Largas colas para conseguir entradas en Pergamino

Nunca visto por aquí que una cola de hinchas para obtener entrada para el partido del lunes tuviera una extensión de trescientos metros como fue posible observar ayer cuando en la sede de Douglas Haig se pusieron a la venta los boletos. Y quizás, al cierre del lapso estipulado para que socios y no socios lograran hacerse del ansiado “papelito” indispensable, todo hacía predecir que se agotarían aun cuando, ante esta alternativa, había crecido la posibilidad de que se levantara una tribuna tubular adicional que posibilitaría el ingreso de 800 espectadores más. Pero a poco más de 48 horas para la iniciación del cotejo esta columna en una comunicación telefónica con el presidente de Crucero del Norte se enteró que, previo pago, se habían reservado mil lugares para sus hinchas que saldrán desde Posadas el domingo por la noche, con el agregado que desde la Capital Federal vendrán varios micros con partidarios que se muestran ilusionados con no perderse esta oportunidad de llegar al Nacional B. Nuestro último adversario tiene una iniciación en el fútbol oficial que data de muy pocos años y el club es presidido por uno de los dueños de la yerba Rosamonte, Julio Koropeski, que además posee una flota de micros y regentea una mutual de empleados que dio origen al Club Crucero del Norte que recién en 2003 comenzó a jugar fútbol oficial en la Liga Posadeña. Dos años más tarde empezó a participar de los torneos argentinos y poco antes inauguró una parte del estadio Andrés Guacurarí de Garupá con capacidad para cinco mil espectadores. Así en pocos trazos esta es la historia bastante fresca del rival que nuestro Douglas Haig tendrá el lunes próximo para definir quién asciende al Nacional B donde el pergaminense ya participó hace varios años y luego no contó con la necesaria suerte de continuar, cosa que ahora está bastante cerca si anotamos más goles que el adversario, o si por lo menos, empatamos el cotejo.