Benedicto XVI puso en marcha una revolución 2.0

Si bien no usa computadora, impulsó la utilización de Internet.

ROMA.- Está en Facebook, en YouTube, en Twitter, en miles de páginas web, en aplicaciones para teléfonos inteligentes. Aunque Benedicto XVI no usa computadora ni suele navegar por Internet, su pontificado quedará en la historia como el que puso en marcha una verdadera revolución 2.0 en el Vaticano. El Papa está más presente que nunca en el mundo virtual, llegando a través diversos canales de la red de redes a todos los rincones del mundo.

Benedicto XVI, que en abril cumplirá 85 años, se convirtió en junio de 2011 en el primer papa «twitero» de la historia al anunciar personalmente, en 140 caracteres, el lanzamiento de un nuevo portal de la Santa Sede (www.news.va) a través de una iPad. Sacerdotes y obispos de todo el mundo acompañan al Papa en esta voluntad de transmitir el mensaje de Cristo a través de la red de redes. Hay varios cardenales «twiteros», entre ellos Gianfranco Ravasi, al frente del Pontificio Consejo para la Cultura, o Angelo Scola, arzobispo de Milán, ambos considerados «papables». O sacerdotes como Paolo Padrini, inventor del iBreviary, la primera aplicación de las oraciones oficiales católicas para smartphones y tabletas.

«La cultura en estos tres últimos años cambió para todo el mundo con el hiperdesarrollo de Internet, y la Iglesia Católica quiso acompañar este cambio», explicó a La Nacion monseñor Lucio Adrián Ruiz, el argentino que encabeza desde agosto de 2009 la oficina del Servicio Internet Vaticano y que es parte clave de esta revolución 2.0 que puso en marcha Juan Pablo II y que siguió Benedicto XVI.

«En diciembre de 2010 celebramos en el Vaticano los 15 años del nacimiento del sitio vaticano (www.vatican.va ), y aunque 15 años no son muchos para la Santa Sede, lo destacable es que cuando nacía Internet la Iglesia entendió que se tenía que meter en ese momento, en un paso cultural fundamental para acompañar el cambio», agregó monseñor Ruiz, un santafecino de 46 años.

Mucha agua ha pasado debajo del puente desde entonces. Ahora el Papa mismo tiene su lugar en Internet, donde no sólo se encuentran todos los textos de los mensajes, discursos, encíclicas, cartas apostólicas, exhortaciones, angelus, oraciones, audiencias y viajes, sino también noticias, audios y videos de sus actividades, traducidos en varios idiomas. Además, hay otros sitios «.va» con fuerte presencia en las redes sociales, como Facebook, Twitter, YouTube y Radio Vaticana, así como miles de páginas con otros contenidos, que van desde los diversos dicasterios de la Curia, el gobierno central de la Iglesia, hasta las celebraciones litúrgicas o la historia de los sucesores de Pedro, entre otras informaciones.

Los servidores del Vaticano atienden a un millón de visitantes por día, que pueden aumentar durante eventos especiales, como por ejemplo, la beatificación de Juan Pablo II, el 1° de mayo del año pasado, cuando hubo 12 millones de visitadores en tres días. «En esos días se cliqueó masivamente la página www.juanpabloII.va … Se trata de estar presente en la realidad virtual, como lo es todo lo que tiene que ver con la cultura actual», subrayó monseñor Ruiz, un sacerdote experto en el tema que vive con tres smartphones prendidos, estudió mecánica eléctrica e industrial superior, análisis de informática aplicada, sistemas de ingeniería Microsoft e hizo un máster en Economía y Negocios en Madrid.

«La imagen de Benedicto XVI es que con los medios no va… Pero leyendo los mensajes que escribió para las Jornadas Mundiales de las Comunicaciones Sociales queda clarísimo que este pontífice es de superavanzada: en el mensaje de 2010, por ejemplo, el Papa dijo que así como los apóstoles salieron a evangelizar con los medios de su época, nosotros salimos con nuevos medios. Internet es un terreno de misión que implica un desafío para la Iglesia y que potencia y hace llegar a los confines extremos del mundo su mensaje», apuntó Ruiz.

«La Iglesia siempre, desde la encarnación, que es Dios que se hace hombre, hace cultura y acompaña al hombre en la historia. Si el verbo se hizo carne, la Iglesia se hace cultura. Y si la cultura de hoy tiene su componente digital, la Iglesia está presente. Es una nueva manifestación de la Navidad», explicó Ruiz. «Cristo siempre se vuelve a hacer carne en la cultura, en la pintura, en la música y, también, en Internet», agregó.

Ruiz está al frente de un equipo de 24 personas, todas laicas, que trabajan en una oficina de la Vía de la Conciliazione. «Nosotros somos los brazos, las piernas y las manos digitales del Papa», concluye.

 

(lanacion.com)

 

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