«El kirchnerismo es un plus del peronismo»

Referente. Forster es uno de los intelectuales que más defiende al kirchnerismo.

Referente. Forster es uno de los intelectuales que más defiende al kirchnerismo.

El pensador de Carta Abierta Ricardo Forster, defendió el modelo nacional y advirtió que todas las conquistas sociales se pueden perder si no se profundiza. Pero reconoció que hasta ahora no surge un referente post Cristina. 

El filósofo y ensayista Ricardo Forster es uno de los intelectuales que más defiende el modelo político encarnado por Néstor primero y por Cristina Kirchner ahora. Desde Carta Abierta fue uno de los primeros en enfrentarse con los medios tradicionales en defensa del Gobierno y no duda en cuestionar a los sectores más concentrados de la economía.

En su paso por Posadas, donde vino a disertar invitado por la Jefatura de Gabinete, Forster analizó con Misiones On Line la situación política y el futuro del kirchnerismo una vez que acabe el mandato de la Presidenta. 

 

¿Cómo se sostiene el modelo luego que finalice el mandato de Cristina?, Porque hasta ahora no hay un referente dentro del kirchnerismo pensando en 2015.

Tiempo al tiempo, estamos recién a pocos meses del segundo mandato de Cristina. En un momento muy complejo y turbulento en referencia al plano internacional, con una crisis del capitalismo como no se conocía desde hace mas de 80 años largos. Es una crisis con más o tanta profundidad como la del ‘30, con una redefinición del mundo social y político que está por verse. Si bien la derecha ajustista logró por poquito formar gobierno en Grecia, sabemos que los planes de ajuste tarde o temprano llevarán a un estallido fuerte de la estructura griega, que va a influir en el conjunto europeo. 
Por eso si vemos este plano internacional y lo comparamos con el contexto de Argentina y América Latina, hace a la necesidad de ir construyendo políticas contracíclicas, capaces de enfrentarse a la crisis internacional. Siempre bajo una premisa que es la de no abandonar el concepto central, el núcleo del proyecto, que tiene que ver con la protección del consumo interno, una política de reindustrialización y no de reprimarización. Y esto sin dudas está ligado a la sustitución de importaciones, que tienen que ver con la protección del trabajo, con los derechos,  y la idea de Estado como un
instrumento básico, indispensable en la conformación de una sociedad más equitativa.
Frente a esto, Cristina va asumiendo, mostrando su capacidad de gobernar. El año que viene hay elecciones legislativas, muy significativas, cuando seguramente se va a marcar la tendencia de hacia dónde ir en el 2015.
Así como Lula Da Silva pudo transferir parte de su legitimidad a Dilma Rousseff, que era alguien desconocida para gran parte de la sociedad, salvo los más cercanos al Presidente. Si se desarrolla un proyecto que mantenga capacidad de transformación, es posible que Cristina pueda imitarlo.

 

Hoy es una incógnita quien podría ser…

Hoy no aparece esa persona a la cual se le entregará el mandato porque no es el momento dado para que aparezca, porque estamos a muy poco tiempo del segundo mandato de la Presidenta. Hoy, el liderazgo central lo tiene que ejercer Cristina, en un momento en el que las dificultades económicas mundiales están complicadas, hay que encargarse de fortalecer el proyecto nacional y popular. Los sectores de la oposición, conservadores, están saliendo mucho más rápido de lo esperado.

¿Cómo se está desarrollando la batalla cultural, que es tan o más importante que las otras? 

Este Gobierno ha mostrado, sobre todo a partir del conflicto con las patronales agrarias y con los sectores corporativos mediáticos, que los conflictos no se resuelven solo con la cuestión económica o avanzando en términos puramente economicistas; sino que hay un plano que es el de la disputa por el sentido, el lenguaje, las conciencias, que es fundamental. Esto se entendió muy bien, por eso dio lugar a la Ley de Medios de Comunicación Audiovisual, eso significo tener mucha conciencia de lo que implicaba una política de derechos civiles, humanos, sociales e ir mostrando que una sociedad no solo se transforma en términos materiales sino culturales, simbólicos, reapropiándose de herencias. Hasta ahora dominó hegemónicamente una matriz neoliberal, mercadoláctica, individualista. Salirse de esa matriz, sobre todo desde sectores medios, no es algo sencillo. Y siempre habrá sectores sociales en contra, portadores de una visión colonizada.

