Opinión: Crecer-sustentar-igualar

El futuro que queremos necesita un marco de desarrollo humano  sustentable que refleje la equidad y la sostenibilidad.


Julio César Duarte, presidente de la DPV en Radio Libertad

(Por Julio César Duarte, Presidente de la Dirección Provincial de Vialidad)

 

Este va a ser un particular año para el Desarrollo Sustentable o Sostenible, término usado por otra fuente de consulta. Ello tiene una intima correlación con lo propuesto en este tratamiento de “crecer más”, de de la “lucha permanente en resolver la pobreza”, y atento a que él “como” está vinculado con los modos de producción aquí relanzaremos la oportunidad del “desarrollo sostenible”. Es un tiempo más que oportuno para debatir el próximo desarrollo económico.

 

Mucho se ha dicho sobre el marco referencial que abarca la acción de “crecer” de “sustentar” o en estos últimos análisis la de “igualar”, sino también comprende para su tratamiento otras elaboraciones científicas, tecnológicas, y realidades presentes como: el desarrollo humano, las desigualdades, cambio climático, destrucción de la biodiversidad, producción sostenible, consumo responsable, economía ecológica, bienes comunes, democratización, y otras temáticas vinculadas a un cambio cultural y en la producción de bienes y servicios. La crisis financiera actual es la prueba contundente del fracaso de la dupla derecha-liberal e izquierda-comunista, y sus modelos económicos. Es más el cuadro adquiere ribetes dramáticos con temáticas muy presentes como lo son la desigualdad-pobreza y el cambio climático.

 

“El gran desafío del desarrollo del siglo XXI es proteger el derecho de las actuales y futuras generaciones a llevar una vida plena y saludable.” Conclusión en sintonía con el Informe Brundtand de ONU 1983 con la cual el mundo toma dimensión que el crecimiento económico tiene sus límites fundamentalmente de los recursos naturales. Y la producción de los residuos del consumo, que es una de sus consecuencias, la conocemos hoy como “cambio climático” y su amenaza al desempeño humano en el planeta tierra. En realidad este informe se da como una salida al “Los límites del crecimiento: Informe del Club de Roma sobre el predicamento de la humanidad. Meadows y colaboradores 1972.

 

El hombre desarrollo conocimientos en economía ecológica y de desarrollo humano para enfrentar lo que hoy es ya muy evidente que si no cambiamos los mecanismos de producción y las formas de los vínculos sociales la existencia humanan se tornara inviable. Es tan dramática, en cuanto a su resolución, que se afirma el imperativo de un “cambio de civilización”.  Podemos preguntarnos por que llegamos a este estado de situación? Lo comentamos por que tiene un carácter político e ideológico. Además las soluciones, restricciones o actividades productivas o sociales tienen escala global y deben ser acatadas por todos los países de este planeta.

 

Brevemente. En oportunidad de la difusión de los informes citados el mundo se encontraba en plena guerra fría, además 1983 y 1984 fueron las dos primeras crisis del petróleo. También es el momento en que se gesta el neo-liberalismo con la pauta posteriormente conocida como el Consenso de Washington.  Una época de fuerte ideologismo, y opera de freno a todas aquellas ideas. Aunque las evidencias científicas no se pudieron soslayar y, es así que llega La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y el Desarrollo Rio de Janeiro 1992 donde se fijan 27 principios para darle contenido a la sostenibilidad. La situación geopolítica no tiene cambios por una la clara actuación de los que “ganaron la guerra fría” y debía hacerse al botín que les correspondía según alguna observancia aceptada aun hoy. El resultado ha sido como todo lo sabemos más desigualdad y pobreza, y un deterioro ambiental alarmante. Inconsistente con todo lo que sabemos de cómo debemos actuar en lo económico y cultural.

 

La oportunidad de insistir en ese legado humano es este año 2012 porque nos reuniremos en Rio+20 otra vez para tratar todo aquello concebido  en 1992. Donde, ante este sombrío presente, cobrara una relevancia singular y es una oportunidad única. 

 

Ahora veremos lo que sabemos sobre desarrollo humano y de economía ecológica que son requeridos para el cambio cultural en análisis y absolutamente necesario.

 

El Informe sobre Desarrollo Humano del 2010 es un exhaustivo análisis y una variedad de conclusiones y recomendaciones para avanzar sobre la temática. El mismo nos entrega exitosas  experiencias en distintas parte del mundo donde se ensayaron y recogieron eso resultados con prometedoras metodología. Asimismo el del 2011 es un aporte considerable y a la vez novedoso al diálogo mundial en torno a este desafío, y demuestra de qué manera la sostenibilidad está íntimamente ligada a la equidad, entendida como justicia social y mayor acceso a una mejor calidad de vida.

