Tiempo de construcción

Escribe Juan Carlos Argüello, jefe de Redacción de Misiones On Line 

«Pedimos dialogar. No estamos pidiendo que nos den la razón. Apenas, nada más ni nada menos que se sienten a una mesa a dialogar. ¿Puede alguien negarse a dialogar y pretender convertirse en adalid de la libertad, de los derechos humanos?». Con esa frase, la presidenta Cristina Fernández culminó un histórico discurso ante el comité de Descolonización de la ONU en el que instó a Gran Bretaña a sentarse a discutir la soberanía de las islas Malvinas a 30 años de la guerra.

 

El reclamo en Nueva York concluyó con el llamado del Comité de Descolonización de la ONU a Argentina y el Reino Unido a entablar negociaciones a fin de encontrar «una solución pacífica, justa y duradera» para el conflicto de las Malvinas, el día en que se cumplieron 30 años del final de la guerra que libraron ambos países por las islas.

 

Chile presentó la resolución con el apoyo de Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela.

 

Fue un mensaje contundente para ponerle fin al colonialismo que todavía perdura en 16 territorios, diez en manos de los ingleses.

 

En su presentación, Cristina leyó un documento secreto de la Cancillería de junio de 1974, donde se revela la voluntad del «gobierno de su Majestad» de «poner fin a la disputa sobre la soberanía mediante la aceptación de la Argentina de una co-soberanía sobre las islas».

 

El condominio incluía que «las banderas británica y argentina serían enarboladas a la par y los idiomas oficiales serían el inglés y el español», que «todos los ‘nativos’ en las islas poseerían la doble nacionalidad» y que «el gobernador podría ser designado alternativamente por la reina y el presidente de la Argentina». En ese momento, el gobierno de Juan Domingo Perón envió una contrapropuesta y a pesar de que las negociaciones avanzaron, la muerte del General, las dejó truncas. Poco después llegó el golpe de Estado y luego la guerra de 1982.

 

Lejos de las relaciones carnales y de prepotencias de otros años, Argentina sentó una postura clara que marca el camino a otros países y pone el foco en las acciones de gobernantes acostumbrados a imponer mediante la fuerza. No es un mensaje solo para David Cameron, sino para el mismísimo Estados Unidos y otros aliados que invaden países cada tanto.

 

Es decir, Argentina, lejos de cualquier aislamiento internacional, marca la agenda en los temas regionales y se anima a confrontar con las potencias en el corazón mismo del poder. Varios sectores de la oposición acompañaron a Cristina a Estados Unidos y en la comitiva también fueron excombatientes, como el intendente de Eldorado, Norberto Aguirre y familiares de soldados caídos en las islas. La ausencia nuevamente la marcó el PRO, que, más allá de las disidencias con el Gobierno, demuestra que la causa Malvinas no es relevante para ese grupo, lo mismo que la recuperación de un estratégico recursos energético, como la recuperación del control de YPF. Ya no se trata solo de una puja política, sino de menospreciar los intereses del país.

 

Después, ante empresarios de Estados Unidos, la Presidenta se refirió los controles cambiarios en Argentina para el dólar. En ese sentido, la mandataria aclaró que se está «trabajando empresa por empresa» para «equilibrar la balanza comercial» que en estos momentos resulta deficitaria para la Argentina. «Administramos nuestra balanza comercial como hacen todos los países del mundo», se defendió.

 

Al concluir, la jefa de Estado se refirió a la crisis económica que afecta al mundo y sugirió que se imite a la Argentina y las medidas que se tomaron para salir de la crisis del 2001. «Este enfermo no se cura con viejas recetas, por favor, cambien los médicos».

 

Es que mientras en Europa algunos países piden rescate financiero externo para «salvar» el sistema bancario, la Argentina apostó al robustecimiento del mercado interno y sigue tomando medidas en el mismo sentido. El plan de construcción de viviendas financiado con recursos de la Anses va en esa línea. Con recursos que están en el Estado, se invierte en la construcción, que es la mayor generadora de empleo.

 

Cada puesto redunda en recursos para la seguridad social y el consumo, con lo que la cadena se fortalece. Si el plan inmobiliario resulta, no solo será la primera vivienda para 400 mil personas, sino que empujará hacia abajo los elevadísimos precios de las viviendas en el país. Hoy comprar una casa es casi un sueño imposible para la gran mayoría de los argentinos.

