Lo afirmó el flamante vicepresidente de la Asociación de Operadores de YPF, Daniel Belda. El gerente de Petrovalle consideró que la gestión de Repsol al frente de la compañía fue perjudicial para las estaciones de servicio, especialmente las Pymes, y confió en que esa situación podría revertirse a partir de su nacionalización.
Recientemente quedó conformada la Asociación de Operadores de YPF, entidad que nuclea a los propietarios de estaciones de servicios y distribuidores de combustible de YPF de todo el país. Como vicepresidente de dicha entidad fue electo Daniel Belda, gerente de la firma misionera Petrovalle. “Se tomó el otro por las astas. Entre 1991 y 1998 YPF era una empresa de vanguardia ubicada en el séptimo lugar. En manos de Repsol no hubo inversiones”, indicó el representante empresario.
Misiones On Line: ¿Qué los impulsó a conformar la asociación?
Daniel Belda: “Inmediatamente después de la nacionalización de las acciones de Repsol-YPF se consideró oportuno que distribuidores y estaciones de servicio constituyéramos una asociación para estar en consonancia con esta nueva gestión y para acompañar el proceso de transformación y reivindicar a un sector que es la cara visible de la principal empresa del país. Esta Cámara contó, en su momento con 75 socios fundadores y hoy ya cuenta con unas 300 firmas que constituyen unas 800 estaciones de servicio, de un total de una red de 1.300 estaciones de servicio distribuidas en todo el país”, explicó.
MOL: ¿Cómo ven la nacionalización de YPF?
DB: Son varias las palabras que se emplean. Nacionalización; expropiación. Se constituye una sociedad anónima; la cual continúa siendo como tal y puede tener capitales de distintos orígenes. Esto es importante destacarlo porque no pasa a ser una sociedad del Estado; pasa a convertirse en una sociedad anónima donde hay accionistas de distintos orígenes y la pretensión es seguir cotizando en el mercado de valores tanto en Buenos Aires como de Nueva York.
Todos los rubros estratégicos, como petróleo no fueron cedidos por ninguna potencia de ningún país en el mundo. Nosotros vemos bien la nacionalización de YPF. Y, existe experiencia. A partir de la sociedad anónima que se constituyó en 1991, hasta 1998, cuando fue cedido el último 30 por ciento del capital hacia los españoles, YPF estaba posicionada en el séptimo lugar en el mundo en su rubro, era una empresa de vanguardia con tecnología de punta. Eso es perfectamente recuperable por sobre todo con la gestión en mano de gente que estuvo en aquella gestión.
MOL: ¿Cómo fue la época de YPF-Repsol?
DB: Esa compañía venía con un modelo de gestión, pasa a ser integrada a partir de la compra de YPF. Ellos no eran ni buscadores, ni exploradores de petróleo, sólo tenían refinación y comercialización. De algún modo tuvieron que venir a aprender y nutrirse en la Argentina.
En este último tiempo, en lo que nos incumbe a la red comercial, tuvimos cierto avasallamiento y reglas poco claras en la relación contractual. No es la intención juzgar, pero los números están a la vista. Fueron publicados y discutidos en el Congreso Nacional. Hay que dar una vuelta de página y poner mayor atención en el proceso que se está ejecutando en este momento.
MOL: ¿Cree que Argentina está en condiciones de invertir lo necesario para que YPF funcione bien?
DB: YPF era rentable entre los años 1995-1998 con un dólar de 10 a 15 dólares el precio del barril WTI. Hoy el precio internacional es de 105 dólares. Es cuestión de buenos contratos, de gestión, de buenas asociaciones, de credibilidad. Pero sobretodo de una visión estratégica que es la que no se tuvo en cuenta y que se dé lugar a los requerimientos de abastecimiento del mercado interno. Sin duda la actividad petrolera es sumamente rentable. Los ejercicios de la compañía, en los últimos años también han sido rentables.
Lo importante es que esa rentabilidad se reinvierta en la búsqueda de nuevos pozos y en aumento de capacidad de refinación. Las empresas destiladoras ya están al límite en un país que crece a tasas muy altas.