 

Asimismo una creencia casi mito del liberalismo en cuanto a que las desigualdades operaban como un estimulo para el esfuerzo y la disposición a trabajar duro para progresar, hasta considera un movilizador imprescindible. Esta es una consideración negada y rebatida por varios economista sociales que afirman si  “ahí pobreza es porque ahí desigualdad” y otras apreciación de similar significado como lo es la “trampa de la pobreza”. El pobre tiene pocas oportunidades de dejar de serlo en aquella lógica liberal.

 

Que tenemos insoportables costos humanos de las desigualdades son evidentes, su proyección llega incluso al desempeño económico. “Una oleada de investigaciones ha demostrado que las altas desigualdades son nefastas para la economía y la sociedad. Reducen los mercados internos, bajan la capacidad del ahorro nacional, son el motivo de la deserción escolar y educación de baja calidad, crean inequidades múltiples en salud, degradan la cohesión social, provocan fuertes grados de conflictividad, promueven la criminalidad y facilitan la corrupción.”   

 

Si seguimos ignorando los graves riesgos ambientales y las profundas desigualdades sociales pondremos en serio peligro las décadas de avances permanentes de la mayoría de los pobres del mundo, e incluso si seguimos ignorando los graves riesgos ambientales y las profundas desigualdades sociales podría revertir la convergencia mundial del desarrollo humano. Es absolutamente necesario que  las personas, las comunidades locales, los países y la comunidad internacional promuevan la sostenibilidad ambiental y la equidad de maneras que se refuercen entre sí.

 

Hoy en día no hay consenso en torno a las políticas de desarrollo, pero sí están surgiendo nuevas tendencias. Muchas personas han inter¬pretado la crisis financiera, simbolizada por el colapso del gigante financiero de Estados Unidos, Lehman Brothers, en el 2008, como un poderoso recordatorio de los peligros que entraña una liberalización absoluta. Y si aquellos fuera poco todavía no sabemos qué va a ocurrir con la crisis financiera de Europa.  Aún no están claros los efectos de esta última crisis en el pensamiento sobre el desarrollo. Para nosotros  el péndulo está volviendo hacia un rol más activo de las políticas públicas y hacia objetivos de desarrollo más humanitarios.

Las reflexiones sobre desarrollo han experi¬mentado grandes cambios en el tiempo: “desde la idea original de que la inversión en capital es igual a crecimiento y desarrollo, pasando por el rol del capital humano, la función de los mer¬cados y las políticas, el papel de las institucio¬nes y, recientemente, el rol del empoderamiento individual y grupal y el protagonismo de los países.”

 

Una primera aproximación a un enfoque de desarrollo humano debe contener:

políticas públicas para regular la economía, proteger a los grupos vulnerables y producir bienes públicos, tanto tradicionales (salud, educa¬ción, infraestructura) como nuevos (supe¬rar la amenaza planteada por el cambio climático). Promover el bienestar e incluir la vulnerabilidad a los riesgos y las crisis. Reconocer que la pobreza, el crecimiento y la desigualdad son esencialmente indivi¬sibles, y que la reducción de la pobreza no sólo depende de la tasa de crecimiento, sino de los niveles y cambios en la distribución del ingreso y su propia sostenibilidad.

 

 “El desarrollo humano es la expansión de las libertades de las persona para llevar una vida prolongada, saludable y creativa; conseguir las metas que consi¬deran valiosas y participar activamente en darle forma al desarrollo de manera equitativa y sostenible en un planeta compartido. Las personas son a la vez beneficiarias y agentes motivadores del desarrollo humano, como individuos y colectivamente.”

 

“El desarrollo sostenible implica la expansión de las libertades fundamentales de las actuales generaciones mientras realizamos esfuerzos razonables para evitar el riesgo de comprometer gravemente las libertades de las futuras generaciones.”

 

Con encuentro de ambas perspectiva del desarrollo que se la define el “desarrollo humano sostenible” como “la expansión de las libertades fundamentales de las personas del presente mientras realizamos esfuerzos razonables para evitar comprometer gravemente las libertades de las futuras generaciones”.

 

Es una nueva visión para promover el desarrollo humano a través de la doble perspectiva de la sostenibilidad y la equidad. Para que esta visión se transforme en realidad, es necesario fortalecer las instituciones, mejorar las habilidades, reformar las políticas y consolidar la gobernabilidad democrática.

 

El otro gran continente teórico (y no tanto) a presentar es la Economía Ecológica que lejos esta de asimilarse a la conocida Economía de los Recursos Naturales o a la Economía Ambiental. Las dos últimas son entidades argumentativas de incorporación a la Economía Clásica de la temática ambiental. Es el soporte científico-técnico del desarrollo humano.

 

La Economía Ecológica “es el estudio de las interacciones entre los sistemas económicos y sistemas ecológicos. Interviene en las relaciones del gobierno de la casa de los ser humanos y el gobierno de la casa de la naturaleza”.