 

El contraste de las medidas tomadas en la Argentina es tremendo. Ante el fracaso del salvataje recibido por España, el Fondo Monetario Internacional ahora consideró que el gobierno de ese país debe recortar los sueldos de los empleados públicos y aumentar el IVA y los impuestos especiales de forma temporal para compensar la incertidumbre en torno a las reducciones de gasto previstas.

 

Asimismo reclamó a la administración de Mariano Rajoy que elimine la deducción impositiva por compras de viviendas y acelere las privatizaciones de los activos del Estado. Todo lo que se hizo en la Argentina antes del estallido de 2001.

 

Queda claro que las recetas de la Argentina incluyen a un Estado fuerte, como regulador e incentivador en los sectores de la economía que pueden ser más dinámicos para la generación de empleo y riquezas.

 

El Estado misionero tiene la misma receta desde 2003, lo que permitió bajar al mínimo los indicadores de desempleo y revertir una tendencia fuerte a abandonar las chacras para venir a las ciudades a “probar suerte”.

 

La obra pública es la herramienta más eficaz utilizada en Misiones y pese a un amesetamiento en los recursos, la decisión del gobernador Maurice Closs, es mantenerla activa. El mandatario detalló que en junio la inversión ya alcanza a 104 millones con recursos de distintos organismos. Vialidad Provincial invirtió 17 millones, la Dirección General de Arquitectura otros quince, el Instituto Misionero de Aguas dos millones, la Unidad Ejecutora Provincial, un millón, la dirección de Obras Públicas otros cuatro y el Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional, 65 millones. Pero en todos los meses de 2012 se superaron los 80 millones.

 

“Pocas provincias mantienen este ritmo con recursos propios. Hay que reconocer que mantenemos el mismo valor nominal de obras que en 2011”, agregó el mandatario.

 

“Mantenemos un muy buen ritmo de obras, aun cuando es menor que el año anterior en una proporcion igual a la suba de precios”.

 

En Misiones, claramente es el Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional una de las vías de acceso más accesibles a una casa para familias que no tienen acceso a créditos o de bajo poder adquisitivo.

 

Un informe nacional muestra a Misiones a la cabeza de viviendas terminadas entre 2003 y mayo 2011 cada 1.000 habitantes, con 79.1, cada 1.000 habitantes. En segundo puesto aparece Chubut con 44 cada 1.000, mientras que el promedio es de 15.2 viviendas cada 1.000. La Ciudad de Buenos Aires apenas llegó a 1,5 viviendas, siempre cada 1.000 habitantes.

 

Está claro que esa política se puede mantener con un manejo estricto de las finanzas públicas, lo que hoy posiciona a Misiones como una de las pocas provincias que no pueden soportar con relativa calma la escasez de recursos financieros. Eso cobra relevancia en un contexto mundial de crisis y mientras algunos sectores internos insisten en desmesurados reclamos particulares, como grupos de empleados estatales que piden incrementos salariales por encima de los que se pueden conseguir en los trabajos privados. Incluso, algunos dirigentes de la oposición persisten en una preocupación extrema por los salarios estatales sin ver que son apenas uno de los elementos que el Estado debe sostener. Si cae el empleo privado o se disminuye la recaudación, no habrá recursos para sostener los aumentos dados, ni mucho menos, los reclamados.

 

Por ahora, la situación económica en Misiones se mantiene con solvencia. El director general de Rentas, Miguel Arturo Thomas, reveló que mientras el crecimiento de la recaudación por el Impuesto al Valor Agregado es del al 29 por ciento en promedio, en la Provincia, los Ingresos Brutos -sirve para la misma medida del consumo- crecen al 40 por ciento. “El modelo misionerista tendrá un crecimiento del doce por ciento por encima del promedio país y llegaremos a un Producto Bruto Geográfico de 106 mil millones de pesos”, explicó el recaudador.

 

Como contracara, el esfuerzo del Estado en generar riquezas y proteger el empleo, hay sectores que juegan su juego. El Instituto Nacional de la Yerba Mate, que debe velar por los intereses de toda la cadena productiva, nuevamente quedó en el centro de la polémica al reducir a un monto irrisorio la sanción a una  yerbatera que no pudo justificar la posesión de más de 600 mil kilos de yerba canchada. Solo el sector cooperativista se opuso a la multa mínima, pero los demás directores aceptaron disminuirle la reprimenda a Cbsé por la irregularidad: en lugar de pagar cerca de 400 mil pesos de multa, se la sancionó con apenas 22 mil. En una provincia con elevado empleo en negro y desde un organismo que debería bregar por la economía formal, es un pésimo ejemplo. Es casi darle carta blanca a quienes operan en negro. 

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