“Las estructuras de la dictadura siguen vigentes en Paraguay”

Ferreiro apuntó contra los sectores que se beneficiaron durante la dictadura.

Ferreiro apuntó contra los sectores que se beneficiaron durante la dictadura.

Entrevista a Mario Ferreiro, experiodista y candidato a presidente de Paraguay por el Frente Guazú. El hombre que disputará las elecciones contra colorados y liberales opinó que la destitución de Lugo representa una nueva forma de golpe. “Ya no hacen falta tanques para voltear un Gobierno, basta con parlamentarios”, consideró. 

El mismo día del golpe institucional en Paraguay, estaba a punto de dar el sí en segundas nupcias con María Elena Caballero. Aplazado el enlace por la crisis, Fernando Lugo hasta bromeó con que había sido el responsable de su destitución para evitar volver a casarse. Mario Ferreiro ríe con la humorada mientras se prepara para ser el candidato presidencial del Frente Guazú, espacio que se propone seguir el camino truncado por la destitución del Presidente.

 

El ex periodista de 53 años sabe que el tránsito no será fácil y hasta duda sobre cuál sería el mejor papel para el frente que lidera: hacerse cargo de una presidencia en una posición de debilidad política, lo que dejaría las puertas abiertas para repetir la experiencia que sufrió Lugo, o encabezar una oposición fuerte en el Congreso frente a un gobierno de otro color político. “En Paraguay el poder supremo es el parlamento, por eso el afán de ocupar escaños, para poder extorsionar al gobernante”, argumentó.

 

“La situación quedó bastante complicada después del golpe institucional. Es una situación irregular, no prevista, aunque el juicio político esté contemplado en la Constitución, por la forma que se hizo y lo que faltaba para las elecciones. Es evidente la intención política que fue patear el tablero antes de unas elecciones tranquilas. Franco y sus aliados buscaron sacar réditos políticos en el corto plazo, con consecuencias difíciles de predecir porque los hechos cambian rápido. Ya los colorados no asistieron al nombramiento del vicepresidente liberal. Se abrió la disputa por cargos. Es lo mismo de la política tradicional”, advierte Ferreiro. “La izquierda quedó desorganizada, eso hay que reconocerlo”.

 

¿Le faltó base política a Lugo?

Sí, en gran parte. Gobernó sin base política. Eligió el camino de la negociación. El precio fue muy alto, siempre dependiendo de caprichos, extorsiones y chantajes de la oposición. Tuvo más de 20 pedidos de juicio político antes que lo derribaran. En 2009 la embajada de Estados Unidos advertía que esto podía pasar. No puede decir ‘qué raro que pasó esto’. Todos sabíamos, pero tantas veces se superó con alguna concesión, con algún reparto, con un cupo en una embajada, negociando, con acuerdos con sectores conservadores. El enfrentamiento de Curuguaty no justifica el derrocamiento. Si fuera por las fallas de seguridad, Obama debería ser enjuiciado todos los días por los errores que comete su ejército.

 

¿Nadie advirtió de esta situación al expresidente?

Hay que reconocer que la dinámica típica del poder es que muy poca gente le dice los errores. Estuvimos cerca, pero nadie tenía el peso suficiente para decirle los errores. Se cerró en un círculo muy chico, de dos o tres personas. Es característico, aislamiento, autismo, desconfianza. Quedó aislado y solo y cuando tratamos de ayudarlo ya era tarde, porque los liberales habían decidido traicionarlo. Pero con los liberales hablábamos de alianzas estratégicas hasta una semana antes. Compartimos actos, se hablaba de una nueva alianza. Acá hubo una traición de la cúpula del partido Liberal.

 

¿Fue sólo un acuerdo de cúpula? ¿Las bases no respaldaron la destitución?

