Carta dominical de Monseñor Juan Rubén Martínez; Obispo de Posadas

En la carta pastoral de cuaresma sobre la evangelización, que venimos reflexionando durante estos Domingos, señalamos algunos aspectos que en este tiempo litúrgico lo deberemos tener especialmente en cuenta en orden a la dimensión misionera y evangelizadora que es la razón de ser de la Iglesia. Hemos reflexionado sobre la necesidad del testimonio, la Iglesia, como espacio para todos, o bien como “Patio de los gentiles”, y en este domingo reflexionamos sobre la necesidad de la Caridad y las obras de misericordia concretas como claves para nuestro examen de conciencia personal y comunitario.

Señalar que la evangelización hoy tendrá especialmente que testimoniar el amor misericordioso de Dios no es una novedad. De hecho la Iglesia cuenta con tantísimos santos y mártires que han sido testigos del amor de Dios. Pero en un contexto mercantil y secularista como el actual, la caridad y el amor misericordioso serán claves de toda la tarea evangelizadora de la Iglesia. 


El amor misericordioso cruza transversalmente todos los aspectos del camino del discipulado y misión que queremos transitar como cristianos. El amor misericordioso es salir al encuentro como “el buen samaritano” del hombre contemporáneo, tanto del “opulento” que aparenta tenerlo todo, y en general está profundamente insatisfecho, como de los “excluidos”, que lamentablemente abundan, y por distintas razones quedaron heridos y fuera del camino. 
Considerando la opción preferencial del Evangelio por los pobres, deberemos estar atentos a sus códigos, necesidades y nuevas problemáticas, para que nuestro amor misericordioso se comprometa responsablemente con los pobres y sufrientes de nuestro tiempo. 


Esta cuaresma será para nuestra diócesis una oportunidad para revisar nuestras actitudes evangelizadoras considerando las obras de misericordias. En este sentido hay muchas obras que vienen realizándose hace años, como los hogares de ancianos, de niños especiales, y tantas otras que no son noticia. En los últimos tiempos, se han intensificados alguna obras, como hogares para nuestros hermanos y hermanas en situación de calle, como para mujeres y niños que padecen violencia familiar, así como varios proyectos que va realizando la caritas diocesana en barrios y pueblos.
No obstante todos estos gestos positivos sabemos de nuestra insuficiencia y necesidad de conversión para que la caridad esté en el centro de nuestras respuestas evangelizadoras en nuestros próximos años.


En esta carta quiero volver a remarcar la importancia de nuestra colecta llamada del 1 % Cuaresmal. Es un aporte que adquiere su sentido y espiritualidad en este tiempo cuaresmal, como fruto de conversión, desde el compartir o bien desde la comunión de bienes. El 1% de nuestros ingresos totales, es sólo un indicador, para que con lo que aportemos, podamos ayudar a nuestros hermanos y hermanas en el tema de viviendas, ranchos baños y letrinas. El fin de semana del 17 y 18 de marzo y durante toda la cuaresma será una oportunidad y un gesto concreto de conversión al amor misericordioso de Dios.


Les envío un saludo cercano y hasta el próximo Domingo.

Juan Rubén Martínez 

Obispo de Posadas                                         Quinto Domingo de Cuaresma

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