Reflexión de monseñor Héctor Aguer “ahora, baños compartidos”

En su reflexión televisiva semanal en el programa “Claves para un Mundo Mejor” (América TV), monseñor Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata y miembro de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, se refirió a una nueva disposición de una facultad de la Universidad Nacional de La Plata que consideró “desconcertante” y es que “ya no habrá más baños para varones y baños para mujeres. Ellas y ellos tendrán que compartir los mismos sanitarios”.

 

 

“Supongo que será una aplicación de la Ley de Identidad de Género. Pero ¿qué significa esto? Me imagino las dificultades prácticas que se seguirán de esta decisión, porque no es solo una cuestión elemental de pudor sino también de comodidad, de respeto, etc. Todo será para satisfacer el interés de una ínfima minoría, y una presión ideológica cada vez mayor”, aseguró.

 

Explicó que “la diferencia señalada es una diversidad natural que enriquece la realidad humana” y precisó que “esta consecuencia de la ley, la imposición de baños compartidos, y las que desgraciadamente se seguirán, está totalmente a contrapelo de la preocupación concreta del pueblo argentino hoy”.

 

El prelado se preguntó: “¿Qué es lo que preocupa día a día a nuestro pueblo?” y señaló algunos aspectos concretos de esas preocupaciones como: la inseguridad, los secuestros, el delito, que el sueldo no alcance hasta fin de mes, “la difusión facilísima de la droga”, “la sospecha de que ya los grandes cárteles del narcotráfico se han instalado definitivamente en nuestro país”, “la corrupción en las estructuras del Estado, que es un signo de una corrupción moral mayor en la sociedad”, y otras.

 

Manifestó que “todas estas son cosas que seguramente no se remedian por medio de una ley” y por eso sostuvo que “las leyes deben estar ordenadas al bien común, e intentar poner remedio a las necesidades básicas de la población. Vemos que ahora se promulgan leyes que se dictan para satisfacer los intereses de pequeños grupos, de minorías ínfimas representadas por lobbies que se instalan y con grandes recursos, y con cierta proyección y complacencia mediática, logran imponer sus agendas”.

 

“Al cabo de esta reflexión podemos concluir que en el asunto de los baños compartidos y en la curiosa reivindicación “de género” que comporta, se manifiesta algo más. Es lo que inspira algunas de las leyes recientemente aprobadas. Se exalta una autonomía individual ilimitada en contra del bien común. Lo que Juan Pablo II llamaba una idea perversa de la libertad. Eso arrasa con la naturalidad de las costumbres, con la serenidad de la convivencia e intensifica una especie de tensión continua que fatiga a la sociedad argentina”, finalizó Mons. Héctor Aguer.

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