 

La economía ecológica establece una interdependencia con el medio ambiente muy fuerte a deferencia de la economía clásica, que décadas atrás no incluían a medio ambiente natural en sus análisis. Aun así tenemos problemas y fenómenos que son materia de cada una de ella, es decir en algún casos de naturaleza económica y en otras ecológicas.

 

La reflexión nos lleva en una evolución necesariamente a la economía ecológica porque los recursos naturales no son infinitos, y los desechos del consumo (CO2, SO2, NO2) y otros están afectando el planeta. Es decir que muchas de las argumentaciones clásica no solo validas ya que al no considerar la interdependencia no incorpora en sus análisis el agotamiento del recurso natural ni los efectos dañinos de la contaminación ambiental.

 

Para entenderla es imprescindible ampliar las consideraciones de “sustentabilidad” o “sostenibilidad” términos a los cuales los mantenemos equivalentes en todo el análisis. La sostenibilidad es “mantener la capacidad de un sistema económico-medio ambiente para satisfacer las necesidades y deseos de los seres humanos en el largo plazo.

 

Desarrollo sostenible es una forma de crecimiento económico que satisfaga las necesidades y deseos presentes sin comprometer las capacidades  del sistema economía medio ambiente de seguir cumpliendo con ese objetivo en el futuro.”

 

Sostenibilidad económica: se da cuando la actividad que se mueve hacia la sostenibilidad ambiental y social es financieramente posible y rentable.

Sostenibilidad social: basada en el mantenimiento de la cohesión social y de su habilidad para trabajar en la persecución de objetivos comunes. Supondría, tomando el ejemplo de una empresa, tener en cuenta las consecuencias sociales de la actividad de misma en todos los niveles: los trabajadores (condiciones de trabajo, nivel salarial, etc.), los proveedores, los clientes, las comunidades locales y la sociedad en general.”

 

Sostenibilidad ambiental: es la compatibilidad entre la actividad considerada y la preservación de la biodiversidad y de los ecosistemas, evitando la degradación de las funciones fuente y sumidero. Incluye un análisis de los impactos derivados de la actividad considerada en términos de flujos, consumo de recursos difícil o lentamente renovables, así como en términos de generación de residuos y emisiones. Este último pilar es necesario para que los otros dos sean estables.

 

Todas estas consideraciones de amplia cobertura en ámbitos académicos y gubernamentales se dan porque las actividades económicas humanas están poniendo en peligro la sostenibilidad medioambiental. Tampoco corregir las fallas de mercado, es decir alcanzar la eficiencia asignativa, logra la equidad, la igualdad. Entonces alcanzar resultados de desarrollo sostenible, plantea la “gobernanza”, el encuentro del sector publico con la sociedad civil, sector privado y otros sectores no gubernamentales que colaboren o intervengan en el logro del los objetivos de sustentabilidad que se planteen. La gobernanza es  “la eficacia, calidad y buena orientación de la intervención del Estado, que proporciona a éste buena parte de su legitimidad. Se puede hablar de una gobernanza global  cuando la referencia es el sistema de relaciones internacionales que exhiban resultados de integración y cooperación.

 

A manera de proposición exploremos algunas estrategias y objetivos para una agenda política de desarrollo sustentable:

 

•          Equidad intra e intergeneracional. Ello responde a la exigencia actual de solidaridad internacional, y a su proyección futura a fin de conseguir la conservación y recuperación de la tierra en relación con los recursos naturales y ambientales, prestando especial atención a los más desfavorecidos.

 

•          Derecho a una vida saludable y en armonía con la naturaleza. Las políticas públicas deben contener una dimensión cualitativa de bienestar social, calidad ambiental e identidad cultural.

 

•          Integración del medio ambiente en los procesos de crecimiento y desarrollo económico. Incluso en las relaciones internacionales del comercio. 

•          Internalización de los costos y beneficios ambientales en los procesos de producción de bienes y servicios. Asimismo el principio de precaución para el diseño y desarrollo de instrumentos legales, técnicos y financieros.

•          Garantizar la participación social en las distintas etapas del proceso del desarrollo humano sostenible.

 

 Finamente una síntesis ideológica sobre la cosmovisión renovadora de la economía:

La economía es sustentable en términos productivos, sociales y ambientales; donde la libre empresa y el emprendedor producen bienes-servicios valiosos y vitales, el Estado participa en la generación de riquezas, y se realiza la justa distribución de los ingresos; para asegurar el equilibrio macroeconómico, satisfacer los intereses comunitarios, y de una vida humana plena.

 

Lo aquí expuesto no es más que un el marco referencial mínimo y una convocatoria al desarrollo de un plan, objetivos, y metas para la transición primero y luego la plena vigencia de una nueva civilización que nos permita una vida plena e la generación  presente y un futuro común repleto de oportunidades para el bienestar de nuestros hijos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(La Agenda de Barcelona para el Desarrollo, suscrita en 2004 PARA BUSCAR INTERNET)

 

 

 

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