El representante de los inspectores forestales, Walter Antenen, dijo que el principal problema que detectan en los controles es la intrusión sobre propiedades con bosques nativos.
“El maderero no es destructivo, ya que busca una rentabilidad económica de su propiedad y hace uso selectivo buscando un destino comercial a su explotación forestal. Sin embargo, el intruso avanza destruyendo los bosques y deteriorando también el suelo o los cursos de agua, actuando sobre una cadena de informalidades; incluso ingresa a lotes ya con alguna propuesta de una tabacalera que le “asigna” determinadas hectáreas, le entrega los insumos, le pide que tumbe la madera y hasta le consigue el comprador. Nuestra tarea tiene limitaciones al respecto, sin dudas el problema de la intrusión se nos escapa de las manos, es necesario legislar específicamente, controlar la situación de ingresos de personas de otra manera, ya que con los controles uno llega tarde, porque al momento de labrar la infracción el daño ambiental ya está hecho y resulta que el intruso está indocumentado, ya que la mayoría son de países vecinos, por lo tanto la sanción recae sobre el titular del lote y todo el proceso se vuelve una cuestión muy delicada, realmente compleja”.
Ecología otorga mayor poder de control a inspectores forestales
