Tironeos anacrónicos

Escribe Juan Carlos Argüello, jefe de Redacción de Misiones On Line 

Hace un buen tiempo que el peronismo dejó de ser lo que fue. El radicalismo tampoco es hoy un partido de centroizquierda. Sin embargo, muchos de sus dirigentes siguen pensando como políticos de hace cincuenta años. Ni el PJ ni la UCR, como estructuras tradicionales de la política argentina, parecen haberse dado cuenta del devenir. La sociedad ya no piensa dividida entre blanco o negro. Así le fue a Eduardo Duhalde y así le fue a Ricardito Alfonsín. Ahora prueba ese rumbo Hugo Moyano, quien insiste en el peronómetro para comparar sus cualidades de dirigente con las de la presidenta Cristina Fernández.

Desde hace tiempo se advertía, y varias veces desde esta columna, que la relación entre el Gobierno y el camionero titular de la CGT era uno de los eventuales focos conflictivos para la política pos elecciones. No demoró demasiado Moyano en confirmar las sospechas.

El conductor de la CGT hace tiempo había asumido una actitud de confrontación con el Gobierno. El reclamo permanente de más poder político y ahora de fondos de obras sociales revela un desafío que va más allá de la “participación de los trabajadores”. La amenaza de ruptura que lanzó en el acto del club Huracán, ubicó al camionero en el mismo plano que cualquier otra corporación. Es lo mismo que la patria sojera afectada por las retenciones, o igual que los monopolios mediáticos que temen perder el control de precios en la industria del papel prensa en la Argentina. Reclama Moyano más cargos en el reparto y millonarios fondos de obras sociales.

Pero su énfasis hace dudar del verdadero apoyo al modelo y hasta de su defensa de los obreros. Es que solo se le escucha reclamar por el reparto de ganancias y poco por los derechos de los trabajadores. Los diputados que le responden rechazaron la nueva ley del peón rural, que reconoce más derechos frente a la patronal.  El proyecto fija ocho horas de trabajo poniendo fin al concepto de jornada laboral de sol a sol, fija la edad jubilatoria en los 57 años con 25 años de aportes, establece que las remuneraciones no podrán ser menores al salario mínimo, prevé horas extra, descanso semanal, condiciones adecuadas de higiene, seguridad y vivienda para los más de 1,3 millón de peones rurales. La ley vigente, que defiende el duhaldista Gerónimo Venegas, es de la dictadura y lleva la firma de Jorge Rafael Videla, Alfredo Martínez de Hoz y Albano Harguindeguy.

El otro eje del discurso de ruptura de Moyano, fueron los fondos adeudados a las obras sociales, pero obvió el hecho de que están largamente sospechados de corrupción y que hay investigaciones judiciales abiertas. En una lectura rápida, sin conocer intimidades de una relación que se consolidó con el ex presidente Néstor Kirchner, la táctica de Moyano no parece demasiado novedosa. Presionar para negociar.

Pero en este caso, quien está del otro lado no parece necesitar ir al pie a discutir condiciones. La Presidenta acaba de ser votada por el 54 por ciento de los argentinos y ese es un capital que el líder camionero lejos está de conseguir. Sus continuas amenazas generan más rechazo que adhesiones. Y en su discurso de asunción, no hizo más que reiterar un punto: “No soy la Presidenta de las corporaciones”.

Las bases de Moyano no son las mismas que las que tiene la Presidenta. Aunque líder gremial, en el plano político, el camionero no goza de buena imagen en la sociedad y llevar la pulseada a ese escenario, lo dejaría mal parado. La base social de la reelección presidencial no fue el peronismo, como intenta enrostrar el camionero, sino un 54 por ciento heterogéneo y sobre todo, alejado del simbolismo partidista. La red es otra y la Presidenta lo entiende a la perfección. Por eso, hablar de un peronismo como una “cáscara vacía” es por lo menos, anacrónico.

De todos modos, llevar la disputa coyuntural a un problema del país, suena a exagerado. Es poco probable que la sangre llegue al río y el mismo Moyano tendió líneas en ese sentido. Su hijo, Facundo, quien muchas veces expresa lo que su padre no quiere decir, lo dejó claro: “La contradicción principal es entre el proyecto financiero neoliberal y el proyecto nacional popular y latinoamericano, y eso se expresa en la antinomia política kirchnerismo-antikirchnerismo. Nosotros sabemos de qué lado estamos”.

Por las dudas, los principales dirigentes del sindicalismo nacional e incluso varios de Misiones, se despegaron de la idea de una ruptura con el Gobierno nacional. Es que los beneficios recibidos son muchos y aunque quedan cosas por resolver, pararse del otro lado no es negocio para nadie. No hay condiciones materiales, económicas ni políticas para que el conflicto escale.