 

Incluso en el mismo peronismo… 

El peronismo ha tenido históricamente en su interior, sectores de una derecha oscura. El lopezreguismo en los 70, o el modo como el sindicalismo de los 60, con el vandorismo, intentó crear un peronismo negociador con el establishment de la dictadura de Onganía. O lo que hoy implica un neovandorismo con Hugo Moyano. El duhaldismo como una derecha procorporaciones. Es una parte del peronismo y cada vez que el PJ regresa con la intención de instalar un proyecto de transformación de matriz progresista, democrática, se vuelve insoportable para los sectores dirigentes, la clase media enriquecida, como diría John William Cook, es un hecho maldito, demoníaco, las hordas, el aluvión zoológico, el populismo. Siempre hay un sector de la derecha peronista, vinculado al sector financiero. Cómo olvidar al menemismo, que bajo el nombre del peronismo produjo la mayor regresión social.

 

Sos uno de los primeros defensores de este modelo político. ¿Crees que es una evolución y se da por superado al peronismo, se abre una nueva instancia política?

Buena pregunta. Yo soy de aquellos que plantean que el kirchnerismo es un plus del
peronismo. Sin dejar de lado la idea de que el peronismo es la matriz fundante y decisiva en la formación del kircherismo.
El kirchnerismo ya expresa un momento histórico argentino, que teniendo al peronismo como caudal importante, le agrega un plus, una confluencia, una nueva generación que está amaneciendo a la política con sus experiencias, sus propios lenguajes. A mi me gusta jugar con una imagen. Así como hubo un 17 de octubre de 1945, cuando sectores obreros populares sin saberlo estaban inventando un nuevo sujeto político en Argentina, una nueva identidad política, con la confluencia de viejos anarquistas, comunistas, socialistas, el irigoyenismo, con migrantes del interior, armaron esa nueva clase obrera. Esas personas que estaban reunidas ese día, no tenían conciencia de que creaban al peronismo. Trazando un paralelismo, uno puede imaginar que el 27 de octubre del 2010, cuando se produjo eso que fue tremendo como impacto, que fueron las movilizaciones de despedida a Néstor Kirchner, uno podría leer un 17 de octubre del kirchnerismo.
La confluencia de nuevos sectores sociales, la emergencia de los jóvenes, los viejos militantes que se encontraban con su vieja historia y las nuevas generaciones, la llegada de los sectores populares de los suburbios de Buenos Aires, los que venían del interior del país. Allí se dio el reconocimiento y la transferencia hacia Cristina de lo que era en primera instancia una sensación de congoja y después de energía hacia la muerte de Néstor. Dejando claramente demostrado que este modelo le dio un cambio sustancial a la sociedad argentina, sobre todo a los sectores que habían sido marginados.

¿Te preocupa la falta de un referente fuerte en la oposición?

Siempre es bueno que en la democracia haya debates, confrontaciones políticas ligadas a diferentes miradas del país, distintas concepciones. Cuando no hay, a la luz pública ese tipo de debates y cuando no hay una oposición política que siga pensando que el camino electoral es el único camino posible y que cree que puede llegar a ser un camino victorioso; lo que emerge es la conspiración de los sectores corporativos que en la Argentina, con claridad desde los años 30 en adelante han jugado ese papel desde las sombras, sabiendo que es muy difícil revertir electoralmente un proyecto popular.


Creyeron que en junio del 2009 que podían hacerlo y allí apuntaron todos los cañones, se encontraron con eso que llamaban la oposición era un flan impresentable, el famoso grupo A. Y avanzaron creyendo que era posible, de cara al 2011 ganar electoralmente al kirchnerismo. Desde el 2010, con los festejos del Bicentenario y la muerte de Néstor, se les comenzó a complicar la lucha, pero decidieron seguir apostando a su idea, haciendo fuerza desde la corporación mediática fijando una agenda. Y se encontraron con una derrota apabullante en octubre del año pasado. Y lo que vemos es que desde el día siguiente a esa derrota la conspiración esta en marcha bajo distintas características, conspiración corporativa, económica, ahora se pliega a esa lógica un sector del movimiento obrero, fuga de capitales. Tiene que ver con lo que el poder económico ha hecho siempre en la Argentina. La fuga de capitales ha sido la manera en que han intentado condicionar todos los proyectos económicos,. El intento devaluacionista, la transferencia de los asalariados a los sectores concentrados. ¿Y la oposición política? ¿El radicalismo? ¿Los neoprogresismos? ¿El partido socialista? Hermes Binner viene del Socialismo pero debería ser conservador, con una retórica derecha. Un discurso muy pobre. Ojalá hubiese una oposición que pueda independizarse de la agenda mediática. Los que marcan la agenda son Clarín y La Nación.

 

¿La sociedad, el hombre de a pie saldrá a defender las conquistas?
Siempre está la pregunta de si el kirchnerismo fuese derrotado, si surge un gobierno más a la derecha, ¿se podrán desalojar conquistas? Diría que si. El poder de destrucción de la reacción en la Argentina es muy alto. La única manera de garantizar la continuidad y profundización, es justamente, este modelo popular. No concibo una alternativa más progresista.

 

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