 

La política paraguaya consulta muy poco con sus bases. Fue un golpe de mano provechoso para un partido que ahora tendrá un año en el poder para intentar un zarpazo en las elecciones del año que viene. Se pusieron de acuerdo con su adversario histórico que es el partido Colorado. Para el pueblo liberal es muy difícil de digerir. Es como radicales y peronistas. Sobre todo para los campesinos, es una traición.

 

¿Qué chance tiene el Frente Guazú en las presidenciales de 2013?

Ahora estamos en un proceso de reorganización. Debemos ampliar el Frente  Guazú a más sectores democráticos, sumar a liberales y colorados descontentos, que no son mayoritarios, pero que pueden ser importantes. El partido Liberal quedó en una posición contraria a sus dirigentes. Con ellos, con otros sectores, con el Frente  Guazú que son más de 20 partidos, debemos organizarnos para presentarnos en abril y tratar de aprovechar el descontento y los problemas internos que tendrán Franco y los colorados.

 

¿Qué pasa en Paraguay que después de más de 20 de la dictadura de Stroessner no puede fortalecer su democracia?

Es que las estructuras de la dictadura siguen vigentes. Hay mucho autoritarismo. El poder está en manos de terratenientes, agroexportadores. Hay una brutal concentración de tierras y una tremenda inequidad social. Después de Haití, Paraguay es el país más inequitativo de América. Lo que escribía Rafael Barrett -un Horacio Quiroga paraguayo- en 1.900 sobre los mensúes explotados, sigue pasando y Curuguaty es su expresión. Por eso es demasiado difícil avanzar. La estructura conservadora es muy fuerte.

 

¿Qué pasa con la sociedad? ¿No se rebela?

Hay un gran desprestigio de la política como actividad. “¿Para qué te metés en esa basura? me dijeron”. No se mete nadie y así son los mismos de siempre. Ese es un esquema perverso que no es casual. Todo un sistema igual al viejo peronismo o al radicalismo que se adueñan de los partidos. No se rompió esa lógica y eso genera apatía, inercia. Dicen que gane quien gane, siempre el resultado será igual. En lugar de generar rebelión. Es un trabajo que habrá que hacer, Lugo empezó tímidamente, pero falta mucho para que los sectores populares entiendan que se benefician  ellos. Hay que comunicar mejor, hay una falla grande, no fueron capitalizadas las mejoras.

 

Los medios de comunicación nunca compartieron la mirada de Lugo…

No hubo respuesta al relato de los medios. En Argentina, con la Ley de Medios, se puede contrastar la información. Acá siempre tuvimos un relato condenatorio. Se habló más tiempo de los hijos de Lugo que de las 180 mil familias que recibieron asistencia alimentaria, igual a la Asignación Universal por Hijo. Fue un plan revolucionario que nunca se aplicó en Paraguay.

 

¿Qué opina de las reacciones de Argentina y Brasil cuando se consumó el golpe?

Es curioso. La derecha fue inteligente y hay que respetar eso. Armó esquema de justificación por el lado de la Triple Alianza, hablando de soberanía, independencia. Entonces lo que es una sanción, ahora es un ataque. Es brillante la jugada. A la izquierda le cuesta mucho salir a cuestionar eso. Ahora lo que hace el Mercosur es un ataque a Paraguay y en realidad, el ataque fue el golpe. Se planteó todo como problema de patriotismo.

 

Pero más allá de las sanciones, ¿hubo respaldo a Lugo?

Hubo un momento en que ya todo era difícil revertir. El Mercosur hubiera actuado con la tragedia de Curuguaty, pero hay formalismos diplomáticos. Se reaccionó tarde. En este caso se debe entender que Paraguay es un tubo de ensayo de la derecha. No hace falta más tanques, sino parlamentarios para voltear un Gobierno. Este es el mensaje que preocupa a toda Latinoamérica. Es un sistema mejor que el de Honduras, donde sacaron a Manuel Zelaya a punta de bayoneta. Estuvo bien diseñado y fuimos ingenuos. Estábamos convencidos que la negociación con liberales era lícita y ellos estaban negociando con Lino Oviedo. Eso no es casual.

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