El Iprodha concluyó ocho viviendas rurales en Santo Pipó

Un total de ocho familias de colonos de la localidad de Santo Pipó ya habitan sus nuevas vivienda, construidas a través del Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional en sus respectivas chacras.

 

 Las casas están dispersas sobre la ruta 6, en el asentamiento original “El Pueblito” y en otras chacras de la vasta colonia de Santa Pipo.

 

El testimonio de Rosa Marcelina Ferri de Villalba sintetiza el ánimo de estas familias de productores desde el momento en que pasaron a vivir en una casa de material amplia, con las mismas comodidades y confort de una vivienda tradicional del casco urbano.

 

Cabe acotar que esta fue la primera etapa de unidades habitacionales realizadas en Santo Pipo por medio del Programa de Viviendas Rurales que se canaliza a través del IPRODHA y se ejecutan con la participación del Municipio involucrado y del mismo beneficiario.

 

En “El Pueblito” el matrimonio de colonos compuesto por Rosa y Ramón Villalba acabaron de concluir su vivienda recientemente en un predio elevado de su chacra. Un espacio donde los frutales cítricos y la laguna con patos arman un pintoresco retrato de las coloridas particularidades del campo misionero.

 

Su testimonio refleja en parte el sentimiento de las otras siete familias de Santo Pipo que cada una en su “tierra” levantaron su vivienda rural:

 

Rosa Ferri de Villalba

“Nuestra vida fue difícil  por que nuestra casa era demasiado incomoda, teníamos luz pero no teníamos agua, después inauguramos el agua pero no podíamos hacer las terminaciones de la casa por que ya de la base era incompleta. Era de ladrillo pero con barro, no con cemento, y eso se fue deteriorando, hasta que apareció la gente del IPRODHA con una solución, con una casa para los colonos rurales. Una vivienda económica, para esos momentos no era muy grande, hicimos los papeles a los dos años y no pasaba nada. Volvió la gente del IPRODHA y nos preguntó por que renunciamos a la vivienda y le dijimos que no habíamos renunciado en ningún momento, que jamás no vinieron a hacer la casa y ahí empezaron ellos de nuevo a trabajar, a llevar ellos mismos los papeles a Posadas y por intermedio de una secretaria de la municipalidad fue juntando nuestros datos y ahí vinieron, vieron el lugar, trajeron la máquina de la municipalidad y comenzaron a hacer la base”…

 

 

Ramón Villalba

“La Municipalidad nos hizo la base y carpeta, de ahí empezamos todo lo que es pared, revoque y el techo vinieron a hacer ellos de nuevo, también la luz y todo lo que es plomería, luego la pintura, cielo raso, pozo negro y cámara séptica hicimos nosotros. Eso abarato mucho los costos porque una  de las cosas que mas cuesta de la vivienda es la mano de obra, hacíamos mezcla, levantábamos ladrillos y era compartido con el trabajo de la chacra: atendíamos los animales, íbamos a la chacra y el tiempito que teníamos libre estábamos arrimando ladrillos, haciendo mezcla y todo a mano por que  no teníamos mezcladora y cuando teníamos un dinerito contratábamos un albañil y lo mas difícil lo hacia el albañil, o sea la parte de las aberturas, colocarlas y nosotros hacíamos lo que era mas fácil”.

 

Continúa Rosa

“Nos dijeron que no hiciéramos la ampliación mientras no terminemos lo que es la casa y como sobró materiales, mientras que se techaba íbamos haciendo rápido la ampliación, así aprovechábamos el mismo personal que vino para hacer el techo que ya nos teche la ampliación. Ahí venia el tema del lavadero, era un pasillito y estaba el lavadero en el fondo y nosotros no queríamos ese pasillito, entonces dijimos hacemos la plataforma mas grande y cuando viene el albañil ya le mostramos que queríamos toda una pared y no solamente el lavadero y que el lavadero quede el original donde estaba que era pegado por el baño.


 Cuando entro a mi antigua casa siento una amargura: Tan chiquita, tan fría parecía y acá es el cielo. Cuando miro desde acá arriba mi vieja casa me parece imposible que nosotros vivíamos ahí, por que mi nena todavía estaba soltera, los dormitorios eran chiquitos no había lugar para nada. No tenia revoque, no tenia cielo raso, tenia piso pero no era alisado y los días de lluvia cuando llovía dos días brotaba agua de piso se nos fundían todos los muebles y con la misma humedad todo quedaba feo.

 

La heladera, los freezer se arruinaban todo abajo porque era mucha la humedad. Y con la nueva no, todavía nos falta muchísimo para embellecerle más, hay mucho por hacer, nos están faltando muebles, algunas terminaciones, colocar las cortinas. De a poco vamos haciendo las terminaciones. Es un orgullo, lo compartimos con nuestra hija y nieto, ella vive acá cerca en el mismo terreno pero en otra casa, así que cuando viene de visitas ya no pensás donde metes la visitas, es un placer vivir en una casas así. La verdad no me quiero ir más de la chacra, no pensábamos salir, el problema siempre fue la vivienda, pero con esta vivienda todo cambia, es divino……”, cerró Rosa Ferri de Villalba.

 

 

 

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