Pelea de bombilla y mate

Los productores yerbateros, pequeños y medianos que suman más de 17 mil, obtuvieron una importante mejora para su materia prima por acuerdo con el Gobierno. Cuatro grandes firmas que industrializan la yerba subieron entonces el precio del paquete.

Los fraccionadores yerbateros, que procesan y envasan la hoja de yerba mate, presionan por trasladar a las góndolas el aumento del ciento por ciento en el precio que acordaron los productores con la autorización del Ministerio de Agricultura y la Secretaría de Comercio Interior. La puja comenzó por los comercios más pequeños, a través de los distribuidores mayoristas. Estos fueron informados de una suba en el precio del paquete para la venta de entre 20 y 25 por ciento. Las grandes firmas tienen mayor poder de negociación y no recibieron presiones por el momento. El ajuste, según indican asociaciones de supermercadistas, todavía no llegó a las góndolas. La Secretaría de Comercio había autorizado a las cuatro principales fraccionadoras aumentos que no podrían en ningún caso superar el 9,5 por ciento. Afirman que no hay desabastecimiento.

Tal como sucede con otras cadenas de bienes de consumo masivo, las pujas distributivas entre los diferentes eslabones terminan desfavoreciendo a los más débiles: el productor primario y el consumidor. Cuando el Gobierno interviene estipulando controles de precios para favorecer al consumidor, las fraccionadoras o distribuidoras negocian un menor valor con los productores por su cosecha. En este caso, los productores lograron una mejora del 90 por ciento para la hoja verde de yerba mate y de 110 por ciento para la canchada (o secada). Las industrializadoras ahora pretenden que ese aumento sea pagado por el público. Por su parte, los molineros se quejan de haber quedado en el medio, con más costos y sin posibilidad de transferirlos.

El complejo yerbatero evidencia históricamente fuertes asimetrías en los márgenes con los que operan los diferentes eslabones e incluso dentro de cada uno de ellos, por lo que la puja por ingresos en la cadena es un punto crítico. También existen problemas en el pago y cumplimiento de los precios a los productores. Según un informe del Ministerio de Economía, de la última cosecha los productores participaron del 9 por ciento de los ingresos, los secaderos del 24 por ciento y el sector de molienda y comercialización del 67 por ciento. La etapa primaria se caracteriza por una alta desconcentración y atomización de la oferta. Existen 17.444 productores. A medida que se avanza en la cadena se exhibe una mayor concentración. En la primera transformación participan 239 secaderos, 69 acopiadores y 118 molinos. Al momento de llegar al mercado interno se cuentan apenas 12 fraccionadores, de los cuales sólo cuatro procesan el 50 por ciento de la yerba mate: Establecimiento Las Marías (Taraguí), Hreñuk (Rosamonte), Molinos Río de la Plata, del Grupo Perez Companc (Nobleza Gaucha) y La Cachuera (Amanda).

Estas grandes firmas recibieron autorización del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, para actualizar sus listas de precios. Sin embargo, debían ceñirse al esquema oficial, que clasifica a todos los productos y marcas en tres categorías: masivos (con hasta el 3 por ciento de aumento), selectivos (el 6 por ciento) y premium (9,5 por ciento). “La yerba es un producto masivo, así que en ningún caso debería ser más del 3 por ciento”, sentenció un supermercadista de buena llegada a Moreno. El empresario aseguró que con las “seis grandes cadenas no se meten, pero con los más chicos sí, y quieren recuperar la rentabilidad con estos últimos”. Miguel Angel Calvete, ex titular de la cámara que agrupa a los supermercados chinos, reconoció a este diario que “los mayoristas ya anunciaron a sus clientes una suba de entre 20 y 25 por ciento que, por la alta rotación del producto, debería impactar en góndola en no más del 15 por ciento”.

Algunas cadenas supermercadistas rechazaron recibir un aumento mayor del estipulado por Moreno y, hasta tanto no se aclare el tema, comenzaron a racionalizar la venta al público. “Esto no quiere decir que haya desabastecimiento. Obviamente, si uno va a comprar veinte kilos, te van a decir que no”, señaló a Página/12 el titular de Consumidores Libres, Héctor Polino. El representante de la asociación aseguró no haber recibido denuncias ni quejas por abusos de precios ni falta de productos en las góndolas.

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