A diferencia de la puja con la Nación, en Misiones la continuidad de la gestión se dio de manera armoniosa y el gobernador Maurice Closs asumió su segundo mandato con la ratificación de todos sus ministros, con excepción de Oscar Herrera Ahuad como ministro de Salud.

Closs fue claro en que la ratificación no es sinónimo de eternidad. Cada ministro y funcionario deberá mostrar acciones para continuar en su cargo y no se descartan nuevos cambios en los próximos meses. “Debemos cuidar este proyecto”, dijo el Gobernador.

La continuidad no solo marca la idea de profundización, sino que es también un símbolo de época. La Renovación consolidó un modelo político, representado por la ratificación de Closs en las urnas y de Carlos Rovira en la conducción política y de la Cámara de Diputados, por cuarta vez en la presidencia e incluso votado por legisladores que hicieron feroces campañas en contra.

Se pueden hacer varias lecturas de ese acompañamiento, pero una línea coincide: se rompieron los viejos parámetros de la oposición partidaria. Solo el radicalismo votó en contra, mientras que los demás legisladores, del peronismo y de Trabajo y Progreso, acataron la decisión de las urnas de ratificar la propuesta del oficialismo. El partido de Claudio Wipplinger hizo alusión a “viejos capangas” que quedaron atrás y no lo contradijeron los representantes del Peronismo Federal, que conduce Ramón Puerta. Hubo serias discusiones en el peronismo disidente por el voto de Pablo Tschirsch y Blanca Acosta a quienes ya “desplazaron” de cualquier lista en 2013. Acosta, en cambio, fue clara: “Mi voto fue institucional y no podemos desconocer el caudal de votos de junio”.  Lo curioso es que el Peronismo Federal sí votó a Julián Domínguez como presidente de la Cámara baja.

El Peronismo Federal se reciclará en el PRO que conduce Mauricio Macri. En pocos días se oficializará al misionero Humberto Schiavonni  como nuevo presidente del partido, con el objetivo de sumar alianzas de cara a 2015. Ramón Puerta no pudo sostenerse como autoridad de la Cámara y sacó pocos votos en Misiones, pero de todas maneras, algunos insisten en que puede llegar a ser candidato a gobernador en la misma fecha.

Mientras tanto, otras decisiones mucho más cercanas involucran a Misiones. El Gobierno nacional avanzó con un nuevo paso hacia la concreción de la represa de Garabí-Panambí, con el llamado a licitación para las propuestas de factibilidad técnica de los dos proyectos entre Argentina y Brasil en las localidades de Garabí y Panambí. El proyecto implica una inversión conjunta estimada en u$s 4.200 millones y una generación eléctrica de 2.000 megavatios. Aunque la Nación y el gobierno brasileño se muestran sumamente interesados en la obra, hasta ahora parecen desconocer la legislación provincial que obliga a convocar a un plebiscito para autorizar la concreción de una hidroeléctrica. El Gobernador fue claro en ese punto: recién en 2014 se podría realizar esa consulta popular una vez que se tengan todos los detalles técnicos de la obra.

El ministro de Planificación, Julio De Vido, explicó que “estamos trabajando sobre la base de dos represas porque hemos eliminado de la idea del proyecto original, el 75 por ciento de superficie inundable, hoy estamos en una superficie inundable del orden de 740 kilómetros cuadrados, de una original que era de casi 3.000 kilómetros”. También anunció reformas de toda la planta urbana de todos los pueblos ribereños afectados. Habrá que esperar los proyectos finales para iniciar la discusión en Misiones. Serán 21 meses de estudio después de la licitación, que se haría en febrero o marzo.

La Nación también tomó una decisión largamente esperada por Misiones. Después de que el gobierno correntino rescindiera el contrato con El Gran Capitán, el Gobierno anunció que se hará cargo del servicio para unir por tren a Posadas con Buenos Aires. Era hora que el norte sea rescatado de un servicio paupérrimo, cuya responsabilidad no recae únicamente en la empresa TEA, sino en el abandono de todo el sistema ferroviario del país. En principio habría una frecuencia semanal por destino y a partir de febrero, el tren estará provisto de aire acondicionado, TV digital, cámaras de seguridad y equipamiento de confort para los pasajeros, incorporándose unidades de clase Pullman. La empresa Trenes de Buenos Aires se hará cargo del servicio, que, en el futuro, se piensa extender hasta Asunción, Paraguay.

 

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