien que clamaba a Dios.

 

En Romanos 8:26 se revela que Dios nos ayuda en nuestra debilidad, pero tenemos que orar y con el poder y la ayuda del Espíritu Santo podrás dejar las emociones que trastornan tu vida.

También la Biblia habla de la oración Intercesora y esta oración es fundamental porque rompe la atadura más grande del ser humano, el egoísmo, así que dice “velando por todos”… Quiere decir que funciona como un equipo, como un grupo que debe armonizar, que debe pedir por todos no solo por ellos. Como dice en el libro de Hechos 1:14 “perseveraban unánimes”, unidos, tenían metas en común, hay que tener carga por las almas perdidas y por las personas oprimidas, hay que orar por ellos.

 

Y también la Palabra habla de las oraciones de acciones de gracias, quiere decir que debemos reconocer a Dios en todos tus caminos, significa dejar de lado el orgullo y la autosuficiencia. Porque todo lo recibimos de Dios, y debemos honrar a Dios por su inmensa bondad y darle gracias.

 

Cristo es nuestra roca dice en Salmos 144: 1-2. Para orar le pusieron a Moisés  una roca que significa que su oración y nuestra vida deben estar apoyadas en Dios, en Jesús, nuestro cimiento firme.

 

Y en 1° Samuel 2:9  dice que El guarda los pies de sus santos, mas los impíos perecen en tinieblas;  Porque nadie será fuerte por su propia fuerza. Así es que si queremos vivir en victoria tenemos que orar. Pablo reconocía esto, y lo aplicaba a su vida, como tantos de los destacados hijos de Dios que llevaron su Palabra a través de los siglos y vivían vidas de victoria y oración. Está en cada uno el querer aplicarlo o no. Pero si querés una vida de victoria, no lo dudes, necesitas de Cristo!

 

Pastor Guillermo Decena.  Centro Familiar Cristiano Eldorado.

Prédicas en vivo, todos los miércoles 20 hrs. en www.centrofamiliarcristianoweb.org

 

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