Ecología investiga los saqueos y quemas de tierras guaraníes

El hecho salió a la luz el 12 de mayo pasado cuando se conoció la denuncia policial contra un yerbatero de Mado, quien mandó a quemar maderas para usarlas como leña en un secadero en el último monte virgen que quedaba en la comunidad. A este suceso, se suma el intento de venta de terrenos en San Ignacio a través de un supuesto representante de una ONG.

El ministerio de Ecología de la Provincia investiga los saqueos y quemas de tierras guaraníes. La problemática salió a la luz el 12 de mayo pasado cuando se conoció la denuncia policial contra un yerbatero de Mado, quien mandó a quemar maderas para usarlas como leña en un secadero en el último monte virgen que quedaba en la comunidad. A este suceso se suma el intento de venta de terrenos en San Ignacio, a través de un supuesto representante de una ONG y un conflicto en Puerto Iguazú en la zona de las 600 hectáreas.

Arnulfo Verón, director de Asuntos Guaraníes, confirmó que Ecología realiza por estos días una investigación a los efectos de conocer con certeza los lamentables hechos ocurridos en la zona norte de la provincia donde “no solamente se cometió el delito de intrusión y saqueo sino también se mató la última porción de selva virgen de la zona”.

Alejandro Méndez, cacique de la aldea de Concepción de la Sierra contó que lo que se busca es llegar al fondo de la cuestión y sostuvo que de un tiempo a esta parte es notoria la reducción del territorio donde habitan las comunidades guaraníes misioneras. “En Mado se realizó la denuncia policial y se pudo hablar con tres hombres que manifestaron que fueron mandados a trabajar al lugar. No se trata solamente del daño ecológico que se produjo en la zona por la quema del bosque nativo, sino también de reclamar nuestros derechos, además del respeto a las leyes y tratados internacionales que nos avalan”, agregó.

Por su parte, Germán Acosta, cacique de la comunidad Tavá Mirí de San Ignacio, contó que en esa localidad hubo un intento de de venta de las tierras que habitan junto a otras seis familias. Se trata de un predio que está ubicado a 1.500 metros del casco céntrico de San Ignacio, en dirección al viejo puerto. El autor de estas maniobras fue identificado como Néstor Ríos, quien alambró y puso postes atravesando la comunidad, diciendo que pertenecían a la ONG Don Orione.

En nota anterior que fue publicada por este medio, se supo que los casos salieron a la luz por el accionar de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, que trabaja junto a las aldeas guaraníes para que se respeten sus espacios.

Integrantes de la APDH fueron a San Ignacio y retrataron mediante videos y fotos la situación. Acompañaron al cacique e hicieron la denuncia en la comisaría de San Ignacio, lo que logró frenar el accionar del supuesto representante de la ONG. En el caso de la ciudad de las Ruinas Jesuíticas, se trata de 164 hectáreas que fueron confirmadas por la ley de Tierras como de propiedad guaraní.

 

El caso de Mado

El lunes 8 de mayo en Mado, se detectó una quema en el último monte virgen que quedaba en la comunidad guaraní, que tiene una extensión de unas 500 hectáreas.

Según se denunció, un empresario yerbatero de esa misma localidad, inició la quema para utilizar la leña en su secadero.

“Se cree dueño del pueblo y utiliza como mecanismo la quema para apropiarse de la madera y lo usa en su secadero. Es un mecanismo frecuente. En este caso salta porque quemó el último monte que había. Quemaron hasta las pajas que se usaban para fabricar los cestos y provocó una huida masiva de animales”, contó una de las integrantes de la APDH.

Según Asuntos Guaraníes, se trata de tierras aptas que “se dieron como restitución para el ejercicio pleno de sus derechos, para la preservación, resguardo y sus prácticas culturales y costumbres. Restitución de áreas naturales donde ellos puedan expresar su cosmovisión”.

“En este caso, son 500 hectáreas que están rodeadas de pinares y chacras. De ahí los guaraníes se proveen de agua y elementos esenciales para su medicina. Pero quemaron el único y último monte”, se lamentó Verón. Según el funcionario, la metodología utilizada es de ataques breves: “Prenden fuego y al otro día llegan los motosierristas, hacen pilas de leños para cargar y una camioneta o pequeño camión se lleva la madera, incluso quemándose, para evitar ser alcanzados por Ecología”.

 

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