Elevaría los aranceles a las importaciones de terceros países. Disidencia uruguaya.
Ayer se reunieron cancilleres y ministros económicos del Mercosur. Hoy se encuentran los presidentes. Esta cita ocurre exactos 10 años después que otra cumbre del bloque el 21 de diciembre de 2001, también en la capital uruguaya, debió pasar a cuarto intermedio sin plazo fijo por causa de la caída de Fernando de la Rúa. Hoy estarán los jefes de Estado del cuarteto fundador (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) más Rafael Correa de Ecuador, que solicitará el ingreso formal de su país al grupo regional. Pero que haya una foto oficial sin ausencias, no es suficiente para ocultar las zozobras del bloque.
Como nadie desprecia la magnitud de la crisis mundial que golpea las puertas, el eje de la discusión de ayer y de hoy pasa por un tema excluyente: proteger las economías de lo que se supone puede ser una “invasión” de bienes importados de extrazona. La propuesta consiste en elevar los impuestos de importación para productos originarios de terceros países.
No fue aprobada ayer sólo por cuestiones de divergencias en otros asuntos entre uruguayos y argentinos. Pero con toda seguridad serásancionada hoy por los presidentes Cristina Kirchner, Dilma Rousseff, José Mujica y Fernando Lugo.
La medida erige barreras significativas, con aranceles de hasta 35%(la máxima protección consolidada ante la Organización Mundial del Comercio), para una amplia gama de productos comprendidos de 200 posiciones arancelarias.
Esta es una inequívoca señal de los tiempos que se avecinan, con Brasil que sufre una franca “ desaceleración ” de su economía (las estimaciones de crecimiento del PBI ya son de apenas 2,8%) y Argentina que por primera vez admite oficialmente un ritmo de actividad en 2012 sensiblemente inferior al de este año (será de 5% contra casi 9% en 2011).
Ayer en el Congreso, antes de partir hacia Montevideo, el ministro Hernán Lorenzino reconocía que “nadie puede saber el impacto” (de la crisis). Y en un tono no exento de dramatismo, el brasileño Guido Mantega declaraba al llegar a la capital uruguaya e ingresar en el hotel Sheraton donde se hospeda con la presidenta Rousseff: “Precisamos protegernos en un momento en que todos los países están siendo invadidos por mercaderías de otras naciones” por cuenta de la debacle global.
De hecho, cuando ayer por la mañana se encontraron los cancilleres en un desayuno de trabajo en el hotel Radisson, lo que dominó la cita fue la necesidad de llegar a un acuerdo en ese terreno.
El plan, dijo, es erigir vallas contra lo que viene del exterior del bloque. Si hasta anoche no se había firmado fue por una demanda de Uruguay que a cambio de conceder en ese terreno, pretendía que Argentina revise su estrategia de trabas al comercio intrarregional.
Proclive a las frases de efecto, el ministro Héctor Timerman definía: “La mejor respuesta a la crisis internacional es fortalecer el Mercosur” y señalaba que la situación de las finanzas mundiales “no puede ser un motivo de retroceso en el desarrollo social y económico de nuestras naciones”. Redondeaba sus opiniones con una crítica a quienes ponen en duda la solidez del Mercosur.
“Quienes impulsan esas ideas generalmente están asociados a los intereses que siempre han protegido las minorías”. Convocó, entonces, a “no caer en ese tipo de provocaciones justo ahora que estamos en una situación de fortaleza”.
Más precisa, la ministra de Industria Débora Giorgi, quien llega hoy a Montevideo junto a la Presidenta, sostuvo que “debemos incrementar el comercio intrarregional en el contexto Latinoamérica con el objetivo de incorporar parte de los 460.000 millones de dólares en manufacturas que la región importó en 2010 desde terceros países”.
(clarín.com)
