Por Graciela Franzen, víctima de la dictadura
Lamentable, vergonzosa, la sentencia en Misiones. No hubo cadena perpetua para el jefe de policía, ni para el jefe del departamento de Informaciones, mayor centro clandestino de Misiones, por donde pasamos absolutamente todos los secuestrados por las distintas fuerzas armadas y de seguridad (más de 600 presos).
Tampoco condenaron a cadena perpetua a nuestros torturadores y violadores y absolvieron al médico que participaba en las torturas, controlando los signos vitales para ver hasta cuánto aguantábamos las torturas.
Si a un médico que participó en las torturas lo absuelven. Entonces ¿también tienen que absolver a aquel que es juzgado por mala praxis?
Dijeron que fuimos “muy pocos los que los denunciamos”. Es que en estos 36 años murieron la mayoría de los sobrevivientes de este horror. ¿Por qué esperaron tantos años en juzgar? ¿Porqué estos jueces no los juzgaron antes? Si esta denuncia yo la había iniciado en enero de 1984, cuando fueron detenidos y en ese expediente se comprobó todo.
Quisiera que estos jueces y defensores, sufrieran tan solo un día, las torturas, golpes, picanas, patadas con borceguíes, submarino, golpes en los oídos, colgamiento, violaciones que sufrimos nosotras/os; entonces sí, verán qué condena tienen que dictar.
Tampoco saben el esfuerzo sobrehumano que tenemos que hacer para declarar-denunciar-recordar-revivir todo este horror.
¡Qué impotencia siento! Con esta impunidad, tengo más miedo que antes. Otra vez saldremos a la calle y veremos a nuestros torturadores libres caminando tranquilos, como en estos 36 años.
“Quiero transmitir que nada se consigue a partir de la violencia”
