Un misionero con un rol clave en el desarrollo de nuevos satélites argentinos

Se trata de Mauricio Lange. Ya trabajó en el Proyecto Acuarius y ahora es el responsable del desarrollo del segmento de terreno de los Satélites Argentinos de Observación con Microondas

Hace un año hablaba con el entusiasmo de la novedad. Hoy, su tono denota experiencia. Mauricio Lange es el joven misionero que tuvo un rol clave en la puesta en órbita del satélite SAC-D Aquarius que cumplió un año en el espacio.

El ingeniero nacido en Leandro N. Alem ahora es el responsable del desarrollo del segmento de terreno de los Satélites Argentinos de Observación con Microondas (Saocom), que se lanzarán en 2015, con una inversión de 200 millones de dólares. El  segmento de terreno es la parte de un sistema de telecomunicaciones por satélite constituida por las estaciones terrenas, que transmiten a los satélites y reciben de estos las distintas señales y que forman la interfaz con las redes terrenales.

Lange cuenta su experiencia con la satisfacción del deber cumplido. “El satélite Sac cumplió un año de órbita el 10 de junio. Todo salió bien”, relata. Pero después de su primer gran trabajo en la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, ya trabaja en un nuevo desafío con una responsabilidad mayor.  “Estamos en plena ejecución de los trabajos del Saocom, próximo satélite que se va a lanzar en 2015. Con el Aquarius sigo en relación con el equipo de operaciones”, explica.

“Se están produciendo normalmente datos de ciencia para los argentinos y para la Nasa. Falta una última evaluación para certificar que el satélite anda bien, que se demoró pero va a ser positiva la revisión”, indicó.

Lange es el responsable del desarrollo del software para las operaciones en terreno del Saocom, que será un satélite argentino de observación con microondas. Su trabajo consiste en proveer los elementos necesarios para operar el satélite cuando se lance.

 

“Es  una etapa mucho más temprana, es desarrollo puro, definiendo cómo se van a interconectar los sistemas, qué datos se van a bajar, qué velocidad de respuesta vamos a tener, a qué usuarios los vamos a destinar”, enumera.

Los dos Saocom serán los satélites de mayor tamaño y capacidad construidos en el Hemisferio Sur, pesando 1.600 kilos cada uno. Su utilidad fundamental será el monitoreo y la prevención de catástrofes con la utilización del Radar de Apertura Sintética (SAR, por sus siglas en inglés). Emitirá microondas a alta potencia, con una antena de 2,5 por 10 metros, que podrá inspeccionar situaciones antes de que ocurran o mientras suceden, en forma independiente de la hora o la meteorología.

“Medirá la humedad del suelo, y tendrá una aplicación estratégica para la Argentina, que es la medición de factores que afectan al agro, como la predicción y análisis de desastres naturales, inundaciones o desbordes. Se desarrolla en conjunto con Italia y podría estar listo para el lanzamiento en 2015”, anticipa Lange, quien egresó de la EPET 9 de Alem en 1994.

Así como evolucionó el desarrollo científico en la Argentina, Mauricio revela su crecimiento personal. A punto de ser padre de Camilo, con su novia Guadalupe, cuenta que “ahora hay muchas cosas que entiendo simplemente porque las he experimentado”.

“Hay una evolución personal después del Sac. Todo el equipo, los que entramos para el Sac, vimos un antes y un después de ese lanzamiento. Entramos dos o tres años antes y nos fuimos formando. La operación y los problemas, son los que terminaron de formarnos para convertirnos en profesionales. Es impresionante la diferencia de junio de 2011 a principios de este año”, expresa.

Para Mauricio, la experiencia se ve reflejada en que ahora pueden compartir discusiones con los más “viejos”.

“Hoy somos una camada que tiene la misma experiencia que los veteranos. La Conae ha madurado mucho, yo mismo lo hice. Es como el primer campeonato después de haber entrenado mucho. Todo el trabajo tiene otra dinámica gracias a la evolución grupal”.

La satisfacción personal va en paralelo a la que le genera la recuperación del desarrollo científico. “Es clarísima la evolución a nivel plata. Se nota acá. En la Conae está la generación nuestra, y los jefes, que tienen como 50 años. Hay una generación que no está, que tiene que ver con la plata que no se puso. Hay claramente dos franjas etáreas. Los que trabajaron en los 60- 70 y 80 e hicieron muchas cosas y la nuestra.  Se enviaron monos al espacio desde acá. Por eso este retorno (a la ciencia) es muy interesante. No es que nunca se hizo nada, se está recuperando, otras hay que reinventarlas. Pero estamos muy bien, en relación con otros países, no hay desventajas en los recursos humanos. Estamos en paridad, lo único que uno extrañaba eran los recursos que ahora están mucho mejor”, precisa.

En los nuevos satélites trabajan 18 científicos en el desarrollo de segmento de terreno, otras diez en operaciones, 80 en la construcción de los satélites, en Bariloche y 20 más en Buenos Aires. La inversión superará los 200 millones de dólares.

 

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