La semana pasada se reunieron Aduana, Senasa, Gendarmería, Sanidad de Frontera y Migraciones, para tratar de estructurar una estrategia para dinamizar el trabajo de controles para Semana Santa, considerando el efecto embudo que se genera en los extremos de las cabeceras del puente Tancredo Neves que comunica Iguazú con Foz, ya que se notó el incremento de autos particulares y se estima que en horas pico las demoras pueden ser de 15 a 30 minutos.
Sergio Ríos, delegado de Migraciones en Iguazú.
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La cabecera del puente Tancredo Neves cuenta con seis casillas de entrada y nueve de salida para vehículos particulares, y dos para colectivos interurbano, taxis y remises, con ocho puestos de control en entrada y ocho de salida, aparte del sector de carga hay donde hay dos funcionarios.
El promedio de personas que pasaron por la frontera desde el primero de marzo hasta el dieciocho del mismo mes fue de 19.412 personas diarias, de las cuales el 60 % son turistas y el resto tráfico vecinal fronterizo.
En temporada baja, un vehículo tarda entre el trámite migratorio y aduanero dos minutos, y hasta diez en alta. Los colectivos pueden tardar hasta treinta minutos.
“El tránsito vecinal fronterizo está medianamente agilizado, Argentina al igual de Brasil ya cuentan con la ley de localidades fronterizas vinculadas, si bien están los estudios falta la reglamentación, no podemos separar las filas en temporada alta por que se complicaría aún más”, explicó Sergio Ríos, delegado de Migraciones.
Al respecto, del transporte turístico se hace una declaración jurada donde figura toda la documentación de los vehículos y choferes, a quienes se les da un papel que al mostrarlo al personal de Gendarmería en la ruta los pueda diferenciar, indicándoles tomar las casillas de corredor turístico, auque esta modalidad se comenzó a instrumentar muy recientemente pera los taxis esperan que aporte agilidad al paso.
Se espera para Semana Santa un flujo de 80 micros provenientes de Buenos Aires, Córdoba y Rosario entrando y saliendo del país.
