Una enfermedad que no da tregua a los presidentes latinoamericanos

 

 

La mandataria argentina no es la única que en Latinoamérica ha sido víctima de esta enfermedad.

 

La noticia de que el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva padece un cáncer de laringe impactó en el continente, una región en donde diversas modalidades de esta enfermedad parecen haberse ensañado con sus dirigentes en los últimos tiempos.

 

Lula, que el 1 de enero de este año dejó el poder con una popularidad récord del 87% y que el jueves cumplió 66 años, «deberá realizar el tratamiento de quimioterapia en carácter ambulatorio», dijo en una nota el médico Antonio Carlos Onofre de Lira, director del Hospital Sirio Libanés de Sao Paulo.

 

Justamente son los dirigentes de Brasil los más afectados por esta enfermedad. A la actual mandataria del gigante suramericano, Dilma Rousseff, le fue diagnosticado un cáncer linfático en 2009 cuando era ministra de la Presidencia de Lula, lo que no le impidió buscar la presidencia, que asumió en enero pasado.

 

Aunque los especialistas dicen que ya está curada, en mayo de este año a Rousseff se le detectó una neumonía durante unos exámenes rutinarios, por lo que tuvo que guardar reposo y cancelar varias actividades oficiales.

 

Sin embargo, el caso que hasta ahora ha conmocionado más a Latinoamérica y al mundo en general, por las connotaciones políticas que tiene y el misterio que lo rodea, es el del gobernante venezolano, Hugo Chávez, quien el 30 de junio pasado anunció desde Cuba que 10 días antes le habían extraído un tumor canceroso.

 

Tras cuatro sesiones de quimioterapia, tres en La Habana y una en Caracas, la semana pasada al regresar de Cuba aseguró que los análisis médicos detectaron «que no hay células malignas» en su cuerpo», y precisó que se encuentra en una etapa de «seguimiento para que no se repita la enfermedad».

 

El haitiano René Préval, quien traspasó el poder en mayo pasado a Michel Martelly, también escogió a Cuba para tratarse el cáncer de próstata, del que fue operado en ese mismo país en 2001, al final del primero de sus dos mandatos (1996-2001 y 2006-2011).

 

Otro gobernante en ejercicio con cáncer fue el paraguayo Fernando Lugo, a quien le diagnosticaron uno de tipo linfático en agosto de 2010, del que se trató igualmente en el Hospital Sirio Libanés, donde recibió tres sesiones de quimioterapia y tuvo que ser internado además por una trombosis en octubre del mismo año.

 

Justamente Lugo, tras enterarse en la Cumbre Iberoamericana que se realiza en Paraguay de la enfermedad de Lula, pidió a sus colegas cuidar su salud. Y es que las responsabilidades, el estrés y los viajes casi siempre pasan factura a quienes ejercen el poder.

 

Es conocido que el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, chequea su salud muy a menudo en Cuba, lo que ha desatado numerosos rumores pero el Gobierno niega que esté enfermo.

 

También se desconoce si padece alguna enfermedad Raúl Castro, quien sucedió en la Presidencia de Cuba a su hermano mayor Fidel Castro. 

 

 

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