Una posada pensada para el relax

En las profundidades de la provincia de Misiones y a la vera del Río Paraná, Posada Puerto Bemberg propone un transcurrir sereno, a la sombra exuberante de la selva tropical. 

Honrar el legado de la familia. Eso es quizás lo que inspiró a los descendientes de Otto y Federico Bemberg -pioneros en el cultivo de yerba mate y fundadores del pueblo que alguna vez llevó su nombre y, hoy, el de Puerto Libertad- a revivir la casa que, en 1940, ellos convirtieron en posada para recibir a los visitantes que llegaban atraídos por las Cataratas del Iguazú y la mística de la selva. «En aquella época, sólo se accedía a las cataratas por barco, así que desde aquí partían los viajeros», cuenta Juan Zorraquín, sobrino nieto de los fundadores, gerente de Posada Puerto Bemberg y uno de los artífices de la obra de restauración de este parador, que había cerrado sus puertas en 1978. «Nuestra idea fue recuperar la construcción y convertirla en un lugar donde vivir intensamente la experiencia de esta selva privilegiada», explica. «Queríamos que se sintiera como una casa, pero que ofreciera todo el confort y la sofisticación de un hotel de lujo». La intención se concretó admirablemente en las habitaciones, decoradas con impecable gusto por la decoradora Christl von Plessen, y en los jardines y patios, diagramados por las paisajistas Mercedes Ulloa y Ana Zuberbühler.

Pero el proyecto era más amplio, y abarcaba el impulso de un turismo sustentable en armonía con el ecosistema. Así surgió Puerto Bemberg, una reserva natural de 360 hectáreas prudentemente alejada del trajín de Iguazú y que enriquece y profundiza el concepto Hotel de selva. Y selva que se convierte en amable hogar.

Fuente: La Nación

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